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Joaquín

"Abecés pienso que solo vivimos en una ilusión, una maravillosa ilusión de dónde no queremos salir.
De nuevo me encontraba sentado sobre el verde pasto del mismo jardín, a un lado aquel árbol y un columpio que fue colocado sobre este, alrededor solo estaba una cerca y aquella casa de mis demás sueños.

- ¡Joaco! -fui llamado dentro de la casa, me levanté curioso y me adentré.

Llegué a dónde se suponía que escuche la voz, una voz que comenzaba a tener forma, pero no sé muy bien de quién. Mis ojos solo se dirigieron al único lugar donde detecto movimiento. En aquella banca delante del piano se encontraba un muchacho "pasado", hace mucho tiempo que no lo veo. Me detuve cerca del piano para observar cómo tocaba, pero no emitían ningún sonido de nuevo.

-sabias que las teclas no se escuchan por qué estás triste. -no entidad lo que decía, estaba más que seguro que eso no tenía nada que ver.

Me senté junto a él. -ya acabé de escribirla. -mi voz se escucha diferente como la de otras veces, quería pregunta cosas que no entendía, pero al parecer este Joaquín hacia lo que quería.

- ¿la tocarías para mí? -sentí su dulzura al pedir eso.

-claro que si...-dije feliz.

- ¿y cómo se llama...? -sentí una ligera caricia en mi cabeza.

-Tú...-susurre"

Coloque mis manos sobre las teclas, poco a poco mi mente fue regresando al presente. Me quedé viendo a las estrellas sin encontrar sentido porque recordé eso.

Emilio había acudido a mi como le dije en aquella llamada. Pensar que él era el único que estaría conmigo me ponía menos triste. Justo en este momento nos encontrábamos arriba de la gran torre de agua, yo en los brazos de Emilio por impulso, justamente tenía esa necesidad de ser abrazo o simplemente desaparecer, parece que a él no logro molestarle. La briza ligera y cálida nos acariciaba los risos y nuestros rostros, mire a la linda noche que nos acompañaba, no podía creer todo lo que pasa día con día, cada maldito día era más horrible que el anterior. Mire a Emilio que se mantuvo callado desde que hable ya llevaba más de media hora pensando como comenzar.

-...acabó de...enterarme...que tenía alguien conmigo, alguien que me amo y me aceptó como soy. -me separe de él, mire su rostro inerte a lo que decía. Solo pude recostarme en su regazo para así mirar las estrellas y ver su expresión. -lo llamo pasado...pasado siempre estás en mis sueños, o a lo que hora sé que son recuerdos. -frunció el ceño. -Te diré, hace ya algunos años tuve un accidente automovilístico. -sentí como se tensó. -en él se encontraba mi padre y lo que parecía ser mi novio. -sonreí nostálgico. -mi madre me mintió en todo. Cuando desperté en esa cama de hospital, solo me dijo que tuve un accidente, yo pregunté a los pocos días por qué no recordaba nada y ella me mintió diciendo que no era nada solo secuelas de lo que paso, obviamente yo le creí, recuerdo muy bien que solo me miro con los ojos llorosos diciendo que él se fue...Hoy me enteré de que no solo murió mi padre, si no que aquel chico murió. -suspiré, logré ver la expresión de Emilio que se mantenía perdida. -ellos no lo aceptaban porque según era malo para mí. -sonreí fastidiado. - ¿sabías que tengo un tatuaje? -el me miró sin ninguna expresión. -justo en mi nuca, tampoco sabía de la existencia de este, sobre todo en uno de mis tantos recuerdos logro estar con pasado y ver en su tobillo uno en forma de piano, quiero creer que nos lo hicimos por amor. -era algo extraño hablar de esto con Emilio, en el fondo no sabía si le incomodaba o tan siquiera le tomara importancia. A mí todavía me costaba asimilar la idea de que tenía a alguien, alguien que si me amo.

- ¿cómo se llamaba...? -susurro perdido.

Su cara de confusión me preocupaba parecía tomarle más importancia de que la hubiera pensado.

Notas del destino (Emiliaco) #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora