Capítulo 27

10 0 0
                                    

Bulan se despertó con un mejor humor luego de la nefasta noche que tuvo. Bajó a tomar del desayuno y ahí se encontraba su mamá.

- ¿E hija? ¿Te encuentras mejor?

- Sí, muchas gracias por preguntar. – Bulan le respondió con una sonrisa.

- Qué bueno. Creo que es el momento para que vayas a la universidad o si no vas a llegar tarde a las clases de hoy.

Se le abrieron los ojos bien grandes al darse cuenta que hoy tenía clases. En su mente pensó que era por todas las emociones que la llevaron a olvidarla.

- Uh gracias mamá. Me había olvidado de eso.

Se fue a su habitación y preparó la mochila. Al ver que estaba lloviendo, se agarró un paraguas y se fue a su universidad para no llegar tarde a las clases. Mientras tanto, Ezequiel recién se levantaba de la noche agitada que tuvo. Primero vio las gotas que caían a la ventana de la habitación. Después vio todas las botellas de alcohol desparramadas en el piso. No quería pensar en el monto que iba a tener que pagar al momento de realizar el check-out. Sin embargo, eso no lo importaba en el momento. Él quería hablar con alguien y pensó en la persona que más confiaba en el mundo, su mamá. Realizó la llamada a través de Whatsapp y luego de unos minutos Silvina contestó la llamada.

- Hola mi querido viajero, ¿cómo andas? ¿cómo venís disfrutando del viaje?

- Hola mamá, todo bien y vos. El viaje viene siendo muy lindo aunque no te llamé precisamente por eso.

- ¿Y entonces por qué es la llamada?

Ezequiel le contó con la mayor cantidad de detalles posibles de los últimos días que pasó junto a Bulan, en especial de la noche anterior.

- ¿Y bien? ¿qué pensas de todo esto?

- Mmmm la reacción de ella era de esperarse, pero... ¿Vos hiciste algo para detenerla o hablaste de tus sentimientos por lo menos?

- No, la dejé irse del restaurante. Sentí que fue todo abrumador para ella. – Él contestó apenado. – Le dije que la amaba pero no estoy seguro que me haya comprendido.

- Entonces anda a su casa e intenta hablar con ella, pero esta vez decirle todo lo que sentís por ella. Hijo, has viajado por el mundo sólo para buscarla, ahora no es el momento de rendirse. Sin embargo, trata de hablar del tema con suma seguridad y paciencia, ahí ella va entender todo. – Lo dijo con una confianza que inflaba la confianza de cualquier persona.

- ¡Muchísimas gracias por tus palabras mamá! La esperanza es lo último que se pierde. Iré hablar con ella.

- Te deseo todos los éxitos del mundo, porque no necesitas de suerte para conquistar el amor de tu vida. Eso sí, contarme después como te fue.

- Sí, lo haré mamá. ¡Nos vemos!

- ¡Besos hijo!

Al finalizar la llamada, se puso a pensar la dirección de la casa. Él estuvo una vez pero no se acordaba para nada. Entonces los nervios lo empezaron a dominar porque no sabía donde vivía, pero a los segundos se detuvo. Se acordó que tenía uno de los hermanos de Bulan de contacto en Instagram. Entonces le escribió un mensaje preguntándole la dirección con excusa que quería despedirse de Bulan y su familia por una última vez. El hermano, sin estar enterado de la situación entre su hermana y Ezequiel, le pasó encantado la dirección. Al tener eso Ezequiel no dudó ningún segundo y salió disparado a la calle. En ese momento no le importaba que estaba lloviendo, sólo quería agarrar un taxi e ir a la casa de Bulan, pero los primeros taxis estaban llenos o no paraban para que se subiera. Hasta que uno se paró al lado y finalmente se pudo subir. El tachero le preguntó hacia dónde iba y él le mostró la dirección. Para su fortuna, el tachero captó la dirección y para ahí se dirigía.

El Hilo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora