CAPÍTULO 13

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Ante la sorpresa Jungkook se quedó pasmado mientras sus ojos no se movían del adorable niño que no dejaba de soltar saliva, era adorable pero... ¿Cuándo? Se preguntó y sin embargo, la respuesta no tardó en llegar y él recordó aquella noche haciéndolo suspirar, si, ambos habían sido descuidados al hacerlo sin protección pero, aquello no había traído nada malo, el bebé era una belleza y Taehyung parecía adorarlo.

Entonces, estaba bien.

Un cachorro para él en esos momentos era maravilloso, después de todo, él quería tener uno en cualquier momento aunque, no esperó que aquello aconteciera tan rápido pero, no le desagradaba, estaba feliz. El niño tenía los rasgos de Taehyung y no se parecía prácticamente en nada a él pero, lo amaría, lo amaría porque es su hijo y el fruto de lo que aconteció entre él y Taehyung.

Además, aquella criatura es tan linda que era imposible odiarla.

—¿En serio?— preguntó Jungkook y Taehyung enarcó una ceja a lo que Jungkook soltó una pequeña risita tomando al bebé en sus brazos—. Debo confesar que se hizo extraño para mí que se pareciera tanto a ti— dijo observando con dulzura al bebé en sus brazos, este no dejaba de hacer soniditos mientras movía sus brazos sin dirección fija.

—¿Estás bien con él?— le preguntó Taehyung y fue su turno para enarcar una ceja.

—Es mi hijo, ¿No?— reafirmó y el Omega suspiró moviendo sus manos de forma ansiosa, Jungkook se lo estaba tomando bien y aquello era excelente para él—. ¿Cómo podría no estar bien con él?— preguntó y Taehyung sonrió sintiéndose fundido en felicidad, quería llorar porque había imaginado muchos escenarios y todos eran horribles sin embargo, Jungkook se lo estaba tomando muy bien.

—Te dije que no se lo tomaría mal— murmuró Jimin cruzándose de brazos mientras era abrazado por Yoongi, aquella pareja estaba más que segura que el amor de Jungkook era verdadero por lo que, el alfa en ningún momento odiaría algo que fue creado por ambos.

Taehyung no pudo evitar derramar unas cuantas lágrimas mientras abrazaba con fuerza el brazo de Jungkook intentando esconder su rostro allí sintiéndose terriblemente aliviado.

Jungkook sonrió y dejó a Taehyung allí, permitiéndole desahogarse mientras él pensaba en lo difícil que debió ser para Taehyung estudiar, encontrar trabajo, cuidar su embarazo y después, cuidar a su bebé, quizá debió ser difícil pero, la familia de él estuvo allí ayudándole, Yoongi y JiMin también lo ayudaron, sin embargo, le habría gustado estar con él. Verlo en las facetas del embarazo, sentir su enorme panza, las pataditas del bebé, todo aquello se lo perdió pero, no fue como si quisiera hacerlo, ambos tuvieron que separarse sin tener idea de que había una vida creándose en el Omega.

Suspiró, miró al Omega y notando que este ya no lloraba, simplemente lo observaba y Jungkook sonrió dejando un pequeño beso en los labios de este viendo como una sonrisa no tardó en formarse en los labios del Omega que empezó a secar sus lágrimas.

De repente, su pecho se inundó en el dolor haciendo que el alfa soltará un pequeño quejido por lo que, confundido posó la palma de su mano en su pecho sintiendo como el dolor se hacía cada vez más agudo y aquello lo llevó a entregarle el bebé a Taehyung mientras intentaba procesar lo que estaba pasando con su cuerpo pero, a cada segundo que pasaba podía sentir un dolor terriblemente agudo en su corazón, como si algo lo estuviera perforando.

De repente, escuchó a su lobo confundiendolo aún más y entendió, era su lobo el que le estaba haciendo sentir tal dolor pero, no lo entendía, él no tenía culpa de nada y su lobo, no quería comprender aquello ya que, no dejaba de repetirle que todo fue su culpa, que debió marcharse con Taehyung.

Pudo escuchar los gritos de los demás, estos se encontraban totalmente desesperados queriendo saber que era lo que este tenía pero, el verlo sufrir con más fuerza cada segundo era algo que estaba espantando a los que lo observaban.

Quería detener el dolor pero, debía hablar con su lobo para que aquello aconteciera.

Entonces, se desmayó.

Pudo ver como se transformaba en una profunda oscuridad en la que solo podía escuchar los gruñidos de su lobo y los jadeos que este soltaba, era terrorífico y cuando lo encontró se espantó. Los ojos de este se encontraban rojos, sedientos de sangre, completamente enfurecido ante el comportamiento del humano que le tocó pero, no podía regresar al pasado y aquello, era algo que más enfurecía al lobo que se acercaba de manera amenazante hacia Jungkook.

Te lo dije...— fue lo primero que escuchó decir, aquel lobo tenía una voz ronca y profunda que logró espantarlo un poco—. Ese día te lo dije— siguió hablando y Jungkook no pudo mirarlo a los ojos puesto que tenía razón, su lobo le había dicho que debía seguir a Taehyung en ese momento pero, no lo hizo, porque prefirió respetar la promesa y quedarse en Corea para mejorar su persona.

—Pero ahora estamos aquí con él— murmuró queriendo remediarlo pero, aquello solo hizo que el lobo gruñera con más profundidad asustandolo un poco, si su lobo lo mataba ambos morirían—. Estamos con él y no nos alejaremos, no volverá a pasar— agregó y el lobo se sentó mirando de manera analítica a Jungkook quien se mantuvo firme notando algo y es que, después de tanto tiempo sin estar ausente su lobo habia despertado más sensible a cualquier sentimiento.

Su lobo, estaba siendo el reflejo de sus arrepentimientos en esos momentos y si no hacía algo, probablemente moriría a manos de él mismo.

—Si seguimos aquí, él se asustará— le dijo y el lobo se levantó dirigiendose hacia Jungkook con pasos firmes pero, cortos. Quizá, quería oírlo más—. Yo lamento mucho no haber seguido ese día a Taehyung, me arrepiento mucho de eso pero, ahora estamos juntos nuevamente, podemos remediar nuestros errores— murmuró sobándose el brazo encontrandose realmente intimidado ante su propio lobo.

¿Nuestros?— rugió el lobo encontrandose terriblemente ofendido y Jungkook, quiso correr al ver cómo aquellos ojos se fijaban en él y el lobo empezaba a mostrar sus dientes.

—Tú y yo somos uno solo— respondió y el lobo ladeo la cabeza y Jungkook sonrió empezando a acercarse hacia el lobo, debía hacer algo rápido y no le quedaba otra más que arriesgarse pues, no sabía que hacer en esas situaciones.

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