9, Extra sorpresa.

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– No puedo.– Dijo Leo con tristeza.– No puedo hacer lo que él pides.

–¿Por qué no?– Dijo Faith decepcionada.

– Porque eres una niña aún, y no está bien. Cuando tengas la mayoría de edad, si me lo pides, lo haré pero ahora no es correcto.

– Bien.

Faith se sentía dolorida y frustrada. Su plan para que Leo se quedará con ella ahora siempre no estaba funcionando. Había ideado un hechizo de vinculación pero para eso Leo debía besarla, algo que al parecer no iba a conseguir aún así no se daría por vencida y pasaría al siguiente plan: crecer.

– Cachorra...

– Está bien, terminemos de comer y vamos a dormir. Estoy agotada.

–¿Dormirás conmigo?

–¿Donde más?

Leo sonrió feliz, volvería a tener la misma relación de siempre con Faith. Todo volvía a la normalidad...o tal vez no.

(*)

Hola! Para los que están ansiosos por Hell acá va un poco de su historia pero sigue siendo la historia de Faith, este es un capitulo especial.

Dos años después.

Night caminaba tranquila hacia el viejo molino, era un lugar donde solían reunirse Faith y ella. Hace unos minutos tuvo un presentimiento extraño, últimamente Faith andaba extraña ¿Sería la adolescencia? No recordaba que las cosas fueran asi  a sus 11 años, actualmente poseía 14 años y las cosas se ponían un poco difícil con las hormonas y la insistente presencia de Hell a su alrededor, incluso en ese momento ella sabía que él estaba cerca de ella.

–No te cansas de seguirme ¿verdad? Me gustaría tener mi privacidad.– Dijo caminando, sabiendo que la escucharía.

– Mi deber es protegerte, princesa. Además... Es de noche ¿Que haces aquí?

Night se detuvo al escuchar esa voz ronca cerca de ella, de giro sobre sus talones para encarar al gran macho de cabellos largo y negros, sus ojos rojos como sangre siempre la atrajeron y sus colmillos que lucían filosos siempre le dieron curiosidad de tocar. El macho era muy grande y ahora que comenzaba a entrar a la adolescencia sabía lo que era encontrar "sexy" a un chico, en este caso a Hell.

– Pues te libero de tu responsabilidad, ya no te necesito para que me protejas. Y no te go porque darte explicaciones del porque estoy aquí. Vete.

– Bien.– Dijo Él muy serio.

–¿Por qué sigues aquí?

–¿Quién dijo que lo aceptaría? Me quedaré y seré tu sombra quieras o no princesa.

– No me digas princesa.

Night odiaba como una simple palabra la intimidaba, como le hacía sentir cosquillas y le tentaba a perdonar a Hell. Simplemente odiaba que le gustara tanto.

– Lo siento, pero es el apodo que te di desde el día que naciste así que acostumbrate, princesa.

Night gruñó molesta y se dió vuelta para ignorarlo y volver a caminar. Hell sonrió mientras caminaba a su lado, ya no tenía sentido volver a ocultarse.

–¿No crees que esa blusa es un poco...sexy para ti?– Dijo Hell viendo cómo la blusa mostraba mucha piel, una blusa impropia para la edad de ella.

– Ya te pareces a mamá, ella ya me lo dijo pero hace calor y esto es lo que encontré, así que aguantense. Además es de noche, todo está oscuro para que alguien me vea.– Se giró a mirarlo.– Solo tú eres el psicópata que me sigue a todos lados.

–Night...– Dijo gruñiendo.– Eres una niña no deberías vestir así.– Dijo haciendo caso omiso a lo del "psicópata" ya estaba acostumbrado a que le digan así.

– Y tu un macho que sigue a una niña ¿No está mal visto? Además casi cumplo 15, pronto seré una señorita así que no me vengas con eso.

Hell gruñó molesto, sabía que pronto Night sería una señorita y eso en el mundo de los multihibridos significa que puede ser cortejada por los machos, significa que comenzará sus tareas casi adultas dentro de la manada y que estaría casi a un paso de ser toda una hembra lista para contraer matrimonio.

–¿Que?

– Me temo que una parte de mí le encantaría que siguieras siendo una niña.– Dijo apesadumbrado Hell.

Night no dijo nada, sabia que la atracción insana que sentía por su tío era demasiado incluso aunque ella lo odié bastante.

– Deberías buscarte una vida, tener una hembra y dejarme en paz.

Lo dijo finalmente, siempre se reprimía al decirlo porque temía que él hiciera caso a sus palabras y se buscara una compañera.

– Si, definitivamente deberías buscar a tu  mate y dejarme en paz.

– Tu sabes quién es mí mate. Sabes a quién pertenezco pero no lo quieres aceptar.

Night apretó los puños tratando de evitar sentir la emoción hacia él y hacia sus palabras, no quería ilusionarse de nuevo, no quería sentir esas mariposas revolver su estómago de nuevo y por supuesto que no quería sonrojarse pero ahí estaba, todo lo que no quería aparecía sin más.

– Mientes, una y otra vez. No somos compatibles, no somos mates.– Dijo con voz firme mientras avanzaba a pasos segura.

Sin embargo no dio ni dos pasos cuando Hell la tomó de la cintura y la puso contra un árbol apretándose contra ella, mirándola como un depredador hambriento.

–¿Que no somos mates? ¡Eso sí es una puta basura!– Dijo enojado que logró que Night se encogiera.

La luz de la luna se metía entre ambos, los ojos de Hell brillaban en su rojo carmesí en una mirada dura y... Caliente. El calor y el olor del macho hacia que Night se sintiera invadida y mareada, como drogada, intentó huir de su mirada ocultandose tras su cascada de cabello blanco y sus ojos, como los de su padre, se movían a cualquier lugar menos a los ojos de Hell.

– Vuelve a repetirlo Night.– Dijo gruñiendo.

– Aún no cumplo los 15.–Le recordó con advertencia.

– Y cuando los cumplas seré el primer macho en la fila para cortejarte y seducirte. Serás mí hembra Night, eso tenlo por seguro.

–¿Y si no quiero?– Dijo mirándolo desafiante.– ¿Y si no quiero ser tu mate?

– Entonces te demostraré que si lo quieres.

–¿Cómo?

– Así.

Y esas fueron las últimas palabras antes de de abalanzarse a su boca y besarla como si el mundo se acabara. Era el primer beso de Night y él lo sabía, se sentía como un jodido Dios solo por eso.
Por otro lado Night intentó resistirse, intentó pelear contra él pero terminó cediendo y trató de seguirle el ritmo torpemente rodeando el cuello del macho con sus labios.

Ambos no tenían prisa por terminar el beso, estaban metidos en un mundo donde eran adictos a besarse y sabían que estaba mal pero ¿Que podían hacer?.
De pronto Night se encontraba gimiendo en la boca de Hell y él supo que debía parar porque ya era suficiente malo lo que hacía como para que sexualmente la acariciara. Pero en el momento que se iba a separar Night se soltó bruscamente.

–¿Que sucede?

– Faith, es Faith.– Dijo sorprendida. – Está en problemas.

1766:Faith 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora