Capitulo 13

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Desperté en su cama desnudo y cubierto solamente con una sábana blanca. No había rastros de mi chica por todo el apartamento. Entré a la ducha, el cuerpo me ardía por la sesión de juegos macabros que habíamos tenido la noche anterior. Con mucha dificultad me vesti, preparé el desayuno para los dos y la espere... Los minutos se hicieron horas, el café se había enfriado, sin ningún otro remedio, desayuné en soledad y conduje hasta el estudio. No contestaba mis llamadas, no había rastros de su aroma por ninguna de las oficinas. Había desaparecido y eso comenzaba a preocuparme.
¿Y si me había abandonado? Quizá no era lo suficiente hombre para ella ¿Y si alguien la había secuestrado? Millones de preguntas con miles de situaciónes trágicas pasaban por mi mente. Algo en mi pecho me decía que estaba sufriendo, que necesitaba del calor de mis brazos para renacer.
La noche llegó, la cena estaba lista, el departamento ordenado y perfumado tal como le gustaba. Vi un partido de NBA sin ella, se sentía raro ver deportes sin que le gritara al televisor o que se enojara por los resultados. La casa sin Antonella era una casa sin vida, un Abel sin su Antonella era basura. Un cielo sin luna, un oceano sin peces, una canción sin melodía ¿De qué me servia cantar si ella no podría escucharme? Intenté esperarla despierto pero la madrugada llegó a nuestra puerta y el cansancio se apodero de mis ojos. 

— El amor es peligroso, puede destruirte en un segundo.— Escuché su frase entre sueños y el calor de su cuerpo encima del mio. A la mañana siguiente los dos despertamos en el sofá, no sabía a que hora había vuelto pero estaba feliz con su regreso. 

— ¿Estas bien? Estuve muy preocupado por ti. — Dije mientras acariciaba su cabello.

— Es que no podia soportarlo, me siento tan miserable. 

— Cuentame que sucede, asi podré ayudarte. Yo bajaría la luna por ti. 

— Lo sé, es que... Anoche fue el aniversario de la muerte de Meli.

— Es normal sentirse triste, era tu novia. 

— Íbamos a casarnos, teníamos un proyecto de vida juntas y el destino me la quitó para siempre.— Sus palabras fueron una daga para mi corazon. 

— Lo sé, pero yo te ayudaré a seguir adelante. Tu me haz convertido en un hombre mejor. 

— No quiero amarte tanto como la amaba a ella.

— ¿Por qué?— Nuestros ojos se encontraron, firme para recibir el primer golpe. 

— Porque tengo miedo de que algo te suceda. Si tu tambien me abandonas ya no me quedara nadie por quien luchar. 

— Primer punto, yo no te abandonaré, segundo tienes a Lu, a Juli, tu familia en Argentina, tu grandioso empleo en mi sello discografico, tienes muchas razones para vivir esta hermosa vida de porcelana. 

— Bésame, hazme olvidar mis demonios. 

— Toda la vida mi amor. 

*** 

— ¿Acaso te volviste loco o que demonios te pasa?

— No Tyler, ya lo tengo decidido. Me casare con Antonella. 

— Pero tu no crees en el matrimonio, ni siquiera crees en la monogamia. 

— La llevaré de vacaciones a su playa preferida, luego le dire de ir a conocer a sus padres y con la aprobación de ellos le pediré matrimonio. 

— Te volviste loco, debes dejar las drogas hermano. 

— La amo, no quiero despertarme ni una sola mañana sin estar a su lado. Quiero escribirle un millon de canciones, recorrer el mundo, presentarsela a mis hermanos, comprar una casa pequeña para que la llene de libros de matemática financiera, quiero tantas cosas. 

— Quien lo diría, pareces estar enamorado. 

— Lo estoy, estoy profundamente enamorado de mi Antonella y sólo por ella dejaré esta mierda.— Saqué el paquete de oro blanco de mi bolsillo y lo tire al suelo. 

— Uy esto si que va en serio. Jamás te habías propuesto dejar la cocaína. 

— Sere el hombre que ella merece, cueste lo que cueste. 

Había hecho una promesa, frente a mi amigo de la infancia, quería ocupar el vacío que había dejado su antigua novia. Quería formar una familia con ella, la idea de ver a nuestros hijos correr en un enorme parque repletoo de flores, me llenaba de felicidad. Quería que en los agradecimientos de su proximo libro me mencionara como su esposo, quería acompañarla en sus largas conferencias, quería tantas cosas y sólo con ella. Pero lo más importante, quería dedicarle esa canción que escribí pensando que algún día encontraría el verdadero amor, si... Quería dedicarle "Die for you". Aunque indirectamente ya lo había hecho cuando la ví llegar el primer día a mi oficina.

Where you belong | The WeekndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora