Capítulo 10 - Éramos él y yo

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De repente estábamos los dos, mirándonos a los ojos, como si nos quisiésemos decir algo que no salía en forma de palabras, simplemente con la mirada. Éramos él y yo, con la música del tocadiscos y el amanecer entrando por mi ventana.
Él me miraba como si intentase entender qué pasaba por mi cabeza, qué sentía en ese momento, casi intentando escuchar mis latidos. Yo, le miraba con anelo, como queriendo pedirle con la mirada que se acercase, que me explicase el porqué de esa respiración entrecortada y los ojos verdes oscureciéndose.

No se en que momento, salí de esa ensoñación. No estaba preparada para esto, no para llorar otra vez. Me puse de puntillas y le di un beso en la mejilla. El soltó el aire reprimido, con frustración, lo que no sabía es que yo me sentía igual o peor.

- Muchas gracias, de verdad Paul. Siempre consigues que pase los mejores ratos. - le dije acariciándome la mejilla, ante lo que el cerró los ojos.
- A ti Olivia, bueno, me voy, ¿vale? Vamos hablando, quiero ver esos cuadros colgados. - me dijo dándome un beso él también en la mejilla.

Y ahí me quedé, parada en medio de un piso que se me hacía grande después de haberse ido Paul. Me tomé un café para espabilarme y aunque salí del estado en el que estaba minutos antes, no pude sacarme de la cabeza ese momento en todo el día.

Finalmente acabé el reportaje y lo pude enviar, también incluí las fotos de Alaric, que me había editado y arreglado para enviar con el escrito. Estaba muy orgullosa de lo que había salido y esperaba que gustase. Como no había dormido en toda la noche ya que Paul se había ido justo cuando salía el sol, nada más enviar el reportaje apagué el teléfono y me fui a dormir sin ponerme el despertador, dormiría lo que el cuerpo aguantase. Pese que no me podía sacar de la cabeza a Paul, caí dormida rápido y es que llevaba demasiadas horas sin dormir y trabajando.

Al despertarme lo primero que hice fue mirar la hora, las 17 de la tarde, sí que estaba cansada. Abrí el móvil y en ese momento me arrepentí de no haber avisado de que dormiría toda la mañana. Tenía llamadas de mamá, papá, mis amigos de Barcelona, los de aquí, madre mía la que ese había formado en un rato de nada (9 horas). Lo primero que hice fue llamar a mi madre para tranquilizarla.
- Mamá, que estaba durmiendo, no te preocupes, puedes abortar misión y no llamar a la policía internacional, de verdad.
- Niña malcriada, ¿para que tienes el móvil? ¿Sabes cuantas veces te he llamado?
- Ya ya ya, perdona, no dormí acabando el articulo y en cuanto lo envié me fui a dormir.
- ESO YA LO SE OLIVIA MARTÍNEZ, PERO HABER AVISADO MALCRIADA.

Después de una conversación larga con mi madre en la que me recordó cada dos minutos que casi llama a la policía para denunciar mi desaparición, también llamé a mi padre, que otros tantos de lo mismo, señor bendito no cambiaban. Avisé a mis amigos a lo que uno de ellos contestó un: os lo dije, me debéis 20€, siempre que desaparece está durmiendo. A Ona también la llamé, ya que tenía que decirme a qué hora la pasaría a buscar mañana y todo sobre su llegada, al parecer tendría que estar en el aeropuerto a las 17 de la tarde, ya que cogería el primer vuelo después de la entrevista. Me iría genial ya que podría trabajar el lunes en la oficina. Llamé también al director, con quien hablé de cómo planificarme la semana, ante lo que le no puso ningún problema, que era a lo que yo le tenía miedo. Quedamos en que haría las reuniones de la mañana y a la hora de la reunión del medio día le enviaría los avances que tenía y por la tarde le enviase los artículos acabados sin ningún problema. También me dijo que el miércoles no hacía falta que trabajase, que me lo tomase libre. Así que podría estar bastante rato con Ona, lo que me alegraba muchísimo. Además, con lo que Ona dormía, ni estaría despierta para la reunión de la mañana.

Llegó el día siguiente y recogí a Ona, que llegó y se tiró a abrazarme en el aeropuerto, casi parecía que no me hubiese visto en 3 meses y medio como aquella vez. Aunque yo también la había echado de menos en esos días.
- QUE GANAS TENÍA DE VERTE OLVIA, QUE GUAPA ESTÁS POR FAVOR. - Chilló mi amiga volviendo a abrazarme.
- Va, vamos al piso que tengo ganas de que lo veas.
A las 18 ya estábamos en el piso y ella deshacía la maleta en un armario que le había dejado. Dimos una vuelta por las calles de alrededor de mi apartamento y a las 21 decidimos volver  y pedir algo para cenar en casa, ya tendría tiempo de enseñarle algún sito, pero hoy ambas estábamos cansadas.

Le saqué un cacaolat que ya me había traído con la mudanza, porque sabía que si Ona venía querría tomarse unos cuantos de estos. Y de repente sacó el tema que hacía dos días que me comía la cabeza.

- Va, suéltalo ya, ¿qué ha pasado con Paul idiota?

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BONJOUR CHICOS
Espero que os guste este capítulo y avance de la historia entre Olivia y Paul. Yo les adoro, poco a poco va a mejor. ¿Qué le dirá Ona a Olivia? ¿Le parecerá buena opción para su amiga?

Un abrazo enorme chicos.

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