Capitulo 18

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Subo las escaleras lo más rápido que puedo, pero al llegar a la puerta de mi cuarto, siento que todo me da vueltas y que el aire se me escapa de los pulmones. Tengo que aferrarme a pomo de la puerta, dios tengo que recordarme no volver a hacer eso.
Entro a mi cuarto y me veo en el espejo tengo una horrible pinta.
Pero una sonrisa en mi cara que no la puedo quitar.
¡Jorge me pidió que fuera su novia!
¿En serio acaba de pasar?
Dios no me lo creo.

Y de repente caigo en la realidad, tendré que decirle que estoy enferma, no quiero preocuparlo o que me vea con lástima, pero tengo que hacerlo.

Quitó ese pensamiento de mi cabeza, ahora mismo tengo que preocuparme por lo que me voy a poner.
El está en traje allá abajo, y yo que debo ponerme. ¡No sé!. Que horror en serio.
Busco en mi armario y encuentro un vestido color negro, manga larga, señido al cuerpo, no me queda tan apretado al nivel de vulgar, me queda bien.
Elijo ese y me voy al baño, me maquillo, algo sutil, y me agarró mi cabello en una coleta alta con algunos mechones sueltos, me pongo los zapatos altos que solo he usado 3 veces en mi vida.

Me miró al espejo de nuevo y me gusta el resultado. Pero para arruinar todo allí está mi dolor de cabeza de nuevo.
Agarro dos pastillas más y me las tomo.

Bajo las escaleras hasta la cocina.
Jorge está de espaldas a mi.

-Oh por dios hija estás hermosa.- en cuanto mi madre pronuncia esas palabras Jorge se da la vuelta y me ve.
Me siento algo intimidada.

- Estás hermosa nena.- y lo dice con toda sinceridad lo veo en sus ojos.

- Gracias Jorge. - le digo y me sonrojo.

- Les puedo tomar una foto antes de irse?-

- Mmm mamá no hagas un show de esto.

- Tranquila a mí no me molesta nena, si quiere que tu mamá tome la foto, mejor así, tendré evidencias que esto no es un sueño.

- Te aseguro que no es sueño Jorge, ok mamá tómala, pero no la andes enseñando a todos tus colegas por favor, si?.

- No prometo nada hija.

Jorge se me acerca y agarra mi cintura para acercarme a él, aunque hemos salido en varias ocasiones todavía no me acostumbro a eso, pero me relajo. Mamá toma la foto, nos despedimos de ella y subimos a su auto.

- No sabía que tenías auto.

- Legalmente no es mío aún, me faltan dos meses para pagarselo a mis padres, por eso trabajo con ellos en sus tiendas.

- Creí que trabajabas allí por se su hijo.

- También pero por se su hijo la paga no era tan buena, así que llegamos a un trato, y les pedí este auto.

- Es muy bonito.

- Gracias, nena tu mamá menciono que no te habías sentido bien durante el día, ¿Puedo ayudar a que te sientas mejor de alguna manera?.

El solo hecho de pensar que mi mamá le dijo algo me asusta y molesta al mismo tiempo, y saber que el está preocupado de manera sincera por mi, hace un hoyo en mi corazón al pensar que no le he dicho nada de mi condición.

- Tranquilo ya me siento mejor, pero no quiero hablar de eso ahora, no te molesta que lo dejemos para el final de la noche?.

- Cuando te sientas lista me lo dices, no presionaré. -  agarra mi mano entrelaza sus dedos con los mios y le da un beso a mi mano.

Eso me hace sentir segura.

Llegamos al restaurante y el baja del auto corre alrededor de el y abre mi puerta.
Cojo su mano y levanto una ceja en su dirección.

- Nena es el servicio completo. - me dice y me guiña un ojo, más su sonrisa seductora. No será este un sueño en serio?.

Al ver en dirección al restaurante, me quedo inmóvil unos segundos, Jorge se da cuenta de esto y me mira de manera curiosa.

- Estás bien nena?

Vuelvo a la realidad del momento.
Me acerco a el y le doy un beso,
- Todo bien cariño. - solo logro decir eso. La verdad es que este restaurante era el dónde veníamos cada fin de semana con mis papás, era nuestra rutina cada fin de semana.
Jorge me mira apreta mi mano y nos dirigimos al restaurante.

Al entrar veo que nada ha cambiado, tengo tantos recuerdos aquí y parecen que tendré nuevos recuerdos.

Nunca Digas Nunca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora