Luxette

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Estoy rodeado, ya no tengo escapatoria, han derrotado a Faer, y van a matarme.

El hombre frente a mí coloca de nuevo los dedos ante él,
y yo bajo la cabeza, cerrando los ojos, pero no llega a ocurrir, abro los ojos y veo una figura ante mí, un hombre atlético, joven y de pelo blanco.

Se gira y me mira con unos ojos cobrizos, que me observan como si no hubiese nadie más.

- ¡Capitán! -exclama una mujer de pelo rojo.

De repente, en sus manos aparece una lanza en llamas, y la lanza, pasando al lado de mi oreja.

Una mano tira de mí por el brazo. Una chica rubia está al otro lado, y corremos a una velocidad de vértigo, y veo cómo el edificio se aleja a toda velocidad.

Pasamos un rato corriendo, hasta que salimos de la ciudad.

La chica me suelta y en ese momento avanzo hacia el edificio, no puedo dejar que Anne se muera, quién sabe lo que harán esos monstruos.

La chica me agarra del brazo de nuevo. Me giro y veo unos enormes ojos verdes.

- No vayas -dice.

- Tengo que ir, están en peligro, todos están en peligro -digo

- Tranquilo, el capitán acabará con ellos, siempre lo hace -responde ella.

Me mira, segura de sí misma.

- Soy Luxette, por cierto -dice, sonriendo

La miro, no me fío de ella, pero me fío aún menos de los otros.

- ¿Quiénes sois? -pregunto

- Vaya, una pregunta inteligente -responde- Verás, somos el círculo de la luz, un grupo de magos poderosos que lucha contra el mal que ha acabado con el antiguo esplendor de nuestra tierra.

- Ya... ¿intentáis que me crea que existen magos buenos? Lo siento, búscate a otro que te crea -digo, girando para irme.

Ella vuelve a agarrarme del brazo.

- No lo hagas, es muy peligroso -responde.

La miro, y la veo muy segura.

- Dejáselo a ellos, saben lo que hacen.

Por un momento, recuerdo la mirada de aquel hombre, y no puedo evitar creerla.

- De acuerdo -digo

Ella sonríe.

- Ya verás, te encantará el círculo, somos familia.

Familia. Nunca he tenido una, y cuando voy a tenerla, está en peligro.

- Mi familia... está allí, en peligro -respondo

Ella me mira, ahora con pena, y se produce una explosión en el lugar del que venimos.

- ¡No! -exclamo.

Ella hace gestos nerviosos, y luego me coge del brazo y volvemos al edificio a toda prisa de nuevo.

Llegamos un poco más tarde, pero paramos ante la puerta de la valla, en la parte trasera, muy lejos del portón.

- La única entrada está donde está el epicentro de la lucha -dice Luxette

- Es un edificio de la realeza, no todas las entradas están a la vista -digo, tirándome al estanque del jardín desde la valla.

Ella me sigue, y bajamos hasta que encuentro la entrada, y la pasamos.

Hemos llegado a uno de los túneles del edificio, que sirve tanto para entrada cono para salida.

- Vaya -dice Luxette, sorprendida

Chaos I: La Profecía [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora