#13: "Golpes para Lucas"

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- ¿Quieres ayudarme con el jabón, muñequita?

Esa pregunta me hizo estar más nerviosa, bueno si eso podría ser posible.

Cada parte de mi cuerpo se estremecía aun más. Mis piernas temblaban, y yo no podía dejar de mirar las partes intimas del castaño. Era como si me hubiera hipnotizado.

Quería decirle que se tapara, que eso era de muy mala educación, pero no, yo no era mentirosa,  y dentro de mi, yo no quería que se tapara, quería seguir viéndolo, aunque eso estaba mal. Sí, me sentía avergonzada, pero más allá de eso, amé conocer su cuerpo, y eso no fue planeado.

No podía evitar que mis mejillas estuvieran coloradas, pues era algo nuevo para mí, y agradecía que el primero, fuese sido Matías, claro, eso no se lo iba a admitir.

Debía que reaccionar, el muy idiota tenía una gran sonrisa en su rostro mientras el agua se deslizaba por su piel, era como si disfrutara que yo lo mirase por todo el cuerpo, y que viera cada rincón de él, aunque solo me concentrara en una sola parte.

- Oye, eres un idiota. Cúbrete - hablé. Quiera mostrarle que no me importaba su estúpido cuerpo, y que no me había hechizado con él, aunque eso fuese mentiras.

Rió - muñequita, tú eres la que estás en el lugar equivocado. - se notaba que se divertía con esta situación. y no es que estuviera molesta por su respuesta, solo que tenía mucha vergüenza.

- Entonces... entonces ME VOY - grité la última parte. Me volteé para salir de ese lugar. Claro, caminaba lentamente por si él se arrepentía y se cubría. pero a veces hay que aparentar para darse su lugar. Mujeres, ¿quién nos entiende?

Que me detenga, que me detenga - repetía en mis adentros.

- Oye nena, ¡Espera! - habló.

Mientras tanto, mi yo interior bailaba la macarena.

Me quedé de espaldas, pero sin moverme. - ¿Qué?

- Discúlpame, no fue mi intención molestarte - no podía verlo, pero juraba que todavía estaba con esa una estúpida sonrisa en su rostro. Amaba que sonriera, (esa sonrisa enloquecía a cualquiera) pero que no se burlara de mi.

- Déjalo Matt. Esta es tu casa, tú andas como quieras aquí. Pero tu hermana me va a explicar cómo es que me dijo que no había nadie aquí. - está vez si miré a sus ojos.

- Déjala. Ella no sabe aún que yo estoy aquí. Yo llegué y no había nadie. Supongo que fue por ti.

- Está bien.

Matt iba a decir algo pero justo en ese momento el celular comenzó a avisarle que alguien lo llamaba. Se oía lejos, y no supe donde estaba hasta que él reaccionó. Salió corriendo en busca del aparato aún desnudo.

Sin dudarlo me fui tras él, tenía que escuchar con quien hablaba y sabia que eso era de mala educación pero díganme ¿a quién le importa ser maleducada con Matías a su lado? Exacto, a nadie.

Llegué hasta la puerta de su habitación, que ya estaba cerrada, y coloque mi oreja en ella.

- Mierda - pasó sus manos por su hermoso cabello castaño - Bien, llévalo al hospital, yo iré enseguida... Lo sé.. Si, ellos fueron... Si... Yo le prometí a Nathalie cuidarlos... No... Si... Ella está aquí... No, de ninguna manera. .. Bien... – y supongo al no contestar mas, que colgó.

- ¿Qué pasó? - sin tiempo para reaccionar hablé.

- Nada. Debo irme. - contestó

- Escuché mi nombre, ¿que tienes por decirme?

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