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Los machos entraron.

El ruido del bullicio inundaba.

Gritos y sonidos de guerra se proclamaban.

Y luego....nada.

La pequeña chita se refugiaban en el cuerpo inerte de su madre, llorando en silencio, sin que nadie la viera. Tenia tan solo horas de nacida y el mundo ya era cruel con ella, arrebatándole el cariño de la única persona que le importaba en el mundo: su madre.

Desde que era un feto la pequeña chita había sentido el amor incondicional de su madre, quién le había acariciando sobre la piel, susurrando cosas que no entendía pero sabía que eran cosas bonitas. Se había sentido segura y protegida dentro de su madre pero ahora que estaba afuera y sin ella, tenía terror al mundo.

Los seres extraños que la habían recibido la dejaron cuando escucharon un fuerte ruido. Apenas la habían limpiado porque ella no quería alejarse de su madre, entonces unos de esos seres extraños entró corriendo y gritó "¡La ONE está aquí, huyamos!" Entonces solo la abandonaron esperando que ella muera junto a su madre.

"-Mami tengo hambre...tengo frío. ¿Por que tu calor no es suficiente?"-Gimoteaba la cachorra en su mente.

Entonces el cansancio le ganó y decidió que era mejor cerrar lo ojos y olvidar todo.

(*)

Leo rara vez se metía en los asuntos de rescate, él prefería cuidar de los animales salvajes. Sin embargo, cuando se escuchó que se necesitaba ayuda en la Reserva porque se había rescatado un gran número de Especies y Multihibridos, él fue el primero de la zona salvaje en ir a ayudar.

Ahora se encontraba llevando vendas y remedios a la sala del centro médico para los recién rescatados.

–Gracias Leo.–Dijo Paul tomando las vendas y pasándole a su hermana y a Mourn para que pudieran seguir con su trabajo.

–¡Leo!–Grito Midnight –¡Necesito alcohol!

Leo se movió rápido para llevarle el alcohol. Todo era un desastre pero al menos muchas especies se anotaron a ayudar  y también muchos de la zona salvaje como Sorrow, Valían, entre otros. No era fácil esto pero al menos estaban haciendo algo.

–¡Apartense, llevamos a una hembra grave!–Gritó un humano, Shane, mientras se movía entre las especies llevando entre otros humanos una camilla donde yacía una hembra inconsciente. Podía ver a Trisha tratando de reanimar a la hembra mientras estaba sobre ella presionando su pecho.

–¡Rápido, la perdemos!–Gritó y luego se perdieron tras las puertas.

–¿Esa es Luz?–Preguntó  un Multihibrido cerca de él.

–¿La conoces?–Preguntó Leo y el multihibrido asintió.

–Ella es nuestra líder, por así decirlo. Es la hija de los antiguos alfas de los multihibridos, antes del ataque. Ella tiene una hermana mayor, Layla, ella tenía la esperanza de encontrarla.

–¿Layla?–Repitió Leo, ese nombre le sonaba pero no sabía de dónde.

–¡¿Donde esta su bebé?!–Exclamó una hembra Especie.

–¿Su bebé?– Preguntó Shane, acercándose.

–Ella estaba embarazada, nació hoy, hace unas cuantas horas. Antes que interrumpan en el edificio.

Leo miró al humano y este miró preocupado a los otros humanos y negaron con la cabeza.

–No vi ningún bebé.–Dijo Shane.

–Espera.–Dijo otro humano acercándose.–Habia un cachorro chita acurrucado a su lado.

–¿Donde esta?–Preguntó Leo al sentir todas las alarmas.

–Lo dejamos a Flame  lo llevó al refugio.

–¿Que? ¡No, ese es el bebé de Luz!–Grito la hembra Especie.

Leo solo tuvo un segundo para salir de ahí lo más rápido posible y correr hasta el refugio. Desconocía muchas cosas sobre los Multihibridos pero sabía una cosa: ese cachorro no es del todo un animal. Corrió lo más rápido hasta el refugió, al llegar entro como un demonio y justo vio como Flame y la Dr Collins iban a inyectar algo a la cría.

–¡No!–Rugió sorprendiendo a ambos. La mujer estaba asustada y Flame confundido.

A zancadas llegó hasta ellos y tomó con cuidado al bebé chita asustado. Al principio este no se atrevía a acercarse, entonces él extendió su mano y la cría lo olfateó para luego saltarle a él y refugiarse en su cuerpo. Leo la tomó con cuidado, acariciándolo.

–¿Leo ? ¿Que sucede?–Preguntó Flame.

–Multihibridos.–Susurro para luego darse la vuelta e irse.

–¡Hey! ¿Que haces?– Gritó la Dr Collins pero Leo la ignoró, estaba centrado en la pequeña cachorra que ronroneaba entre sus brazos.

Era una pequeña chita hembra, hermosa, pero si prestaba atención podías ver algunas parte de piel humana además de sus ojos humanos.

–Yo te cuidaré, pequeña.

Y la bebé lo entendió, hace unas horas había creído que estaba sola en el mundo pero ahora tenía a ese gran macho felino con cola y de un aroma realmente confortante. Extrañaba a su mamá pero el calor del macho reconfortaba su dolor.
Ahora él era su salvación.

1766:Faith 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora