Un azabache caminaba por las calles de Los angeles en un día de desasosiego, las personas iban y venían, algunos lo empujaban y otros pasaban de él. No conocía a nadie en ese lugar y se estaba sintiendo muy minúsculo, era la primera vez en la que se aventuraba en un lugar completamente solo y sin tener a ningún conocido al que visitar.
Se encontraba totalmente solo allí, nadie lo estaba esperando o probablemente sí, realmente no lo sabe ya que ya perdido todo contacto con esa persona y ni siquiera sabe que ha sido de su vida por lo que, cuando llegó a ese país, a esa ciudad se preguntó si valía la pena lo que estaba haciendo.Quizá, estaba perdiendo el tiempo. Quizá, esa era otra mala decisión tomada en su vida. No lo sabía y por ello, sus ojos vagaron por el lugar viendo los enormes edificios mostrar todo tipo de anuncios cuando de repente, su mente se detuvo y lo que sus ojos apreciaron lo memorizó. Aquellos ojos acaramelados, aquellos lindos labios, aquella hermosa sonrisa estaba frente a él.
Lucía feliz.
Jungkook suspiró, su estabilidad emocional era una mierda. Desde que él se marchó, se llevó todo su ser consigo. Se sentía robótico, se volvió más inexpresivo que nunca al igual que solitario, su madre intentó subirle los ánimos al igual que sus otros amigos por eso, cuando estuvo en Corea empezó a aprender otras cosas que le llamaron la atención, junto a su mejor amigo aprendió muchas cosas y por ello, ya tenía un trabajo asegurado en aquella enorme ciudad.
Miró a sus alrededores una vez la imagen del Omega desapareció y su lobo, quien había estado dormido desde que este se marchó se levantó y empezó a aullar dentro de él haciéndolo sentir una pequeña molestia.
Probablemente estaba llamando al lobo del Omega y aquello sería de gran ayuda por lo que; no se lo impidió.
Paró un taxi y se dirigió al conjunto de departamentos en la que viviría, era bastante bonito y esperaba que aquella zona tan linda le levante los ánimos porque sinceramente, ya estaba agotado de ser casi un vegetal.
Estando allí, pidió las llaves de su departamento y se dirigió a este. A pasos pesados y totalmente aburrido, estaba familiarizado con el idioma por lo que, vivir allí no sería un problema aunque, él estaba acostumbrado a hablar coreano y eso sí que sería un problema.
—¿Tú eres el nuevo vecino?— escuchó como le preguntaron, observó al dueño de la voz y asintió—. Oh, eres asiático— agregó la chica y él le regaló una pequeña sonrisa asintiendo.
»Encantada, puedes contar conmigo si tienes algún inconveniente— prosiguió y Jungkook inevitablemente hizo una reverencia queriendo agradecerle pero, después recordó que allí no se hacía eso por lo que, se puso recto rápidamente viendo como la chica intentaba no reír.
—E-Ehm...— tartamudeo avergonzado el alfa queriendo meterse en su departamento rápidamente—. Gracias por tu solidaridad— dijo para después marcharse rápidamente.
Una vez en su hogar suspiró, para su fortuna ya todo estaba amueblado, no le faltaba nada por lo que, se dirigió a la que sería su habitación y dejó sus maletas a un lado.
Inevitablemente se tiró en la cama y soltó un largo suspiró permitiéndole al sueño abrazarlo.