Reencuentro

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Lloro todo lo que tengo dentro, no soy fuerte, no soy un héroe, ni siquiera príncipe, no soy nadie.

Después de unos minutos llorando, me calmo, y Cole, sentado detrás de mí, abrazándome, apoya su cabeza sobre mi espalda.

- No pude... No pude salvarla -digo- Lo siento.

- No digas eso. Ella te conoció, ése era su mayor deseo, estoy seguro de que se fué en paz.

- Pero yo fui el que le ordenó irse, sola. -protesto, sintiendo cada vez una angustia mayor.

Entonces noto una gota en mi espalda, de Cole, está llorando por su hermana.

Frente a mí aparece su imagen, haciéndome gestos, negando algo. Me he vuelto loco.

Algo disipa la imagen, algo que sale del suelo y que se dirige a mí.

Me aparto, Cole se ha levantado, pero tiene muchas heridas, apenas es capaz de ponerse en pie, esta batalla la tengo que librar yo.

La figura resulta ser el esqueleto que mató a Anne, lleno de furia y con una espada, pero vuelve a tener piernas, unas piernas de metal hechas por los humanos.

El esqueleto blande una espada e intenta herirme con ella, sin embargo, vuelvo a alejarme, siempre delante de Cole para que no pueda hacerle daño.

Sonríe y se mete bajo tierra de nuevo, escondiéndose o para atacar a Cole, por lo que lo ayudo a levantarse y lo alejo de la zona de combate llevándolo a la sala principal.

El ossa, que es el nombre de ésas criaturas, sale de debajo del suelo golpeándose
con un jarrón y tirándolo al suelo, provocando un estruendo al romperlo.

- ¡Tu rompiste mi preciado cuerpo! -exclama, lleno de odio.

- ¡Y tú mataste a mi madre!-exclamo, en igualdad de condiciones.

Él acerca su espada a mí, y yo hago un gesto con la mano, con lo que aparece un hilo dorado, como los de los duendes, y él se para por completo, aterrorizado.

Esmeralda aparece por las escaleras y se para a mirar lo que ocurre, con su cara inexpresiva de siempre.

Lux también aparece al poco tiempo,lo que me alivia, no está muerta,viniendo hacia mí, pero Esmeralda la para, aunque no la vea sé que lo hace.

E ossa sigue sin moverse, mirando fijamente el hilo, y llevado por la ira voy tirando poco a poco por él y viendo la vida del esqueleto desvanecerse poco a poco.

Sin embargo un golpe me para, lanzándome hacia la pared.

- Aquí estás, maldito -exclama la figura negra.

No le veo la cara, pero intuyo quién es, es uno de los caballeros mágicos a cargo de proteger a la reina.

- ¡Axel! -exclamo.

- No me llames por mi nombre, ni siquiera te mereces mirarme -dice.

- No lo entiendes, ¡no fui yo!-exclamo

- ¿Ah no? ¿Y quién fue entonces? ¿Stoles?

- No Axel, ¿acaso te has fijado en él? -pregunto señalándolo

Él se gira, y lo mira.

- ¡Él mato a Anne! -exclamo.

Entonces se dirige a él, dispuesto a matarlo, pero el ossa lo esquiva y le atraviesa el brazo con su espada.

Corro hacia él, y le golpeo el cráneo, desequilibrándolo y llevándolo al suelo.

- ¡No puedes ganarme! ¡No otra vez! ¡Yo maté a tu madre! ¡Y te mataré a ti!

Axel abre mucho los ojos, y gruñe, tanto de dolor como de odio, lo sé, era mi guardia, también quería a Anne.

Intento sacar de nuevo el hilo, pero no sale.

- ¡Veo que no eres tan fuerte! -exclama entre carcajadas.

Sigo intentándolo, pero no sale.

El ossa se me acerca y me golpea con sus piernas de hierro, lo que hace que eche sangre por la boca.

Entonces empieza a golpearme continuamente, pero en uno de los golpes agarro su pierna y luego me levanto.

Él blande su espada hacia mí, pero no llega, una barrera mágica se lo impide, entonces le hago un barrido con la pierna y se cae.

- ¡No!, ¡otra vez no! -exclama, metiéndose bajo el suelo.

Espero a ver dónde sale, pero ahora tiene dos objetivos.

Esmeralda coge a Cole y yo voy hacia Axel y lo lanzo al aire con una fuerza sobrehumana, hasta el segundo pis, donde Lux lo coge con su velocidad.

Miro al suelo, en busca de algo extraño que desvele la posición del ossa, pero no hay nada, nada menos el suelo debajo de mí, su primer objetivo.

Vuelvo a colocar la mano ante mí, intentando sacar el hilo, que sale de frente a mí.

- Ahí estas -susurro tirando del hilo, sacando al esqueleto del suelo.

Una sombra rompe el ventanal y se lleva al ossa con él, haciendo desaparecer el hilo.

Entonces, sabiendo que el ossa está fuera de mi alcance, me dirijo a Axel a toda prisa.

Chaos I: La Profecía [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora