Capítulo 6. Amigos con beneficios II.

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¿Cómo será mi verdadero amor? ¿Será tan estúpido como Emilio? Realmente quisiera saberlo.

Niko y yo pasamos casi toda la noche haciendo las cartulinas en balde. Fui recompensando sin esperanzas.

Sin esperanza.

Trato de salir de su abrazo ¿creen que debería estar feliz de ser abrazado por él? Pues claro que no.
No pude safarme sino hasta que él decidió que era suficiente. Una vez dejó de abrazarme me hizo entrar a su casa, no hay nada vergonzoso si me lo preguntas, este idiota, muy feliz, fue hasta la cocina una vez me dejo instalado en la sala, para tomar un paquete de fideos que su mamá le trae muy seguido, observé desde mi lugar como vertía el sobre de condimento sobre ellos, estaba muy concentrado. Cuando terminó me paso el tazón con una sonrisa llena de sinceridad... Awww, estoy conmovido hasta las lágrimas.

¡Este pendejo me hizo comer fideos instantáneos crudos!

Joder ¿no puedes tener un poco de respeto y cortesía para mi pobre estómago? ¿Qué tan difícil es poner agua a hervir? Pero ¿qué puedo hacer con este querido amigo mío? Emilio se sienta a mi lado cruzando las piernas bajo él, tiene la misma sonrisa estúpida desde hace diez minutos y me mira atentamente esperando que coma. Maldita sea.
Para complacerlo me acomodo mejor en el gran sofá frente a la televisión, tomé la misma posición que él y me metí un puñado de fideos a la boca, ay Joaquín no puedes ser más tonto.

—¿Quieres otra cosa? No te ves muy satisfecho, creí que te gustaba mucho la maruchan de bolsa.— ahí va hacerme puchero, odio que sea tan tierno.

—La próxima vez me gustaría mejor un buen pedazo de arrachera con guacamole y totopos, por favor.— siento la lengua adormecida por el alto contenido de sal en el condimento crudo.

Dentro de nuestro pequeño grupo de "cholos" tenemos una "comida" favorita que incluye alcohol y bocadillos. Pero hay un miembro bastante raro y ese es Diego, a ese loco le encantan los fideos crudos tanto así que siempre terminamos comprando gran cantidad. Creo que su riñón dejará de funcionar muy pronto.
Gracias a esta obsesión del chino, Emilio terminó por creer que a mi también me gustan así que almacena de cuatro a cinco paquetes de maruchan de bolsa en su alacena ¡es una locura!.

—Lo que necesites, yo te lo cocinare.

—Deberías, mira todo lo que te he ayudado hoy.— estoy siendo sarcástico por supuesto, esto no era por él, fue por mi. Pero ya que lo ha malinterpretado que así sea. Emilio se acerca más a mi pasando su brazo felizmente por mis hombros.

—Aunque no me ayudes ¿alguna vez tendré problemas con las chicas?— no puedo evitar sonreír también al verlo tan alegre.

—Ok chico guapo, eres el mejor entre los peores.

—¡Claro que switch! No sólo soy guapo, sé cantar, actuar y tengo un cuerpo de dios griego.— terminó su discurso mostrando su "conejo" yo sólo le lancé una mala mirada poniendo los ojos en blanco, su narcisismo me cansa pero no me queda más que quedarme callado, jamás podré ganarle en batalla de egos —además a las chicas les gustan los chicos malos.— no solo a las chicas, a mi también... me gusta el chico malo.

—¿A qué chica vas a perseguir ahora?.

Aunque ha chocado contra la pared con la última chica con quien salió se ha recuperado bien y rápido. Cada vez me queda más claro que jamás ha ido en serio con nadie, nunca lo he visto salir con una chica por mucho tiempo.

—Kimberly, facultad de enfermería, segundo año.— su brazo seguía en mis hombros pero su vista en la televisión, parecía entretenido.

—¿Enfermería? Eso es del otro lado de ciudad universitaria ¿cómo la conociste?.

𝗧𝗵𝗲𝗼𝗿𝘆 𝗼𝗳 𝗟𝗼𝘃𝗲 (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora