Llegué al trabajo y los demás ya estaban ahí.
-Hoy pueden aprovechar para terminar sus trabajos asignados –dijo James –Ansel y Carlos están muy atrasados
-¿Podríamos hacer las entrevistas hoy? –preguntó Carlos.
-¿Qué acabé de decir señor Huwnsel?
Carlos y yo nos dirigimos a la planta alta de Grondlis, empezamos entrevistando a los de instancias más grandes hasta las más chicas. Yo estaba bastante cansado entonces hicimos las típicas preguntas de <¿Cómo se siente usted trabajando en la empresa? ¿Ha visto la alta producción que hemos llegado a tener? ¿Le gusta trabajar aquí? ¿Este trabajo le da entrada de dinero a su hogar?> Todos respondieron exactamente igual y Carlos las copiaba en un borrador. Muchos alababan al señor Grondlis, otros decían que la empresa era una gran fuente de inversión y bla bla bla.
Sólo nos quedaba uno más, su nombre era Tom, era el mismo que había visto trabajar con esos grandes auriculares azules y me habían hecho hacer un resumen del mismo.
-¿Cómo se siente usted trabajando en Grondlis?
Él se mostraba dudoso, tenía una corta barba algo oscura y su cabello era ondulado con algunas que otras canas. No era tan viejo, debía tener unos treinta y nueve años pero se veía de menos.
-Si respondo, ¿Esto saldrá en frente de todos?
-No, por supuesto que no –respondió Carlos –es sólo para anotarlo anónimamente. –mintió. Era claro que anotábamos el nombre que tenía pegado en su traje y se lo daríamos a James.
-Bueno en ese caso… -Tom se empezó a abrir –no muy cómodo –soltó. –creo que a veces cuando apenas llego al trabajo quiero pedir un taxi e irme de aquí.
-¿Y eso por qué? –le pregunté.
-Por dios –dijo. –es obvio que en este lugar nadie se tolera, ni siquiera toleran al señor Grondlis.
Carlos y yo nos quedamos boquiabiertos, no podíamos creer lo que escuchábamos.
-Y… -siguió Carlos observando la lista de preguntas. -¿Este trabajo le da entrada de dinero a su hogar?
-Pues no mucho, apenas nos alcanza con el salario mínimo que nos dan por mes.
-¿Nos? –le pregunté, Carlos anotaba cada cosa que decía Tom, no se perdía de nada.
-¿No sabían? –rio- En esta empresa tienes que rogar para que te den un salario normal, casi todos aquí tenemos el mínimo.
-Pero… Todos dijeron que les alcanzaba y que les entraba el dinero suficiente. –protesté.
-Por favor sólo lo dicen para quedar bien con la empresa, si escucharan cada cosa que dicen en esta planta les sorprendería. –a continuación se fue.
Terminamos las entrevistas. Bajamos a la segunda planta.
-¿Estás loco? –le dije a Carlos situándolo en frente mío. -¿Cómo vas a decirle que nadie va a ver sus respuestas?
-Por favor Ansel –me dijo. –necesitábamos un poco de emoción en estas entrevistas. Si le decía que lo vería James y luego Grondlis no hubiese dicho todo lo que queríamos escuchar. –me miro y siguió caminando.
-Habla por tu mismo.
-Creí que querías el empleo.
-Sí pero siendo honesto.
-Mira, si leen las respuestas de este tipo quizás lo echen y así tendremos otro lugar asegurado para estar dentro de la empresa –me dijo. –yo si quiero el trabajo y voy a hacer lo posible para conseguirlo. –me miro muy fijamente, por un momento creí que sería buena idea pero no…
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Mañana era mi cita con Alessia, bueno en realidad no es una cita, es sólo una salida entre dos conocidos. Creo. Ella era rara pero también buena, debía agradecerle con algo el libro que me ha regalado. El libro. Debía empezar a leerlo.
Llegué a mi casa, mi madre no estaba así que aproveché a empezar mi libro mientras tomaba una rica taza de café.
“Como vivir la vida” por Isaac Lewys.
“Mírate. Eres joven y tienes miedo. ¿Miedo a qué? A vivir. Sí, a vivir y amar. Tienes miedo a que la persona que crees que es correspondida no lo sea. Deja de tragar tus palabras. Si quieres vivir (y no hablo sólo de respirar) debes ser tú y arriesgarte de una vez. Vístete como quieras. Escucha la música que a ti te guste. Di tu opinión, no te preocupes por lo que digan los demás, esta vida es tuya. ¿Cuándo te darás cuenta que puedes hacer lo que quieras con ella?”
Pasé toda la tarde leyendo este libro, realmente era fabuloso y me podía entender muy bien con Isaac y el mensaje que trataba de mandar. Cada palabra, cada oración me hacía recordar a Angélica.
*Relata Alessia*
Cerré la librería y me dirigí a mi casa, tenía mucha hambre aunque sabía que en mi casa apenas había fideos vencidos. Fui a un supermercado cercano y compré unas ricas pastas para hacer esta noche.
Salí del lugar y fui para mi casa. Sonó mi teléfono, era mi amiga Liz.
-Llamada telefónica-
-Hola alecita.
-Hola Elizabeth Raquel.
Me escuchó un silencio. –Estás jugando con fuego Al. –reímos.
-Tú empezaste, sabes que no me gusta que me llames Alecita.
-Bien, lo siento, sólo quería ponerle humor a esta noche –Liz siempre trataba de subirme el ánimo y a veces lo lograba. -¿Quieres salir a algún lado?
-Ehhhh… -bufé -estoy cansada Liz.
-¿Y mañana? Podríamos almorzar juntas.
Puse las pastas en el fuego y empecé a preparar la salsa mientras seguía hablando con Liz.
-No puedo, tengo otra cita.
-¿Otra cita? –preguntó con interés. –O has hecho otra amiga o tu madre te invitó a su casa.
-En realidad no, es un chico que conocí en esa empresa cerca de la librería, Grondlis.
Sabí que Luz iba a sorprenderse al decir la palabra chico, ella suele gustarle mucho esa palabra.
-¡¿Mi amiga va a tener una cita y yo no lo sabía?! –gritó Liz
-Oye, tranquila, no es exactamente una cita, sólo me invito a comer y ya. –podía escuchar el rápido aliento de Liz por el otro lado.
-¡Qué bueno mi amiga va a tener una cita! –ni me habrá escuchado. -¿Dónde va a ser? ¿Qué te pondrás?
-reí –Mañana hablamos bien, ¿quieres?
-Bien, pero me contarás todo pequeña rompecorazones.
-De acuerdo, adiós.
-Adiós.
-Fin de la llamada-
Ambas cortamos. No quería ilusionarme con ese tema ya que en mi última cita no me fué del todo bien.
Comí mis ricas pastas ya hechas y me fui a dormir.
Gracias por leer hasta aquí, no se pierdan los próximos capítulos, se que les gustarán. ¿Ansel y Alessia tendrán su cita?
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Alessia, como vivir la vida.
Random¿Crees que alguien puede enseñarte a como vivir la vida? No todo es un plan y no todo saldrá como en verdad quieres. Kristen Stewart como Alessia. Freddie Highmore como Ansel. ©Todos los derechos reservados.