Capítulo 4

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Se había terminado esa eternidad para los dos y por fin pudieron volver a tener esas conversaciones que le faltaban en sus vidas, o era al menos como ellos se sentían. Hablaban de sus respectivas vidas y todos los acontecimientos recientes, parciales, trabajos grupales, presentaciones, momentos de disfrute con familiares y amigos, peleas cotidianas y mucho más. Sin embargo se quedaban cortos con las palabras que escribían, entonces mandaban audios y hasta volvieron a las charlas duraderas en las videollamadas.

En una de las videollamadas Bulan le pidió a Ezequiel que le cantara una canción y él no tuvo drama en aceptar la propuesta. Al principio no sabía cual cantarle, pero luego se le vino la primera canción. "I don't want to miss a thing" de Aerosmith fue la primera canción. El se sentía como Steven Tyler con una voz más desafinada, pero que la cantaba con el corazón. Ella disfrutó de la canción y esto la llevó a pedirle una más. El aceptó la propuesta de buena gana y eligió otra canción romántica para la noche en Indonesia. Optó por una de las canciones más románticas de Ed Sheeran, "Perfect". Otra canción donde el mundo parecía que estaba parado mientras él cantaba para ella. Al finalizar el concierto, el sentía una vergüenza por lo desafinado que estuvo todo el tiempo, en cambio ella tenía una sonrisa marcada de punta a punta. Su felicidad irradiaba a la cara de Ezequiel y lo hacía sentir mejor con el mismo. Después de esto ella se fue a dormir con una paz gracias a las canciones en mente cantadas por él.

Sus conversaciones siempre variaban de temas sin importar el día ni la hora. Un día se pusieron hablar de sus culturas, más específicamente de la religión de ella, el Islam.

- Ey Bulan, ¿qué me podés contar de tu religión? – Le pregunta Ezequiel.

- Bueno... Rezamos cinco veces al día. Otra cosa es que las mujeres empiezan a vestirse con sus turbantes desde que son jóvenes. Tenemos una celebración, que se llama Ramadán, en el cual durante por un mes todos los musulmanes realizan ayuno durante la salida hasta la caída del sol. Significa que si queremos comer lo tenemos que hacer cuando no esté presente el sol. Mientras el sol brilla el día, no podes comer, ni beber, incluso agua, ni realizar ciertas cosas, como fumar.

- Guauu qué increíble todo lo que me contas. Si yo hiciera ese ayuno durante un mes, bajaría varios kilos jajajaja.

- Jajajaja pero perderías tu hermoso cuerpo.

- Jaja lo dudo mucho. Siguiendo con el tema seguro que tu religión debe tener muchas restricciones.

- Sí, mi religión tiene varias restricciones, como no podemos tomar alcohol. Uno de los más emblemáticos es que ningún musulmán no se puede casar con una persona que sea de otra religión.

- La verdad que estoy asombrado – Le dice Ezequiel con cierta impresión – Tienen muchas obligaciones más de lo que me imaginaba.

- Sí, es verdad pero te acostumbras a esas.

Ella le enseñó ciertas palabras árabes e indonesios, como Insha'Allah (si Dios quiere) y Aku cinta kamu (te amo), y como se lo imaginaran a él le faltaba mucha práctica para poder decir esas palabras correctamente.

Fin de año se estaba acercando y con eso la conclusión de varias actividades, como el de las universidades. Ezequiel terminó aprobando todas las materias del cuarto año, mientras que Bulan venía bien con las materias de su carrera aunque había finalizado el primer cuatrimestre. Ahora tenían más tiempo para hablar en el día a día. Entonces a Ezequiel se le vino una gran idea y se lo comento a Bulan. La idea se trataba de intercambiar sus números de Whatsapp y así poder seguir conversando con más comodidad. Ella al principio tenía sus dudas y se las explicó a él. Sin embargo el explicó lo bueno que sería seguir hablando por Whatsapp y al final ella terminó aceptando.

Se intercambiaron los números y empezaron agendarlos en sus celulares. Hasta ahí todo bien pero cuando lo hacen a Bulan, no le apareció el número de él en su celular.

- Eze, no me apareces en mi celular.

- Qué raro, yo creí que te la había pasado bien. Bueno, déjame revisar a ver que hice mal.

- Le preguntaré a uno de mis hermanos que él sabe de estas cosas.

Los minutos pasaban y no encontraban la solución...hasta que el hermano mayor de Bulan pudo encontrar el problema. Al fin había calma y risas entre los dos después de la situación.

- Ey, al fin pude conseguir tu número. Al aparecer me lo pasaste mal. – Le comentaba Bulan.

- ¿En serio? Perdón, no me di cuenta. Lo siento. – Le contestaba Ezequiel con una sonrisa triste.

- No pasa nada. Ey te comento que mi hermano creía que me estabas engañando, pero todavía confiaba en vos.

- ¿Por qué te haría eso a vos? Nos venimos hablando hace meses y ya te probé que soy una persona de carne y hueso. – Le contestaba Ezequiel estupefacto.- Muchas gracias por confiar en mí.

- Lo sé, ya vi tu cara antes y sabía que no podía ser eso. Sabía que no me harías eso.

Las conversaciones fluían como las corrientes de los ríos hacia el océano. Durante una de las conversaciones, ella le dijo que era el único hombre además de su padre y sus hermanos que la veía sin su turbante. Ezequiel quedó atónito ante este pequeño y al mismo tiempo gigante detalle como otra muestra confianza. Esto es una costumbre de las mujeres musulmanas que depositan esta acción como muestra de confianza en aquellas personas que aman. Esto lo dejó pensando a Ezequiel durante días qué significaba esta acción para él.

El Hilo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora