║Aℓ σтRσ ℓα∂σ ∂єℓ мυRσ║

08

Semanas pasaron, había veces que el norteamericano se ausentaba, y casualmente, siempre se lo veía nervioso cuando el argentino le cuestionaba porque no había ido. Esto, le dió un poco de desconfianza, pero supuso que era normal guardar secretos, aunque no le caía muy bien.



Hoy era un día especial, según el canadiense iba a conocer a ese tal "Usa", estaba emocionado, tal vez podrían ser amigos... Aunque al principio le había molestado que se lo dijera a alguien, pero era su amigo, por lo que se tranquilizó.

Se la pasó todo el día ansioso, llegada la hora de la visita de Canadá y su amigo, no hubo ni rastro de ellos.

Decidió tener esperanzas y esperó, una... dos... tres horas, hasta que se hartó, se levantó y se puso en posición fetal, pasados unos minutos inevitablemente lloró, le afectó bastante, la emoción que tenía era indescriptible.

Cuando el reloj marcó las 21:30 la puerta se abrió España ingresó y dejó la bandeja en la escalera, y en su mano, portaba un papel, que, desde abajo no se llegaba a leer, pero que parecía tener una letra muy inclinada e ilegible.

Se levantó con pesadumbre y recogió la bandeja con sopa, cenó rápidamente, se cepilló los dientes y se acostó en su cama, era una noche fría, así que se tapó hasta la cabeza.



Más tarde esa noche se despertó de golpe por un ruido estruendoso en la rejilla, su corazón latía a mil, hasta que escuchó la dulce voz del colorado y sonrió felizmente.

_¿Arge? ¿Estas despierto?

_No... Bueno, ahora sí _ miró su reloj de muñeca que marcaba las 23 _ ¿Que haces acá tan tarde? ¿Pasó algo?

_Que hacemos _ corrigió una voz desconocida, o al menos para el argentino, quien se sobresaltó y casi se cae de la cama.

_¿Quien sos?_ preguntó rápido

_El es Usa, mi amigo.

_Hola _ saludó sonriente el de rayas

_Hola _ dijo el hispanohablante.

El de hoja sonrió, hasta que recordó que tenía que responder la pregunta del argentino.

_Surgió un problema y nos demoramos, lo siento mucho... Nuestros padres no saben en donde estamos, así que ya nos tendremos que ir...

_Oh... No pasa nada, gracias por venir a avisarme, ¿Puedo subir a verlos?

_¡Claro!

Silenciosamente armó la distinguida pila de muebles y se trepó hasta estar a la altura de la rejilla. Asomó un ojo y logró divisar a los dos, un chico de rayas rojas y muchas estrellas en la esquina, sonriente, emocionado, de ojos azules, y a su izquierda, Canadá sonriendo igualmente.

_¡Hola! _ volvió a saludar Estados Unidos.

_¡Hola! _ saludó también Argentina _ Bueno sólo quería verles la cara, es tarde, vayan a sus casas.

_¡Esta bien!

Se levantaron y saludaron con la mano al argentino, luego de esto se retiraron caminando.

Algo raro había ahí, parecía que les costaba caminar, cojeaban un poco. Además de que se vieron unos moretones en las piernas de Usa.

Decidió no darle importancia, seguramente sólo se habían caído...

No se como tan rápido llego a los 8k, no lo puedo creer, gracias.