Capítulo 2 - Amueblar los inicios

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PV Olivia
No, no me desperté tarde ni con el ruido desesperante del despertador. Nunca lo hacía, hacía años que no me despertaba con el sonido de la alarma, mi cuerpo se despertaba antes de eso, unas horas antes además. Así que pese haber puesto el despertador a las 9 para que me diese tiempo a prepararme para ir hasta la cafetería, donde había quedado con Sophie, me desperté a as 7.30h. Así que aproveché para disfrutar de la soledad. Me acordé de cuando estaba en casa de mis padres, de como me gustaba que saliesen y quedarme unas horas sola en casa por la mañana, tomándome un café en la cocina de pie, parece mentira que ahora tuviese eso a diario y, aunque lo seguía disfrutando cada día y no me sentía mal al respecto, me acordaba de los desayunos con mi madre o los cafés con mi padre.

Me preparé un café y salí al pequeño balconcito que tenía el apartamento (nota mental: necesitaba una mesa para poner allí). Los tejados de Paris, esos que tanto me gustaban y que tanto me habían enamorado cuando los vi por primera vez, estaban delante de mi y lo estarían cada mañana, sonreí pensando que ojalá no acostumbrarme nunca a ello y seguir aguantando la respiración al verlos.

Y como siempre, se me fue el santo al cielo y pese haberme despertado con horas de margen para prepararme, se me hacía tarde. Me di una ducha rápida, dejé que el pelo se secase solo mientras me vestía: un vestido largo de flores, unas bambas blancas, bolso de tela donde metí también varias bolsas, mis gafas de sol y un bucket hat. Eso, mi delineado diario y un brillo y estaba lista para salir en busca de Sophie. Y al salir de casa me vino un pensamiento intrusivo, debía ¿adoptar un gato? Bueno, seguro que ese pensamiento me acompañaría los próximos dias, veré que hago.

Otra vez, decidí ir andando a la cafetería, al final tampoco estaba tan lejos y todavía hacía buen tiempo en París. Durante el camino decidí que era buen momento para llamar a mi padre, ayer había hablado muy poco con él y quería explicarle mis planes. Un pitido, dos...
- Hola hija mía, como está mi no francesa?
- Hola papá, ¡muy bien! ¿Sabes? Estoy yendo hacia donde he quedado con la chica de la que te hablé ayer, me acompañará a comprar muebles por la zona.
- Que bien cariño, has pensado qué tienes que comprar?
- No, la verdad. Bueno, quiero una mesa para el balcón, así podré desayunar fuera. Ah y necesito un escritorio para el estudio, un burro, una mesa...
- Quieta ahí, a ver cómo lo llevarás?
- Pues no se, ese será un problema de...
- la Olivia del futuro, claro. Ves poco a poco, si tienes cama, sofá y cafetera, todo bien. Como te adaptas cariño?
- Llevó dos días solo papá, todavía parece que estoy de vacaciones aquí. Pero bien,, creo. Os echo de menos! Tú cómo estás papi?
- Bien hija, como siempre, aquí haciendo tiempo para ir a tomarme un café, qué ganas de jubilarme e ir contigo.
- Ya sabes que aquí te espero. Bueno papa, te dejo que ya veo la cafetería. Te quiero mucho papá.
- Y yo a ti hija, y estoy muy orgulloso de ti. ¡Y acuérdate de hacer la compra, que te conozco!
- ¡Tranquilo que no paso hambre! Por la noche te llamo y te enseño como va el piso. Hasta luego.
- Hasta luego cariño, pásalo bien, ¡te quiero!

Me sequé una lagrimita y guardé el móvil. Las conversaciones con mi padre siempre eran así, llenos de preocupación, interés y te quieros. Sabía que estaba contento por mi, claro, pero que me echaba de menos, como yo a él o más. Pero bueno, le iría a ver pronto y pasaría unos días en su casa, como a él le gustaba.
Otra vez iba distraída así que otra vez me choqué con alguien al entrar en la cafetería. ¿Qué me pasaba?
- Pardon monsieur!
- Encore une fois, mademoiselle? (Otra vez tu señorita?) - me giré sorprendida, otra vez? Le miré interrogante.
- Oui, hier. - oh vaya, era el mismo al que arroyé ayer cuando salía corriendo hacia el apartamento.
- oh, je suis désolé. Ce n'était pas mon intention.  (lo lamento, no era mi intención),

