Capítulo 2

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<< CRAYTON >>

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— Eres un... ¡Ah! No sé ni para qué me molestó —me espeta Bruno— Sabes que nos pudieron haber atrapado ¿No?

— Baja el volumen si no quieres que nos atrapen antes de que lleguemos a la habitación.

— ¡Ella nos vio! Y todo es tu culpa —me regaña— Si llega a decir algo verán las cámaras y nos descubrirán.

— Cálmate, Mark me ayudó con eso, tengo todo bajo control —le tranquilizo.

— Si claro, anoche cuando dijiste que llegarían bien fallaste —dice Maximus apareciendo frente a nosotros.

—¡Basta! Ese fue un error de cálculo —le repito por décimo sexta vez— Es difícil ver todo los futuros posibles cuando te pasan así —le chasqueo frente a sus ojos mis dedos y el los aparta de un manotazo.

— Bien, bien ya fue suficiente calmense los dos —interfiere Bruno antes de que Maximus pueda replicar— Entremos a la habitación y allí hablemos como personas civilizadas.

Ambos nos miramos y sin decir nada seguimos a Bruno que, con la llave abre la puerta de la habitación y entramos.

— A ver niño tiempo, dinos que pasó anoche para que suceda todo este desastre —dice Maximus tirado en el puff.

— Max... Tranquilo —trata de calmar Bruno— ¿Crayton que pasó anoche?

— Como nos dijeron hubo un choque —ambos asienten y sigo— El bus se destruyó y por el impacto algunos salieron volando del bus ahí vi a la chica castaña.

— Lexa —habla Bruno.

— Si, como sea —le resto importancia— Algo paso y ella salto del bus junto a varios chicos más, por eso estaban tan lejos de donde el choque.

—¿Entonces qué pasa? ¿Qué tenemos qué hacer? —inquiere Maximus.

— Según las órdenes vigilarla, no sabemos qué puede hacer —explica Bruno por mí.

Maximus ríe, su sorna me enferma y como siempre antes de irse pasa por mí lado llevándome por delante.

— Yo no vigilaré a una niña, no soy niñero, además tengo mejores cosas que hacer, como ocuparme por la bienvenida de los novatos —la sonrisa de malicia no tarda en llegar a su rostro— Ocúpate tú de la niña Ray - Ray —se burla antes de salir por la puerta.

Estoy por ir tras el pero Bruno se interpone en mí camino.

— No lo hagas Crayton, sabes lo inmaduro que es, no le sigas el juego.

— Arruinas lo bueno de todo esto.

— Lo que digas Crayton, tú tienes que saber cómo y cuando usar tú propio don —ya vamos devuelta con esto.

The Best Five: Nuestro TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora