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Las cosas poco a poco fueron subiendo mucho más de nivel, Gustabo simplemente ya tenía algo más que miedo, lo que sentía simplemente era mucho más que miedo. Sólo se sentía un poco mejor al tener a aquel funcionario cuidándolo.

—Disculpe Greco...

—¿Qué sucede?, ¿necesitas algo? O ¿te duele algo?

—No, no, es que quería decirte algo

—¿El qué?

—Me gustaría haberte conocido en otro sitio

—Opino lo mismo, me hubiera gustado haberte hablado antes, pero ya saldrás y yo seguiré...

Y aquello no era una mentira, durante algunos años sin que Gustabo se enterara Greco estaba detrás de el, esto porque Conway quería manterlo a salvo aunque este ni supiera que era su padre sólo no le decía por el miedo de que lo lastimaran por ser hijo del superintendente, pero este no contaba con que su hijo se metería en problemas y más problemas, se metía con gente equivocada, hacia acciones equivocadas, pero aún así lo ayudo para que ni terminará comiendo barrotes, pero el colmo fue que asesinara a aquel hombre, sólo decidió que iría a la cárcel por un tiempo, esto en búsqueda que aprendiera, pero que claro no contaba con que la pasaría de la mierda en la federal, sabía de las peleas y demás cosas, pero cuando Rodríguez le contó todo lo que pasaba quería matar a todos, su plan de ayudar a su hijo salio contraproducente, ahora había un nuevo problema, pidió ayuda a quien es superior a el, está simplemente aceptó pero le aviso que tardaría tiempo en lograrlo.

—Me gusta mucho tu barba

—¿Si? —decía mientras se acercaba un poco más al rubio, se encontraba acariciando su mano para intentar tranquilizarlo ya que todo lo que le había vivido aquel día era horrible—

—¿Puedo?

—Por supuesto

Sin más comenzó a pasar su mano por la barba de Greco, sonreía al hacerlo y el otro también le sonreía, aunque una sorpresa llegó cuando accidentalmente sus dedos tocaron los labios del otro. Por unos segundos olvidaron todo, olvidaron donde estaban y en especial Gustabo había olvidado el dolor que sentía en el estómago, porque si aquel día aquella persona le había hecho lo de siempre, pero también lo apuñaló.

—Vale, vale debo de irme Gustabo, si necesitas algo dile al doctor para que este me avise ¿de acuerdo?

—Gracias, gracias

Interesante. GrestaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora