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Se encontraba recostado sobre la comodidad de su cama, aunque realmente no se sentía bien o tranquilo, tenia miedo a mas no poder, por ello solo podía cerrar sus ojos unos segundos porque sentía que en cualquier momento algo malo sucedería, solo quería irse de aquel lugar, no le importaba si lo hacia vivo o muerto... Aunque después su mente comenzó a pensar en aquel hombre que casi siempre buscaba protegerlo, realmente no sabia como sentirse ante aquellos sentimientos que poco que iban surgiendo, se sentía por una parte ridículo por la situación en la que estaba y de igual forma dudaba realmente si sentía algo parecido al amor, quizá solo se estaba confundiendo, le hubiera encantado seguir en sus pensamientos, pero aquella voz que tan bien conocía comenzó a llamarlo, realmente quería gritar en aquel punto y ¿por qué nunca lo hacía? Es decir tenía a sus compañeros de celda y podrías avisarles, pero no lo hacía porque realmente les tenía aprecio y no quería que ellos murieran, supo que las amenazas del sujeto eran reales cuando una persona a la cual le había contado había terminado muerto... Ese había sido el triste deceso de Emilio, asesinado por saber la verdad.
Con lentitud bajo de la litera, trató de hacer el mínimo ruido posible para no despertar a nadie, se acercó hacia la puerta de la celda y pudo observar aquel rostro que tanto le atormentaba, aquel maquillaje de payaso, la cara completamente pintada de blanco, con una sombra morada oscura sobre sus párpados, uno labios pintados de un morado aún más oscuro que en buena parte estaba corrido, ese rostro era el que noche y día lo atormentaba ya fuera en sus sueños o en la realidad, para aquel punto sabía que la salida ya no existía, o quizá sólo existía una siendo la muerte, porque ¿de qué forma podría lograr escapar de las garras de ese demente?

Ya se encontraba en el suelo de aquel lugar que nunca realmente sabía dónde era, de día intentaba buscarlo, pero realmente no daba con este, pensó en que quizá sería un lugar donde sólo podrían entrar los oficiales. Sintió como aquellas manos se paseaban por su abdomen, su camisa aún seguía aunque no tardó mucho en terminar en el suelo, en aquel punto realmente tenía demasiado frío y miedo, quería que aquello acabará ya de una buena vez, pero ya sabía bien que lo haría sufrir y por ello iría tan lento.

Llegó al baño cuando los primeros rayos de sol comenzaban a bañar todo,  había despertado muy cerca del lugar donde se dirigía, sólo había pequeños fragmentos de recuerdos de lo que había acontecido en aquella noche, pero no más. Solo suspiro al ver que no había nadie en el lugar, sus caderas como siempre le dolían, realmente no sabía si podría soportar mucho más así, llegó hacia el lavamanos y se sostuvo de ese, se observó en el espejo y en ese momento se puso a llorar, una marca de aquel labial estaba sobre su cuello y también varias marcas. Aunque creyó mal cuando pensó que en el baño no había nadie, por supuesto que había alguien que rápidamente le brindó un cálido abrazo, en aquellos brazos Gustabo realmente se sentía a salvo.

—¿De nuevo pasó? —decía mientras apretaba un poco más al rubio, aunque trataba de no lastimarlo u algo parecido—

—S-si, tengo miedo Greco

la vdd disculpen no tenia muchas ideas y eso.

La próxima actualización se viene en dos
meses. 🤩

Interesante. GrestaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora