Capitulo 3: un viaje.

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Me desperté con el olor a pan caliente que se preparaba al frente de mi casa, era tan dulce, tan rico, sólo una vez en toda mi vida probé ese pan, dicen que es muy caro por sólo tener esa puta calidad. Me puse la ropa habitual de un empleado, claro, y comí algo antes de ir a la empresa.

El bus estaba cargado de gente, a penas se podía entrar por la puerta que el chofer, amablemente, nos abría a pesar de tantas personas. Subí de todos modos y trate de no ensuciar mi traje, era el segundo día de trabajo y no podía permitir que alguien vea mi atuendo arrugado o sucio.

Iba por la mitad del viaje y un señor no muy alto y canoso se levanta de su asiento para bajar. Recé para que nadie intente sentarse en el, así yo pudiera cuidar mi atuendo. Corrí, salté y llegué. Me puse a pensar sobre lo que haríamos hoy, no creo que hagamos otro tipo de experimento como el de ayer, pero por si acaso voy a ir preparado. Tome una hoja de mi cuaderno "borrador" y anoté todas las ideas que estuve planeando durante estos últimos meses. Un grupo de personas subió al bus, una de ellas embarazada, por lo que note que nadie le cedió el asiento o fingía estar dormido. Así que yo igual. No podía ofrecerle mi único lugar donde mi traje no se extropeaba.

-Señor, ¿le podría dar su asiento a esa embarazada? - escuche una voz femenina «pobre el tipo que le habrán hecho esa pregunta» pensé con los ojos cerrados. -¿Señor? Ya sabemos que no esta dormido.

Maldición.

Abrí los ojos como los suelo abrir por la mañana, entre cerrados y con un que otro bostezo.

-Lo siento, estaba durmiendo. Aquí tiene.

-Para mi no es, es para la señora.

Al abrir bien los ojos creí haber visto un rostro conocido. Era una chica de, quizás, diecinueve años quizas veintipico, con una cola despeinada de cabello castaño claro y ojos verdes. Baje en la parada que me correspondía y note que la empresa estaba vacía. Revise mi reloj que marcaban las 10:01.

-Disculpe, ¿Tiene hora? -pregunte a un sujeto que por lo que vi, estaba muy apurado.

-Ocho y treinta.

¿Las ocho y treinta? ¿A.M?

Había llegado una hora y media antes. Cambie el horario de mi reloj y miré a mi al rededor. Recorrí toda la cuadra anterior a la empresa para ver si había un banco disponible para poder descansar y esperar a que pasara el tiempo. Fuí hacia un parque y caminando por allí, casi llegando al campo verde que adquirió la empresa, noté que mis finos zapatos traídos de Europa estaban llenos de barro. No tengo una buena posición economíca pero esos zapatos eran mi humilde padre.

-¡Maldición! -dije en voz alta mientras me agachaba para poder limpiarlo. Ví una sombra.

-Si sigues así te saldrán canas y muchas arrugas.

Era la chica, la misma que había visto hoy en el bus y la misma que tuve que sacar el otro día de las cámaras. Estaba vestida con un gorro rojo que hacia lucir sus grandes ojos verdes naturales que se les veía lindos. También llevaba una campera negra con una bufanda muy larga color verde y gris.

-Mira esto -dije señalándome los zapatos. -es asqueroso, van a matarme. -sacudí mi calzado así quizás podía caer la tierra rápidamente.

-¿Quienes? -la mire.

-¿Y a ti que te interesa? -me saqué el zapato y lo limpié con un árbol y sus hojas, pero aún así era imposible.

-Yo sólo quería ayudarte, se ve que no eres muy bueno con eso -dijo sin sacar la vista a mis ojos mientras yo la observaba de reojo tratando de sacar esa maldita tierra. -es inútil.

-¿Ah, si? Pues quiero ver como lo haces tú.

Me miro desafiante, sacó su mirada y le agrego una sonrisa. A continuación tomó el zapato y de un tirón saco mi corbata, antes de que pudiera decirle algo pasó la corbata por el zapato embarrado y a los segundos me lo devolvió.

-Ahora tengo sucia la corbata. Eres muy inteligente. -dije en sarcasmo, mientras ella reía.

-Pero, ¿no querías que limpiara el zapato? -se burló e hizo que sacara una mínima sonrisa de solo unos segundos.

-No es gracioso, yo si tengo un trabajo y al menos trato de cuidarlo -dije.

Ella se acercó a mi.

-¿Hace cuanto que no sonreías? -iba a responderle, aunque sabía que no tenía respuesta pero puse los ojos en blanco y me fuí. -Hasta luego. -dijo.

«si es que nos volveremos a ver» pensé.

¿les gustó el personaje de Alessia? Ella suele ser muy desafiante y dudo que se aburran de ella.
Multimedia de Ansel, sus ojos *-*

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Besos Abrl-

Alessia, como vivir la vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora