Está es, posiblemente, la mañana más dolorosa en los últimos meses.
Tengo un dolor de cabeza insoportable, obvio anoche tomé suficiente alcohol como para matar una pandemia entera. Me doy vuelta lentamente en la cama, apretando con las manos mi sien. Me duele todo el cuerpo, la boca reseca y con un sabor amargo asqueroso, afortunadamente mis clases son por la tarde lo que significa que no tengo que levantarme temprano.
Tardo unos minutos más mirando el techo color amarillo iluminado por los rayos del sol. Lentamente me levanto de la cama, de nuevo me quedo como imbécil sentado en la orilla, encontrando muy interesantes mis pantuflas en forma de bolillo. (N/A. Si existen, las venden en Aliexpress) cuando, por fin, decido ponerme de pie, tomo la toalla colgada en el armario, salgo de mi habitación y me detengo frente a la puerta del cuarto de... él.
Esto esta jodidamente mal, sólo hay un baño en este departamento y tenía que estar precisamente en la habitación de este wey.
Mi mente se queda en blanco, miro fijamente la puerta. Tengo que tocar, tengo que entrar y bañarme, tengo que ver a la mujer que anoche durmió con él. Suavemente choco mis nudillos contra la fría madera. Uno, dos, tres golpecitos y un hermoso torso desnudo aparece frente a mis ojos. Emilio me abre mientras lleva sólo una toalla cubriendo su herencia cubana. Me observa fijamente pero yo no, mis ojos caen tras él a la chica pelirroja, que juega con su celular, sentada en la cama destendida.
—¿Quieres bañarte?— rompe el silencio con su pregunta sin perder el contacto unilateral, le doy un asentimiento y entro de largo a la habitación —pero necesito entrar yo primero.
—Bueno pero apúrate, tengo que hacer unas visitas antes de ir a la universidad.— respondo mientras hago como que reviso la mesita con cuadernos a lado de la entrada.
—¿A quién o dónde o qué?— observo por el lado que viene hacía mi buscando mi rostro así que cambio mi dirección al baño, alejándome.
—Queti.
—Joaquín.— me responde en reproche.
—No es tu asunto.
—Espérame hasta que termine.
—Hasta que termines de bañarte.— le digo en obviedad, quiero que tenga claro que no saldré con él —espero afuera.
—No, no, ella ya se va, ¿verdad?— se dirige a la pelirroja que sonríe y da un asentimiento con la cabeza hacía mí.
—¿Quieres que la acompañe a la salida?— parece una buena mujer, no como las locas que últimamente se carga.
—No, no tienes la obligación de hacer eso, además, vendrán por ella.
El ambiente se tornó incómodo después de que Emilio entrara en el baño. Sonreí cansado a la chica mientras me sentaba tranquilamente en la silla del escritorio. No tardó mucho en levantarse para tocar a la puerta del baño e intercambiar unas palabras con el hombre adentro, por último se giró a mirarme.
—Ya me voy Joaco, llegaron por mí. Están abajo.
"¡No le digas Joaco!" se escuchó de dentro del baño tras el ruido de la regadera, rodé los ojos fastidiado mientras la mujer reía.
—No le hagas caso, de seguro su última neurona se ahogó. Te acompaño a la recepción.
—No, no ¿cómo crees? no es necesario, la persona está dentro. Además...— se acercó más a mi adoptando un tono de susurro —si Emilio sale y no te ve aquí me mata, descuartiza y tira por ahí. Es muy celoso ¿no crees?
Sus palabras me tomaron desprevenido, no entendí a qué se refería. Pudo notar mi expresión contrariada porque se alejó riendoi —¿siempre eres tan despistado? ¡Qué lindo! Me voy ya. ¡Hasta luego Emilio! ¡Nos vemos, JO-A-CO!— mientras hablaba se acercó a la salida, gritando la última despedida asomada por el marco y riendo.
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𝗧𝗵𝗲𝗼𝗿𝘆 𝗼𝗳 𝗟𝗼𝘃𝗲 (CANCELADA)
Lãng mạnJoaquín Bondoni, estudiante de segundo año en la especialidad de Cine, abiertamente gay, decidido, y algo pretencioso, forma parte del grupo de "los cholos", junto a sus tres mejores amigos: Nikolas, Diego y Emilio. Juntos, son los más populares de...