08

148 27 6
                                    


"La música es una mayor revelación que toda la sabiduría y la filosofía."

Ludwig van Beethoven

Joaquín

-¿que fue todo eso? -me quede parado en la puerta con los brazos cruzados observando su rostro de confusión.

Pronto se levantó nerviosa evitando verme a la cara. - ¿qué fue qué? -dejó su teléfono a un lado.

-tu sabes a lo que me refiero. -me acerque. -en la forma como actuaste, ¿no lo conoces cierto? -la mire acusatorio, sus ojos se abrieron como platos al por fin verme.

-como no lo voy a conocer Joaquín, ya te lo explique. - dijo sin importancia pasando de largo a un lado mío evadiendo mi mirada.

-así pues no me trago la idea del dichoso "trató" - la mire enojado, abecés Renata no sabe mentir, o en este caso Emilio.

-okey Joaquín. -me tomó de los hombros. -si conozco a Emilio...pero...no como lo dijimos. -la mire acusatorio ¿qué quiere decir eso?, sinceramente seguía molesto. -me refiero. –continuó. -no, sabes que -levantó sus manos al aire. -que te lo diga el.

- ¿cómo que me lo diga el?, ¿qué me tiene que decir él? –pregunte harto.

-mira no lo sé, sólo confía en mi o en este caso en él, oh como sea que este la situación. -dijo confundida. Ese es el problema Renata, yo ya no confió en nadie, pensé.

-sabes que es lo más curioso. -me di la vuelta dispuesto a irme. -que ya van dos personas que me dicen lo mismo. -salí dejándola sola.

Me encerré en mi habitación; no entendía por qué las personas nunca pueden ser sincera conmigo, abecés ciento que ellas no confían en mí ¿porque todas ocultan cosas? y misteriosamente del primer chavo que me cae bien y yo le caigo bien.

Me recosté viendo el techo, mis ánimos estaban por los suelos, a pesar de que mi día terminaría bien término mal ¿qué secretos me guardas Emilio?

Tome el teclado que estaba en mi cama colocándolo en mis piernas; recordé como en aquellos sueños esa persona me ayudaba a tocar, delineaba mis manos y me ayudaba a deslizar mis manos por las teclas en desorden tratando de crear un poco de música. Mis pensamientos se desviaron al recordar al rizado toque las teclas que me enseñó pesando de las cosas raras que me pasan con él; Emilio nunca pregunta y era na e las pocas cosas que me agrada, me da mi espacio.

Poco a poco me acomode en mi cama, aun tocando. Mire el techo distraído solo recordando...

"-esta es "do" -apretó mi dedo sobre la tecla, solté una pequeña risa. -esta es "re" -volvió a apretar mi dedo.

Estoy sobre un piano otra vez, a un lado se encontraba "pasado" como le había nombrado, a aquella persona de mis sueños, sentía su brazo pasar por mis hombros hasta entrelazar su mano con la mía.

Mi mirada se posó en aquel jardín que yacía afuera de la casa, había un árbol enorme con hojas anaranjadas, se alcanza a ver un columpio sobre este, se ve acogedor.

- ¿qué tanto vez?-soltó una pequeña risa, mi mirada se posó en sus manos que tocaba teclas. Por primera vez no podía escucharlas, ¿qué pasa?

-nada...-salió de mi boca. -cántame algo. -sonreí nostálgico. -como tú sólo sabes hacerlo. -recargue mi cabeza sobre su hombro, parece que en estos recuerdos mi cuerpo suele hacer cosas por sí solo.

- ¿lo que sea? -pregunto, su voz se me hacía conocida, ¿pero de quién?

-si...lo que sea. -conteste sin más.

Notas del destino (Emiliaco) #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora