║Aℓ σтRσ ℓα∂σ ∂єℓ мυRσ║

10

No pudo dormir pensando en lo que había pasado ese día. ¿Le había pasado algo a Canadá?

Ese día, no fue, pero no se preocupó, si siempre pasaba eso. A veces no iba y estaba bien, tiene otras cosas que hacer...
El problema llegó, cuando semanas pasaron desde ese día, y todavía no había ni rastro del norteamericano.

Ya se estaba haciendo la cabeza, ya parecia paranoico... ¿Que le pasó...? Sólo se dedicaba a sentarse en su cama y estar allí pensando todo el día, obviamente se paraba para recoger la comida.

Pero, un día la puerta de arriba se abrió de par en par haciendo un ruido ensordecedor, asustando al pequeño arge.

_Hay algo de lo que me enteré... _ España bajó la escalera, lentamente mirando fijo al menor, que estaba sentado sobre su cama, abrazando sus rodillas_ Te suena el nombre... ¿Como era? ¿Canadá?

No... no.... ¿Cómo? ¿Cómo supo? El miedo invadió su cuerpo, se cayó de la cama y rápidamente se paró, mirando a su padre, si es que así se podría llamarlo, temblando, bajo la vista por no poder soportar mirarlo a los ojos.

¿Fue él?

¿Su amigo?

¿Como...?

¿Porque?

Ya habían contado todo... pero seguían ahí, en la oficina, el europeo los miró fijo.

_¿Y? ¿Que más quieren? Ya se pueden ir.

Los adolecentes se le quedaron mirando, el mayor, estiró la mano dando a entender que quería que le pagara. El español rió por lo bajo, sacó su billetera de un cajoncito del escritorio. Se puso de pie y le dió la misma cantidad a todos, que, satisfechos, se retiraron de ahí con una sonrisa un tanto malévola, ya que, se habían salido con la suya.