Capítulo 4. El almuerzo

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-Levi solo te pido que no seas tan impulsivo, Hange tiene una personalidad que choca mucho con la tuya solo trata de ser tolerante.-Erwin hablaba con un pelinegro en la cafetería, ese chico siempre estaba de mal humor pero hoy exageraba.

-No vengas a decirme como tengo que comportarme.-respondía molesto inclinándose hacia el rubio.

-Recuerda lo que hablamos antes...-susurraba Mike al oído de Levi.

Flashback

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-Así que ¿vas a ayudarlo?-Mike se sentía exactamente igual a Erwin frente a esa propuesta, él sabía perfectamente que la amabilidad no era algo de que presumiera aquel chico bajito.

-No lo malentiendas, en realidad no quisiera, pero él ha hecho mucho por mí y aunque no lo creas se agradecer por ello.-respondió mientras encendía un cigarrillo.

-Sí, tienes razón...-no parecía recordar el pasado de buena gana, de hecho hacerlo le traía amargos recuerdos que seguían ardiendo por dentro.

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Fin Flashback

Aquel chico regreso a su asiento y respiro profundo.

-Como sea, no le haré nada a la cuatro ojos-dio un sorbo a su té y cruzo los brazos.

-Ja ja ja, tu no cambiaras jamás-respondió entre risas.

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Han, te-ten cuidado.-decía una chica con la voz temblorosa.

-Sí, recuerda que la última vez casi vuelas el techo.-secundo Keiji.

-Si no se callan lo que volara serán sus cabezas, ahora silencio que no me concentro.-respondió la castaña sin despegar sus ojos de los químicos que tenía en sus manos.

-Lo hice ¡SE SEPARARON! Lo ven están separados.-mostraba a sus compañeros dos sustancias de color azul intenso.

-Ohh Hange ¡ERES LA MEJOR!-gritaba Nifa mientras abrazaba a Hange.

-Oigan yo opino que llevemos a Hange a la cafetería a escoger un rico pastel en agradecimiento, después de todo, llevábamos meses calculando las cantidades para el compuesto y ella lo consiguió.-proponía Abel a los demás.

-Si Hange-san se lo merece.-dijo Moblit.

-No me llames así, sabes que es raro.-respondía una castaña sonrojada.

-Vamos, además ya es tare y no hemos comido nada.-Nifa apoyo la idea de ir a la cafetería.

Los cinco estudiantes dejaron el equipo de laboratorio y salieron rumbo a la cafetería, en el camino conversaban y se reían sobre todo de las tonterías que decía Hange provocando que Moblit se sonrojara, todo fluida con tranquilidad hasta que aquellos estudiantes notaron que los observaban.
La tensión subía conforme se acercaban a una de las zonas más concurridas del campus, hasta que una voz rompió esa presión.

¡HANGE!-grito un chico desde una mesa alzando su mano para que la castaña lo pudiera observar.

La chica dudaba si acercarse o no y dejar a sus compañeros solos, sin embargo al darse vuelta noto que sus compañeros ya no estaban cerca, alcanzo a verlos en las barras que estaban del otro lado así que ya no había opción.

Con cada paso que daba su corazón se aceleraba, no podía negar que su amigo era muy atractivo y aunque seguramente estaba interesado en alguna chica popular, lo que realmente la tenía así era el saber que hablarían como hace tiempo ya no lo hacían.

Cuando estaba a escasos centímetros de la mesa noto que había un tercer integrante que aún no conocía, un chico de cabello negro que estaba sentado de modo que le daba la espalda a Hange.

-Hola Erwin, Mike y...-saluda la chica esperando el nombre del pelinegro.

-Levi.-respondió seco y sin mirarla.

-Ja ¿sabes? No está bien que no mires a alguien cuando te habla.-protestaba la chica aun parada detrás de él.

Erwin y Mike abrieron los ojos con sorpresa, ninguna chica se atrevería a hablarle así a ese chico, todas se intimidaban ante esa penetrante mirada. Estaban esperando la reacción de Levi y por supuesto su molestia no se hizo esperar.

-¿Quién te crees para habl ...-preguntaba en tono amenazante mientras se levantaba y giraba para encontrarse de frente con la recién llegada, sin embargo no pudo terminar de hablar.

Frente a él se encontraba una chica de cabello castaño atado en una coleta, vestía el uniforme del área de ciencias y encima la bata del laboratorio la cual ocultaba la cintura de esta, unos ojos burlones en color avellana y lo que más destacaba de ella si se comparaba con Levi era su estatura, por lo menos 10 cm más alta.

Levi la observo por un momento para después expulsar un insulto.

-Vaya Erwin creí que tu "amiga" era una chica, ya veo que no.-comento a Erwin dibujando una media sonrisa en su rostro.

-Y yo creí que tus amigos eran todos altos como tú, ya veo que no, al parecer te gusta juntarte con niños de secundaria.-respondió Hange ante ese comentario que en realidad no la molestaba.

Levi estaba sorprendido de verdad, si hubiera insultado a alguien más probablemente estaría llorando o se habría ofendido mucho, pero ella, ella lo tomo con humor e incluso le respondió.

-Erwin te veré después, cuando no estés ocupado.-se despedía La chica señalando con la mirada a Levi.

Erwin solo le lanzo una sonrisa a la castaña y esta se alejó del lugar. Levi por su parte la siguió con la mirada hasta que se desvaneció ante sus ojos.

-Que mierda le pasa a esa cuatro ojos, me las va a pagar.-dijo para sí mismo y volvió su mirada a su té.

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Al llegar al laboratorio se percató de que sus compañeros ya habían vuelto y llevaban consigo un pastel de chocolate para ella.

-¿Por qué me dejaron sola?-preguntaba una Hange molesta.

-Trajimos tu pastel.-respondió Abel poniendo el pastel frente a ella.

-Los odio.-respondió tomando el pastel.

La tarde transcurrió con normalidad, realizaron muchos experimentos y pruebas que tenían pendientes, como siempre la última en irse fue Hange, se encontraba ya muy cansada y con las lentillas ya secas en sus ojos salió del laboratorio para toparse con la oscuridad del exterior. Le era difícil ver por lo cansados que estaban sus ojos, estuvo mucho tiempo bajo luces blancas muy fuertes y por si fuera poco no quiso comer.

Camino en dirección a los dormitorios, hasta que choco con alguien que la mando directo al suelo.

-Oye...

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𝓛𝓪 𝓪𝓶𝓲𝓰𝓪 𝓭𝓮 𝓔𝓻𝔀𝓲𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora