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Todos subian las escaleras para llegar a la oficina de aquella directora, cuando estuvieron frente a la puerta de la mujer, el funcionario que los escoltaba toco la puerta.

—Pase 

Ante aquello abrio la puerta y procedio a hacer que los presos entraran, el ultimo en entrar fue Garcia, porque digamos que recibio instrucciones.

—¿Ahora que sucedio? —solto la mujer—

—En su mayoria estos sujetos estaban moviendo droga, ya cache a todos, solo tres de ellos tenian droga encima 

—¿Quienes?

Señalo a los 3 exceptuando al rubio, los amigos solo le observaron un tanto confundidos por el hecho de que no señalara a Gustabo, porque ¡era quien mas droga llevaba!

—Si ese es el caso, ¿este que pinta?

—Son compañeros de celda

—Sacalo de mi vista si no tiene nada que ver 

—Claro directora 

—Sabes que me puedes llamar Paola

—De acuerdo, directora —le lanzo una sonrisa mientras escoltaba afuera a Gustabo—

El rubio sencillamente no sabia que pensar sobre lo que sucedia, aquello ya era demasiado extraño, ¿porque le salvo de aquello?, aquello ya supera lo que podria ser normal, se encontraba fuera de la oficina, esperaba con paciencia.

Greco escuchaba la irritante voz de la directora, simplemente por su mente pasa Gustabo, no es que le cayera de maravilla.

Pero una promesa nunca se debe romper.


Interesante. GrestaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora