#18 "Mi héroe"

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Una semana, una semana había pasado desde aquel intento de violación hacia a mí, donde no había tenido la valentía de volver al mundo exterior.

Me había quedado en mi habitación desde aquella noche, no comía como debe ser, además de que no dormía, solo me quedaba dando vueltas en la cama.

Por lo que me había enterado, mamá comenzó a llorar diciendo que debíamos irnos para así evitar ese tipo de accidentes.

Lucas logró calmarla, y hasta lograba que yo comiera así sea una comida al día, el chico se dedicaba día y noche a estar cuidando de mi, tanto así que no iba a la escuela por estar a mi lado. Se había comportado como un padre cuidando a su pequeña.

Laura y Camila se conocieron en mi cuarto, cuando ambas me venían a visitar, pero ahí mi mejor amiga no había tenido oportunidad de "aclararle" las cosas a Camila de forma exagerada como ella solo sabe hacerlo. Ellas se habían preocupado tanto que cada vez después de clases venían y se quedaban hasta la tarde, pero en mi condición solo hablaban entre ellas porque yo ni "a" podía responderles.

Matías por su parte venía todos los días pero se quedaba en la puerta de mi cuarto sin decir una palabra, y yo agradecía ese gesto.

No quería hablar, ni siquiera con mi madre que cada vez que llegaba a hablarme, le daba la espalda, pero tampoco quería estar sola porque sentía más el miedo y llegaban a mí, pesadillas de esa noche horrible.

- Lucas no quiero - le dije mientras apartaba la bandeja de comida de mi lado.

- Debes comer Nathalie - me respondió mi hermano.

- No Luke - volví a negar.

- Hazlo por mamá - y aquí llegó el chantaje emocional. Él sabía perfectamente que por no ver a mi mamá mal, hacia lo que fuera.

Suspiré en señal de rendición - Está bien. - tomé la bandeja y me dispuse a comer.

La señora mariana había preparado para mi unos pancakes y ensalada de frutas, por verme comer hacia lo que fuera y ¿qué mejor que mi comida favorita?

- Luke, iré a la casa de Matías - informé

- ¿Queee? No te dejaré. - dijo. Puso los ojos en blanco y negó con la cabeza

- ¿Porque? Tú iras conmigo.

- Está bien. Pero no sé si mamá te dejara. - dijo.

Bajamos las escaleras para enfrentar a mamá.

- Cariño, que bueno que hayas salido de tu habitación - me dijo mostrándome una sonrisa.

- si... Bueno... Veras mamá, iré a casa de Camila - Murmuré nerviosa. Quizás diga un rotundo NO, y no la culparía ya que lo que me pasó no es cualquier cosa.

- Oh, genial. Eso es estupendo. - oh, ¿en serio? ¿Qué madre deja salir a su hija luego de que estando en la calle casi la violaran?

- ¿En serio? - estaba confundida ¿será que escuchó bien?

- Si cariño. Me da alegría que no estés más encerrada en esas cuatro paredes, tú eres joven y debes reponerte de todo. El carro lo robaron sí, pero a ti no te pasó absolutamente nada, bueno, al menos no algo del cual no podamos reponernos. Sal, y distráete. Eso sí, que Lucas te acompañe. -Explicó

- Si má. Gracias. Nos vemos luego. Te amo.

Me despedí y tras de mí lo hizo Lucas. Tomamos rumbo a una explicación.

En el camino me coloqué a pensar en todo lo que había pasado, en que a pesar de todo lo mal que trato a mi hermano él ha estado ahí, cuando me levantaba en las madrugadas por las pesadillas del trauma, o cuando no quería comer, él me obligaba de manera amorosa, o algo aun mas grande: no había ido a casa de su buen polvo por quedarse cuidándome. Si, ahora noto que mi hermano me ama más que a cualquier cosa.

Giro InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora