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Leo se encontraba inmensamente feliz acariciando a su pequeña compañera que también estaba acariciando su pecho luego de la quinta ronda de sexo. Sabía que no sería todo por ese día pero estaban haciendo un breve descanso antes de seguir, realmente el hecho de estar simplemente tocándose los ponía muy excitados.

—¡Por la Diosa, olvidé que tenía que ayudar a mí tía con lo del Yule!— Exclamó chita alarmada.

— Mmm olvídalo, hasta que no se te pase el periodo no saldrás de la cabaña. Le diré a tu tía que te he reclamado y que no asistirás a los preparativos hasta que dejes de sangrar.— Dijo Leo con voz ronca.

Faith sonrió y lo abrazo más fuerte acariciando su mejilla con su larga cola de chita. Leo tomó la cola y la acarició con amor y delicadeza y luego sonrió al recordar algo.

—¿Que?— Preguntó la hembra.

— Recuerdo la vez que no te deje jugar con mí cola porque estabas en ese periodo que mordias todo lo que encontrabas, no tenías más de un año creo, y tus dientes a pesar de ser pequeños eran filosos. Entonces como no te dejé jugar con mí cola agarraste la tuya en un descuido y te mordiste la cola hasta hacerte sangrar. Tuvimos que vendarte la cola y tuve que tener un control estricto contigo.— Dijo el macho riendo ante el recuerdo y Faith sonrió sonrojada.— Eras tan traviesa, muchas veces te decía que no juegues con mí cola mientras cocinaba porque temia lastimarte en la cocina. Siempre he sido un paranoico en cuanto tu cuidado, pensándolo bien, no soy tan diferente a Hell.

— No, realmente no lo eres.— Dijo Faith acariciando su pecho.— Te amo Leo, te amo demasiado.

— Y yo a ti, mí cachorra. Te amo más allá de lo inmaginable.— Dijo besando su frente.

— Creo que le hubieras agradado a mí madre.— Dijo Faith sonriendo ante la imaginación de que su madre haya conocido a su pareja.

— A mí me agrada tu madre. Tengo mucho que agradecerle.

—¿Agradecer? ¿Cómo que?— Preguntó la chita confundida.

— ¿Que pregunta es esa? Por supuesto que tengo que agradecerle el mero hecho de haberte concebido, de haberte creado, de haberte cuidado y puesto en mí vida.—Dijo el macho jugando su cola con la de ella.— Siempre odié las circunstancias por las que nos conocimos pero nunca me arrepentí de haberte tomado en mis brazos y haberme hecho cargo de ti. Incluso casi llegué a pelear con Alpha por tu custodia, pero creo que Vengance ya sabía que eras mía. A veces me imagino la hermosa infancia que hubieras tenido si hubieran vivido tus padres... Te habrían cuidado mejor que yo.

—¡Hey!— Faith le comenzó a acariciar la mejilla.— No digas eso, lo haz hecho bien. Me has hecho muy feliz desde el momento en que me tomaste entre tus brazos. Solo hay dos olores en mí memoria que nunca podría olvidar aunque quisiera: el de mí mamá y el tuyo. Soy feliz contigo, siempre lo he sido.

— Mí pequeña bebé.— Dijo Leo poniéndose de costado para estar enfrentado a ella.— Tu eres mí felicidad sin duda. Antes de ti era tan solitario y triste.— Gruñó el macho.— Envidiaba las parejas acopladas. Siempre he sido considerado como el macho de la zona salvaje más temido y el peor de los fallos... Así que agradezco inmensamente a tus padres por amarse tanto y crear a mí pequeña compañera.

— ¿Mis padres se amaban?

— Por supuesto que si.— Gruñó con una sonrisa.— Tu mamá encontró a su mate en Marcile, ambos estaban muy enamorados y te crearon.

— Sé muy poco de mis padres. No sé nada de mí padre ¿Cómo es que tu lo sabes?

— Porque quería saber todo de ti, así que indagué un poco. — Leo suspiró y la abrazó por la cintura.—Tu padre se llamaba Cedric y su número era 025, él era de linaje pantera y vampiro. Él murió cuando tu mamá tenía 2 meses de embarazo, murió protegiéndola. Pero se amaron mucho, muchísimo. Dicen que era muy valiente y difícil de lidiar, te pareces a él en esos aspectos.

Faith sintió orgullo y alegría de saber quién fue su padre, también sintió tranquilidad de no estar en la ignorancia de sus origenes.

— Ahora estoy tranquila. Me sentía mal al pensar que mí madre estaba sola en el otro lado o que mí padre era alguien malvado... Él está con ella, ambos están juntos y seguramente son felices así como tú y yo.

Leo sonrió y le robó beso antes de comenzar a besar su cuello haciéndola suspirar.

— Tu padre y tu madre siempre están cuidándote cariño, pero nadie te cuidará mejor de lo que yo lo hago. ¿Y sabes por que?

—¿Por qué?

— Porque eres mí vida. Sin ti, nada tendría sentido.

Faith se sonrojó mientras le acariciaba la melena y él jugaba con su cuello mordiéndole y besándolo. Ambos realmente estaban totalmente enamorados.

— Creo que es hora que firmemos los papeles de compañeros y nos casemos según las tradiciones multihibridas.— Dijo Leo contra su cuello.

—¿Quieres hacerlo?— Preguntó sorprendida.

— ¡Por supuesto! No aguantaré otro día sin un papel que aleje a los demás de ti. Eres mía.

— Entonces...—Dijo Faith sonriendo.—¿Por qué no esperamos unas semanas hasta que pase el cumpleaños de Night?

— ¿Por qué quieres esperar tanto?— Pregunto el macho con el ceño fruncido.

— He pensado que deberíamos ayudar al tío Hell con Night. Ambos son unos idiotas que se aman, luego de su cumpleaños Night puede ser cortejada y así en nuestra boda Hell puede acercarse a ella.

—Mmm— ronroneó el macho besándola fugazmente.— Lo haz pensado en todo ¿Eh? ¡Bien! Tienes razón, hay que ayudarlos.

—¡Gracias!— Exclamó feliz la chita.

— Todo lo que quieras yo te lo daré, solo debes pedírmelo.

— Entonces quiero tu corazón.

— Eso ya lo tienes, bebé. Todo de mí es tuyo.

Faith no puedo resistirse y lo besó, lo que desencadenó a un beso más duro y apasionado despertando el fuego del placer de nuevo.

1766:Faith 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora