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Capítulo 1. Recuerdos

-¡LEVI!-gritaba un chico rubio de ojos azules, alto, bastante atractivo y con un cuerpo de atleta mientras caminaba hacia un chico de baja estatura.

Al oír su nombre no pudo evitar girar para encontrarse de frente con su amigo.

-¿Por qué haces tanto ruido idiota? Aun me duele la cabeza.-se quejaba el pelinegro molesto.

-Por lo visto sigues de mal humor, creí que Mike ya estaba contigo.-decía su amigo mientras volteaba de un lado a otro buscando a alguien.

Sin duda alguna ambos eran muy atractivos, Erwin era el nombre del atlético capitán del equipo de americano el cual era muy simpático y amable (claro que con quien debía), por otro lado estaba Levi quien a pesar de su mal carácter tenía unos ojos grises que a más de una habían cautivado, parecía tener la mirada de un asesino y quizá no solo tenía la mirada...

... es por eso que se rumoreaba que en las noches iba a las peleas callejeras de los barrios bajos y se la pasaba rompiendo huesos, casi tantos como los corazones que rompía a diario en la universidad.

-Te juro que voy a matarlo.-amenazaba el pelinegro mientras Erwin trataba de llamar a Mike por teléfono.

¡CHICOS!-entre la multitud aparecía un chico tan alto como Erwin, igual de guapo que los otros dos con una cabellera un poco larga rubia y barba. -Venia hacia acá y escuche al jefe del departamento de ciencias hablar con el director...-antes de poder seguir fue interrumpido por Levi.

-Eso ¿a quién carajo le importa? Estar con esa come libros de Nanaba te está afectando.-

-Si no me hubieras interrumpido ya sabrías, además a Nanaba no le digas así, ella es bastante popular como cualquiera de nosotros. El punto es que llegaran unos alumnos de intercambio, se ganaron un lugar aquí gracias a su intelecto y por obtener el primer lugar en una competencia no recuerdo donde, se les otorgara el laboratorio y un subsidio para que continúen sus investigaciones. La parte importante de esto es que entre los nombres pude escuchar el de Hange Zoe y eso a Erwin podría interesarle.-explicaba sin perder de vista la reacción de un oji-azul.

-¿Han-ge? Te conviene no estar bromeando o te romperé la nariz-decía en tono amenazante y su amigo solo se limitaba a negar con la cabeza, sin embargo cierto chico no entendía que estaba pasando.

-Oye idiota ¿quién es Hange?-preguntaba a Erwin sin mirarlo a la cara.

-Hace mucho tiempo vivía en una ciudad alejada de aquí, no era muy poblada pero en ese lugar conocí a una niña, tenía 12 años apenas y desde ese momento sentí una conexión muy grande con ella, nos hicimos grandes amigos y pasamos juntos mucho tiempo; hasta que cumplí los 19 y tuve que mudarme para poder venir a la universidad. Ella era muy inteligente, incluso me sorprendía y algunas veces me asustaba porque parecía tener episodios psicóticos, pero no dudo que ahora sea una joven muy linda.-explicaba con nostalgia el rubio.

-Toda una historia para decir que se trata de un amor de tu infancia, que estúpido. Aquí hay muchas chicas como para emocionarte tanto por la llegada de otra más.-respondió el azabache.

-Si, tal vez tengas razón quizá ella ni siquiera me recuerde.-exclamo con un poco de tristeza.

-Por lo que escuche llegaran en una semana, ya sabes que aquí se hacen muchos trámites para entrar, deberías ir pensando en algo especial para tu amiga.-le sugería Mike mientras lo tomaba del hombro para romper ese pequeño silencio.

-No sera algo fácil pero creo que es lo mínimo que debería hacer, debo irme a clases los veré después.-se despide de sus amigos y se dirige al edificio T donde tenía clase de álgebra.

-Yo también me voy debo ver a Nanaba antes de entrar a Literatura.-Mike se levanta y se dirige a la biblioteca dejando solo a Levi.

-Que ridículo puede ser Erwin en ocasiones.- susurro el pelinegro antes de irse a su clase de Historia no sin antes observar a una chica pelirroja que no paraba de verlo, y al percatarse de que este la miraba no pudo evitar sonrojarse.

-No está mal.-dijo para si mismo y se marcho.