Creo que no podía estar más roja. Y para añadir más leña al fuego, el chico me miraba fijamente, claramente divertido. Eso, definitivamente no ayudaba a que mi vergüenza pasase.  Y salvada por Sophie, menos mal.
- ¡Hola Olivia! Espero que no hayas desayunado, te estoy preparando una baguette de queso que te va a encantar, no comías carne, verdad?
- Hola Sophie, no, no he desayunado. Pero te debo la comida, no acepto un no. Y no, no como carne, huele de maravilla, seguro que está delicioso. Tendrías un café también?
- Si claro, lo acabo de preparar y nos vamos? Hoy se queda mi hermano aquí. Alaric, salut la espagnole!  - Vi entonces que en la barra se encontraba un chico que, por lo que decía Sophie, era su hermano.
- Bonjour Olivia, enchaté! Sophie nous a parlé de son nouvel amie espagnole. (Hola Olivia, encantado, Sophie nos ha hablado de su nueva amiga española).
- Enchatée, Alaric. Oui, elle m'a conquis avec son café (Encantada, Alaric. Si, me ha conquistado con su café) - Reímos ambos, es simpático.

- Olivia! Toma, desayunemos mejor antes de irnos, nos espera un día largo. ¿Ya sabes qué necesitas compra? - Entonces, Sophie y yo nos sentamos en la misma mesa al lado de la ventana que ayer y desayunamos tranquilamente. Mientras, le conté que sí sabía que necesitaba, aunque no lo compraría todo hoy, tendría tiempo para ir amueblando el piso poco a poco, de momento compraría lo imprescindible y aquello que realmente me enamorase.
- Lo único es que no tengo claro si podré llevar bien lo que compre a casa, ¿están muy lejos los sitios a los que me llevarás? - le expliqué que quería comprar una mesa seguro y el cabezal de mi cama, además de alguna estantería, por lo que sería bastante con lo que cargar.
- Pues no, está por la zona, pero tranquila lo podemos ir llevando poco a poco, no hay problema - sería un día largo, definitivamente, pero estaba emocionada, tanto por el día con Sophie como por empezar a ver el apartamento amueblado.

Entonces así fue el día: después de desayunar fuimos con Sophie a varias tiendas de segunda mano, tenía claro el estilo que quería en el piso así que yendo a tiendas así sería suficiente. Finalmente el hermano de Sophie se prestó para recoger los muebles que dejase comprados con la furgoneta cuando su abuelo fuese a la cafeteria por la tarde, así no tendríamos que cargar con todo. Así pues, lo que hicimos fue dejar pagadas: una mesa para el comedor, una para el balcón, un cabezal, varios maceteros y una estantería. También compré un espejo y varias sillas. De momento tendría suficiente y lo esencial.  Comimos juntas en un restaurante de la zona y después Alaric nos pasó a recoger y nos llevó a las tiendas, donde cargamos los muebles a la furgoneta. Cuando llegamos al apartamento, ya era tarde, así que junto Alaric y Sophie decidimos pedir la cena y cenar juntos allí, por suerte teníamos mesa y sillas donde estar.

Fue entonces cuando llamaron a Alaric, que salió al balcón a contestar.

- Oye Olivia, te importa si viene también un amigo a cenar, se me había olvidado que hoy habíamos quedado en cenar y...
- Claro, tranquilo, no hay problema con eso! - En realidad me hacía ilusión, si no fuese por ellos no conocería a nadie aquí todavía y estaban haciendo mi adaptación mil veces mejor así que, ¿por qué no?
- ¡Genial! Le digo tu dirección y pedimos, así cuando llegue no tenemos que esperar demasiado rato la cena.
- Ami, peux—tu venir ici! (Amigo, puedes venir a cenar aquí). - después de que le diese la dirección y se despidiesen, pedimos dos pizzas familiares, ambas vegetarianas para poderlas compartir.  Además, decidimos que Alaric bajaría a comprar unas cervezas y una botella de vino.. definitivamente mañana haría la compra y llenaría tanto la nevera como la despensa, ya quería cocinar y comer en casa.
Bajó y subió rápido con 8 cervezas y una botella de vino, todo lo que necesitábamos para pasar una buena cena. Justo en ese momento tocaron timbre, ya estábamos todos. Fui a abrir mientras Alaric abría la botella de vino y Sophie ponía la mesa.
-  Oh, c'est toi (oh, eres tu) - ¿realmente eso era lo único que había dicho? Que vergüenza por favor.

+++
Bonjour mes amours!

Esoy segura de que sabéis quien es el amigo de Alaric! Por cierto, a partir de ahora todas las conversaciones las escribiré en español, pese que siempre hablará en francés con la gente de allí. Así será más fácil, tengo mi francés muy oxidado y recurrir al traductor no me parece una buena opción.

PARÍS EN SUS OJOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora