Las cosas no terminaron en el epilogo de las reliquias de la muerte.
El tiempo del trió de oro acabo y ahora es turno de sus hijos, pero muchas cosas cambiaron, enemistades de años quedaron atrás.
Una nueva generación llena de drama, amor, risas, pr...
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🍃Te odio🍃
En este momento puedo jurar que estoy a un paso de la muerte, pues Albus Potter acaba de aparecer mágicamente en mi habitación. No, debe ser un sueño, si, eso. Me levanto y alargó mi mano hacia el, tocando uno de sus ojos. Al instante el se aleja.
—Merlín, Alice, casi me sacas un ojo— se queja el azabache.
Grito e intento correr a la puerta para escapar como cualquier persona normal haría en esta situación, pero el es más rápido y me sostiene mientras con una de sus manos cubre mi boca. Intento liberarme, lo pateó e incluso muerdo, pero el no me suelta.
—Joder Alice, pareces una salvaje— lo escucho quejarse, suena agitado.
«Obvio que lo está, tonta, está peleando contigo»
Sacudo la cabeza dejando de escuchar mi conciencia, no es momento para ser razonable, tengo que huir e irme a otro pais. Juro que escucho un coro de ángeles cuando alguien toca mi puerta.
—Ali... ¿Estas bien? Escuche un grito— era la voz de Tina.
Intentó gritar, pero por alguna razón mi voz no sale, ni siquiera siento que brote de mi garganta, me giro hacia Albus con ojos suplicantes, pero el no me mira de vuelta, el mira la puerta.
De su boca sale mi voz.
—Si Tina, era solo una araña— explica.
—Oh... Esta bien, no sabía que les tenías miedo— no, no lo hago. Escucho sus pasos alejarse.
Quiero llorar, no le temo a las arañas, pero si a quedarme sin voz.
Cuando era niña teníamos una niñera pues mamá y papá comenzaban con sus trabajos, no teníamos abuelos pues ellos murieron en la guerra, y la abuela de papá murió antes de que yo naciera, solo conoció a Frank.
La pequeña Alice solía hablar mucho, y a Kira William al parecer eso la fastidiaba, al principio me pedía que no hablara mucho, después comenzó a gritarme, y por lo último los hechizos. Así fue durante un año hasta que mis padres se dieron cuanta de lo que sucedía gracias a mi hermano.
Después de eso no volví a hablar mucho, solía quedarme callada, pues a eso me había acostumbrado, mamá y papá me llevaron a terapia pero no funcionó.
—¿Ali? — preguntó Albus en un susurro sacándome de mis recuerdos.
Había comenzado a llorar y ni siquiera me había dado cuenta. El me quito el hechizo.
—Te odio— golpeé su pecho una y otra vez— Te odio, Potter— llore.
—¿Ali, que pasa? — se veía asustado, pero eso no me importaba. El no lo sabía, pero en este momento mi cerebro no entendía de razones, solo repetia una y otra vez el recuerdo de Kira atormentandome.