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Gustabo caminaba con el ceño fruncido hacia su celda, que no hizo nada malo ¡solo le partio la cara a un gilipollas!, claro que no soltaba nada de lo que pensaba, tonto no era y preferia no meterse demasiado con la autoridad.

—Entra

—Ya voy

Sin mas el rubio entro al lugar y se encontro sobre su cama un libro,este era el visitante, rapidamente lo tomo con una sonrisa.

—De nada —sin mas el funcionario cerro la celda de Gustabo y se quedo fuera, aquel era un castigo cuando uno de los presos hacia algo—

El rubio comenzo a leer aquel libro sin mas, no sabia porque aquello del funcionario, fue demasiado raro para su gusto, ¿porque lo haria?, queria conocerlo mas, le parecia bastante interesante.

—Oficiaaal

—¿Necesitas algo?

—¿Que hace aqui?

—¿Que mas?, vigilar lo que hagas gilipollas 

—No, no, me refiero a ¿porque trabaja aqui?

—¿Te incumbe?

—No, pero...

—Entonces cierra el pico 

Gustabo se acosto en su cama, pensaba en todo lo que habia hecho, Emilio era su amigo y lo mato por una traicion que lo amaba, pero aquello no se perdona, pasa un rato sumido en sus pesamientos, esto hasta que sus compañeros de celda entran, estos siendo el chino y Horacio.

—Gustaboo, ¿donde es que estabas?

—Bueno, uno de los maderos me separo de ese insoportable, me dijo que tuviera cuidado y bla, bla, me mando a la biblioteca y luego otro madero me trajo aqui

—Jodel, te peldiste de otla pelea, fue la de Holacio 

—¿¡Como!? 

—Si, si se peleo con otlo imbecil, no lecuerdo su nomble 

—Hombreee, yo pensando que eras un osito eh 

—Es que no dejaba de molestar —solto el de la cresta—

La hora de la comida llego y como siempre salieron, una mierda le parecia la comida del lugar a Gustabo, pero le tocaba resignarse, la noche llego, sus amigos ya dormian, llevaba 6 meses cumpliendo condena y era una mierda, pensaba en todo lo que pasaba, eso hasta que escucho como una voz lo llamaba.

—Gustabo

—¿Que quiere? —identifico la voz al instante, era la voz de aquel madero que tanto le llamaba la atencion—

—Ven a la puerta

—¿Para que?

—Es una orden

—Bien 

Se levanto de su cama, iba en ropa interior porque le incomodaba el uniforme para dormir, llego a la puerta y el otro la abrio.

Vaya sorpresa que se llevo.

Interesante. GrestaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora