Capitulo 16 (Parte 2)

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*Relata Ansel*

-¿Y qué vas a hacer? ¿Se lo dirás a Zack? –le pregunté a Angélica cuando llegamos a un tipo de cuarto que se encontraba dentro de la casa de la familia Artonni.

-Lo estoy pensado –me dijo con sus hermosos ojos azules que antes hacían que me ponga de piel de gallina pero ahora ya no, su noticia había sido demasiada para mi... no me imagino para Zack –se merece saberlo pero está empezando su carrera como "actor" y esto puede arruinarle todos sus planes. Yo le arruiné todos sus planes. –Angélica empezó a sacar una lágrima hasta que se convirtieron en dos... y después en tres.

-No le arruinaste nada, fue una equivocación de los dos –me apresuré a decir para que dejara de llorar mientras le secaba las lágrimas de su rostro –hey, va a estar todo bien.

-Necesito que estés conmigo para esto –me dijo Angélica con una mirada triste casi sollozando. Era increíble lo que me acababa de decir, quería parecer tranquilo pero estaba más preocupado que ella.

Abracé a Angélica lo más fuerte y confortable posible cuando se escuchó un ruido por nuestras espaldas, era alguna especie de vidrio y cristal que se desvanecía en el suelo.

Era un florero, pero no se había caído por el viento, atrás de los montones rotos estaba Alessia parada boquiabierta observándonos. Quizás no era una situación comprometedora pero quién iba a decir que íbamos a llegar a esto.

-Yo ya me estaba por ir... -agachó su cabeza al suelo hacia los pedazos de cristal o lo que fuera –voy a...

-No, no –dice Angélica –no te hagas problema por eso.

-Déjame que te acompañe – le digo mientras voy hacia su dirección pero ella pone sus brazos en frente mío y me detiene.

-No –observa a Angélica y luego a mí –no quería interrumpir, de verdad perdón, aparte tengo una librería la cuál abrir y mi batería está agotada.

-Bien, pero iré contigo y no voy a aceptar un no –le sonrío para que se quede tranquila, luego pienso en lo raro que me veía sonriendo y hago una especie de mueca para disimular.

¿Yo sonriendo? Rio para mis adentros mientras Alessia ya se estaba yendo dirección a la salida. La sujeto de brazo fuertemente y al notar mi fuerza la suelto sólo un poco.

-¿Qué pasa?-le digo, ella se notaba perdida, algo mareada quizás.

-Nada, nada, estoy cansada –mira sobre mi hombro – tú y Angélica tienen muchas cosas de que hablar y yo no entiendo que estoy haciendo aquí o porque acepté fingir ser tu novia –me dijo suavemente con esos ojos verdes que a diferencia de Angélica, me pusieron de piel de gallina y salió por la puerta principal despidiéndose con un adiós.

Pasó todo muy rápido, quería ir detrás de ella, pero lo dramático no era lo mío, si ella quería irse sola iba a respetarlo, en ese sentido soy así. A la mayoría de las mujeres les parece frío pero ¡Dios! Todas se contradicen ¿Cómo se supone que debemos entenderlas? Ustedes son las contradictorias.

-Ansel –Angélica me sacó de mis pensamientos o de unos de esos momentos donde te quedas congelado o en shock -¿Todo bien con ella?

-Eh, si –le digo algo dudoso –quiso irse.

-Pero te quedarás conmigo ¿no? Ahora te necesito más que nunca. –me dijo abrazándome una vez más, yo le sonreí lo más sinceramente posible pero me sentía culpable por no acompañar a Alessia, que estupidez, ella podría cuidarse sola, ¿no?

Pero esa sensación de abandono de mi parte sigue ahí. Maldición.


*Relata Alessia*

Alessia, como vivir la vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora