𝗧𝗵𝗲𝗼𝗿𝘆 𝗼𝗳 𝗟𝗼𝘃𝗲 (CANCELADA)

Capítulo 11. 10 things I hate about you (one).

Veinte minutos de camino, cortesía del tráfico nocturno, después llegamos hasta uno de los mejores bar-restaurante de la ciudad. Solo veinte minutos, solo veinte y este imbécil lo hizo de nuevo, tiene toda una mesa llena de mujeres. Parecía una demostración de automóviles, lleno de edecanes hermosas que seguían llegando sin parar.

—Mi hermano del alma, mi buen Emilio ¿cómo estás hoy.— Diego se sumerge de lleno en el grupo de chicas dejándonos a Niko y a mi viéndonos uno al otro.
¡Lo sabía! Sería otra noche horrible.

Ya sé, ya sé, me la paso diciendo que estoy preparado mentalmente pero entiendan, no es fácil ver al hombre que amo coqueteando con chicas distintas cada hora.

-¡Joaquín! ¿Cuánto tiempo planeas quedarte ahí como poste?- el rey de roma me grita para que pueda escuchar sobre la música del lugar.

Trato de mantener mis pensamientos y sentimientos a raya mientras me acerco a tomar asiento en un lugar estrecho. Tengo media nalga afuera, la puta madre no tienen consideración por mi. Ya que me dejaron vender solo las salchichas ¿no podemos celebrar nada más nosotros cuatro?

-Te pedí una Victoria.- Emilio lanza al aire su anuncio.

-¿Me dices a mi o a alguien más?- estoy nervioso, mi tono salió más ácido de lo que planeaba, no puedo evitar mirar mal a todas las chicas que me sonríen amistosas.

Sé que no es correcto pero tengo unas ganas inmensas de nockearlas a todas, una por una.

-A ti menso. Pero no puedes tomar mucho, nadie podrá llevarte a casa si estás muy borracho.- me pasa un plato con alitas y unos trozos de zanahoria.

-Antes de preocuparte por otros hazlo por ti, por favor.

Hay todo tipo de bebidas alcohólicas frente a nosotros, lo cual es una señal de que está a punto de comenzar una gran celebración con varios intentos de coma etílicos. Sin saberlo, también marcaba el inicio de una difícil batalla entre Emilio y yo.

Todos tomamos una botella de nuestra cerveza favorita, comenzado a beber tranquilamente entre conversaciones amenas con las invitadas no deseadas. Las chicas son bastante amables conmigo, me platican de sus novios o moda, amiga que sea gay no quiere decir que quiera escuchar o aconsejarte sobre tu novio, el pendejo al que no le gusta usar condón cuando tienen sexo, o que sepa sobre moda, o sea, si sé, y más que todas ustedes juntas, pero no es porque sea gay. Volviendo al tema, la música ha bajado bastante ya que aún está abierto el restaurante, el sonido es suave. Trato de no pensar demasiado en lo que pasa a mi alrededor, después de todo esta es la verdadera cara de Emilio, aún así no puedo controlar la infelicidad que sale con caras largas y muecas de muerte hacía esa chica que esta demasiado cerca de su espacio personal.

Todas las mujeres que están aquí son de la misma universidad y la razón de su presencia es falta de mesas en el bar, el único espacio es con nosotros que éramos menos de cinco personas. De haber sabido que tendría que soportar tan incómoda situación me quedo en casa. Me enojo más cuando pienso que quiero irme a otro lugar a festejar un triunfo del que formo parte, bebo lo que queda de la cerveza de un solo trago, mis amigos lo están haciendo despacio pero yo no puedo porque estoy molesto, por eso sigo tomando sin parar. Diego y Niko siguen pasándome alcohol una tras otra como si fuera barra libre.

-Joaquín ya te estás pasando, deja eso.- una mano enorme me quita la botella, que aún está por la mitad, no sé que número es, honestamente. Viro a mirarlo lo más cruel que puedo.

-Vete a la chingada.

-¿Qué tienes? ¿No te gusta la música? ¿Las alitas estaban demasiado picantes?- ahora toda su atención está en mi y no puedo evitar sentirme bien por eso. Sólo un poquito.