03. Are you free today?

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— ¿Y?

—Está totalmente derretido por mí.

— ¡Venga! Puedes con todo.

Yeonjun y Soobin chocaron sus palmas. El rubio estaba impresionado por el logro de su amigo. Si bien tenía talento con las chicas, también servía con los hombres.

— ¿Ya están saliendo?

Con esa sencilla frase medio salón de clase ya estaba con los oídos fijos en la dirección de los dos chicos.

—Hey ¿quién crees que soy? ¿Tinker bell? Tampoco hago magia.

—Hermano, acabas de compararte con un personaje femenino.

Un golpe en la nuca, eso necesitaba Choi Yeonjun para dejar la estupidez.

—No me sentí nada —se burló el mayor sacudiendo la zona—. No me digas que eres la chica en la relación, bro...

—Creo que necesitas otro, pero esta vez en el trasero.

—Calma, señorita —dijo lo último más bajo, para que nadie escuchase.

—Basta. —el pelinegro observó todo su alrededor haciéndole entender a su amigo que habían más de dos personas en la conversación.

El rubio suspiró con pesadez.

—Vale, entonces... ¿Para cuándo la cita?

(...)

—¿Estás libre hoy? —preguntó Soobin mientras apoyaba ambas manos sobre la barra de la cafetería.

Allí, a unos centímetros, estaba él.

Con una de esas polleras grises, y con la capucha cubriéndole gran parte de su rostro y cabello. Un estilo muy similar al del día anterior.

— ¿Has notado como media cafetería tiene los ojos en tí? —dijo Huening tranquilamente sin quitar la vista del frente.

— ¿Y? ¿Eso te pone celoso?

Era imposible no sacar su carácter autosufiente, es Choi Soobin.

—Imbécil.

—No soy tan malo —rió el mayor—. Tengo mis encantos.

Suspiros casi parejos resonaron por todo el lugar. Las jóvenes no resistían ni la mínima acción de Soobin, era inevitable.

—Y yo no quiero verlos. —Dijo secamente el castaño a lo que rodaba los ojos.

— ¡¿Entonces por qué sigues ahí sentado?! Si quisieras ignorarme y no aceptar mi invitación de una vez, puedes levantarte y marcharte ...sin ningún compromiso... —La voz chillona del mayor fue bajando de tono lentamente, así como si su pulmón muriese a media frase.

—Gracias —dijo el contrario luego de pagar la malteada que acababan de traer. Se levantó e ignoró a Soobin marchándose por completo de allí.

—... O tal vez no lo hiciste porque esperabas tu bebida —habló hacia el asiento vacío el pelinegro—. Buen punto Huening.

Si fuese otra persona, todos hubiesen reído, pero más que divertida, la situación era extraña. No era algo común observar como alguien humillaba y dejaba con la palabra en la boca al pelinegro.

Desde los ojos del angel | Sookai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora