Giro Infernal

#8: " Necesito quedarme hoy"

Necesito quedarme hoy

Parpadee varias veces, mientras me acostumbraba a la luz, puesto que todo estaba blanco.
Recorrí todo el salón con mi mirada en busca de saber donde estaba, y claro, pude saberlo en cuando me di cuenta que estaba acostada en una camilla. Estaba en el hospital, pero ¿porque? ¿que me ha pasado? Es obvio que yo no puedo estar mas de un día quieta, siempre necesitó que me suceda algo para sentirme mejor, pero ahora no me sentía así, sino preocupada, preocupada por mi, ¿que tal me muero? Quería una explicación ya.

Seguí mi recorrido y al voltear mi cara hacia mi lado derecho, me estrello con el chico mas guapo que mis ojos tuvieron el privilegio de ver antes. Estaba dormido en un sofá, se veía tan cansado y preocupado a la vez.
No pude evitar mirarlo por varios minutos, es que si de por si Matias era guapo, dormido se veía tan sexy como él solo lo es.

- Noooo... Eso no... Vete.. Largate - el hombre estaba teniendo una pesadilla. Yo me Asusté, no sabía como reaccionar, ahora si se veía perturbado, sudaba demasiado y movía su cabeza de un lado a otro mientras hablaba.

- Matias... Matias - yo le gritaba suavemente para que despertara. Lastima que no podía tocarlo por que estaba con un catete en mi brazo derecho que suministraba suero, supongo.
Yo seguia tratando de despertarlo hasta que abrió sus ojos y comenzó a tomar aire por la boca, se veía que no podía respirar adecuadamente, y eso era preocupante. él aun no se habia percatado de mi presencia.

- ¿Estás bien? ¿necesitas algo? - pregunté por que también estaba preocupada por él

Alzó su mirada hacia mi - Si, estoy bien... ¿Tú como estás? - preguntó, yo estaba segura que él no quería hablar de lo que pasó anteriormente, pero tenia curiosidad de saberlo, aunque sabía que no debía tocar ese tema.

- Estoy bien. Oye, si te pasa algo no dudes en decirlo. - respondí. Quería que supiera que podía confiar en mi y yo quería ayudarlo.

- No es nada, nena.

- No me llames Nena - dije haciendo pucheros para indicar que estaba rabiosa, pero no funcionó, el rió como si algo que causase gracia.
Antes había estado preocupado, ahora solo reía. Que bipolar.

- Tranquila nena. - sonrió - Necesito saber si ya te van a dar de alta. .

- pero ¿Que me pasó?

Él iba a decir algo cuando el doctor apareció y caminó hasta donde nos encontrabamos nosotros.

- ¿Como se siente señorita McArthur? - preguntó el doctor apenas llegó.

- Muy bien Doc, no me duele nada. - respondí con una sonrisa.

- Eso es porque no te pasó nada.

- ¿Como así doctor, y porque estoy aquí entonces? - era raro, si no me pasó nada, yo no debería estar ahí.

- Tranquila. Solo fue la impresión, te desmayaste. El carro no alcanzó a golpearte. - respondió con amabilidad.

- No entiendo.

- Mira nena, a ti casi te atropella un auto. Tú te quedaste quieta sin saber que hacer, antes de que el carro frenara tú ya te habías desmayado, pero no te golpeaste en ninguna parte, solo fue el miedo lo que te hizo quedar inconsciente - intervino Matias

- Oh! Ok. - respondí sin mas que decir.

- Bueno, todo está listo. Ya puedes irte a casa. No te preocupes por nada. Hicimos varios análisis y todo está bien. Señor Castro acompañeme para darle la orden de salida. - el doctor hablaba muy educadamente.