¿Sólo Amigos?

Un príncipe de pacotilla

Fuli

me mire en el espejo por quinta vez, hoy nos visitara alguien "especial" .Por lo que decidí ponerme un vestido negro liso y corto; unas medias de red, borcegos negros; una chaqueta  militar a la cual hice que le bordaran la marca de la guardia en la espalda, con unico detalle amarillo mi cabello rubio peinado perfectamente en una trenza cosida. estaba perfecta.

escucho que alguien toca a mi puerta y antes de que pueda responder la puerta se abre dejando ver a mi madre.

-¿no me digas que usaras "eso" para conocer al príncipe?-preguntó molesta.

-que tiene?

-nonono,-dice negando con la cabeza-te pondras el vestido que te regalamos en navidad,cabello suelto,corona y zapatos.

Diez minutos despues traia un vestido rosa el cabello suelto y una tiara,frente al espejo.

-!listo¡-exclamo mi madre alejandose para verme bien-!estas preciosa¡

asenti levemente y completamente rendida, intentar pelear contra mi madre es tan dificil como hacer que makucha deje de molestarnos. Me alejo del espejo,en dirección a una pequeña mesa rodeada de unos simpaticos sillones, tome el libro que habia estado leyendo y voltee a mi madre.

-el príncipe ya debe de haber llegado¿verdad?-ella asiente aun mirandome de arriba abajo-bien,entonces,vamos.

Sali de mi habitacion lo mas rapido que pude,llegue antes que mi madre al salón del trono donde mi padre y mi hermano  ya se hallaban en compañia de un chico de diciocho años al menos que no logre reconocer por lo que supuse que era el príncipe Felix.  Me quede alli en la escalera,contemplandolo, debo admitir que es lindo. Tenia el cabello negro y corto estilo militar y traje de vestir negro,alto con hombros anchos; intente imaginarme a kion contra ese tipo,sin duas terminaria en un hospital o peor. No me mal entiendan, kion es un chico listo y fuerte, pero contra un tipo asi de musculoso y alto, el ni siquiera tendria oportunidad.

En un horrible momento,el hecho una mirada hacia mi,debi haberme ido pero eso no se hubiera visto bien haci que le sonrei,respire hondo y baje. Sus ojos me siguieron por las escaleras;eran de un color rojizo,una mirada llena de deseo,mirandole a la cara se parecia mas a un soldado de lo que se habia imaginado, tenia una profunda cicatriz que empezaba debajo de su ojo izquierdo y termina perdiendose en su camisa.

Cuando me acerque a ellos le  hice una pequeña reverencia a mi padre e incline suavemente la cabeza en direccion al principe.

-que bueno que llegas querida,estaba a punto de mandar a tu hermano a buscarte.

-lo lamento,padre, solo me entretuve  de mas en la biblioteca.

-tranquila,ahora ¿porque no le muestran al príncipe Felix el castillo y su habitacion?-pregunto mi padre,aunque todo parecia apuntar mas a una orden que una solicitud.

-por supuesto padre,sera un placer-hice otra reverencia -principe Felix sigueme.

Pase el resto de la tarde junto a mi hermano y el gorila, fue un paso por el castillo muy tranquilo. Claro que yo no lo guie,apenas recuerdo que camino tomar desde mi habitacion al comedor. Por lo que mi hermanito nos dirjio en el camino y era el mas parlanchin de los tres.  Felix y yo no dijimos ni una palabra. Parecia demasiado asombrado o cansado para hablar y yo estuve leyendo el libro que habia llevado conmigo por lo que en si fue una tarde bastante provechosa para mi.

Ya era hora de la cena por lo que me encontraba caminando por los pasillos hacia el comedor cuando me choque de lleno contra algo duro. Retrocedi sobandome la cabeza¿como un pequeño tropiezo podia doler tanto?

-Ten cuidado idiota!-exclame.

-lo lamento,¿te encuentras bien?

levante la mirada y me encontre con el gorila eh digo,con el principe felix.

-ah, si estoy bien-respondo acomodandome la tiara-¿y tu?

-yo estoy bien,¿en que pensaba princesa?De seguro en algo muy importante  como para no prestar atencion al camino.

-pues...estaba pensando en el baile-le respondi reanudando la marcha hacia el comedor.

-Fuli,espera-exclama. Me giro abruptamente, lista para gritarle que no somos amigos para tal confianza,sin embargo,me callo al ver que quedamos cara a cara...de nuevo.

-¿crees que podria gustarte?-pregunta.Llevo mi mano de manera inconciente al medallon de kion-Quiero que sepas,que me quedare contigo de todas formas.

-escuchame bien absurdo principe de pacotilla,yo no soy un bonito accesorio que lucir¿crees que no se que estas aqui por la corona? Dejame decirte que hare lo que sea para que esa corona no caiga en tus sucias manos-hice una pequeña pausa,suspire molesta y agregue-y no,jamas podras  gustarme.

El se enderezo molesto,haciendo notar la diferencia de altura.¿ya les dije que es como minimo una cabeza mas alto que yo?De pronto,recuardo algo que habia aprendido con la guardia :"jamas,te metas con alguien mas fuerte y grande que tu"

cabe aclarar,que eso lo aprendimos viendo como kion era derrotado por beshti.

Retrocedi dos pasos y voltee dispuesta a emprender de nuevo la marcha cuando el toma mi muñeca y me gira de nuevo hacia el.

-¿quien te crees que eres,princesa?No eres mas que una niñita malcriada y estas muy equivocada si crees que te voy a dejar pasar esto. Creeme yo no soy alguien a quien quieras tener como enemigo,asi que vete haciando la idea de que aunque lleves una corona yo voy a tener el poder de dos reinos y tu no podras hacer nada para impedirlo.

yo estaba completamente asustada,ya habia tenido relacion con personas que añoraban mas el poder que otra cosa(zira,scar,janja,reirei,kovu), aunque siempre con la guardia jamas sola.

"si no puedes vencerlo con la fuerza,deberas usar la cabeza" Le habia gritado kion a su ono una vez en el entrenamiento.

-y dejame hacer otra pregunta-volvio a decir-¿como es que llevas un medallon de pridelands?

aprete con el medallon y frunci el ceño. No pensaba contestarle esa pregunta. Asi que con todas mis fuerzas le di un gran pisoton,con el cual el solto mi muñeca mientras aullaba y gemia de dolor. Apenas me solto corri hacia el comedor lo mas rapido que pude, para cuando llegue tenia el cabello algo revuelto y estaba tan palida como un cadaver.

Segundos despues aparecio Felix,se le veia molesto y hacia muecas al caminar. habia firmado mi sentencia de muerte,pero la mueca de dolor en el querido principe de pacotilla era una recompensa por la que valia la pena arriesgarse un poco.