F I N "I"

154 18 14
                                    

Capitulo dedicado a todas esa personitas que me acompañaron en esta historia, que lloraron, rieron, y sobre todo sintieron conmigo. Los amo...

Es recomendable escuchar absolutamente todos los audio visuales para mejor experiencia.

"Si amas algo, déjalo ir..."

Anónimo...

Año atrás...

Tome con prisa mi mochila, metí lo primero que se asomaba en mi armario sin importar lo que agarrara. Mis lágrimas inundaban mis ojos impidiéndome ver con claridad, el frecuente arder en mi mejilla y el sabor metálico de la sangre en mi labio mantenían inconsciente de lo que estaría por hacer. Todavía no creía hasta donde había llegado la locura de mi padre, golpearme de nuevo para entrar en razón.

Mi teléfono vibro al mismo tiempo que mi puerta fue tocada.

-hijo puedes abrirme. –escuche la voz de mi madre apagada.

La ignore y mire el mensaje.

"Estoy a dos cuadras"

Sonreí al sentir la esperanza crecer en mí. Espere varios minutos para poder salir, el silencio reino después de unos minutos. Al momento de escuchar una discusión por parte de mis padres fue cuando tome mis cosas. La duda comenzó a crecer en mí al tomar la puerta.

Decidido la abrí con cautela para poder bajar la escaleras lo más rápido y callado posible.

-¿te vas? –sollozo Renata a mis espaldas.

Sin decir nada, salí por la puerta corriendo lo más rápido posible, por mi organismo podía sentir toda la adrenalina y el miedo posible. La tristeza era la que más invadía mi cuerpo pero esto es a lo que me orillaron hacer.

A lo lejos vi el auto de Emilio, mi corazón retumbo de esperanza al apenas llegar a él y con ello el derrumbe de mi propio organismo. No sé cuánto dure inconsciente, entre pequeños parpadeos donde solo distinguía las luces de los postes que pasábamos constantemente en el auto. Me sentía marido, de reojo solo veía la rizada cabellera frente al volante, conducía alterado mirando a todos lados.

El zumbido en mis oídos comenzó a resonar y poco a poco me comencé a incorporar.

- ¡Joaquín! ¡O dios mío! ¿¡Estás bien!? –mire a todos lados confundido. – ¡tu padre!, ¡tu padre está en mi casa sabe lo que vamos hacer! –mi temblar comenzó al escuchar a Emilio, ni siquiera recordaba lo que estábamos a punto de hacer.

-no hay que ir. –dije incorporándome.

-estás loco, el plan era pedir ayuda a mis padres y con el ahí esto se complicara más. –me miro con miedo y alteración.

-déjame aquí. –hable bajo sin verlo.

- ¿de qué hablas? –susurro molesto.

- ¡que no quiero ir a tu casa!, ¡no quiero ir con mi padre!, ¡que no vez como estoy!, ¡a lo que hemos llegado! –señale el auto. –ya no quiero más...no quiero que te haga daño... –mis ojos se inundaron con lágrimas agrias.

-dijimos que me dejarías ayudarte. –me miro con rapidez.

-detén el auto Emilio. –susurre.

-no voy hacer eso, tal vez mi padre pueda...

-¡que detengas el auto! –golpe la guantera sintiendo que cada espacio se hacía más pequeño asfixiándome con mi propia idea.

Notas del destino (Emiliaco) #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora