17

149 22 5
                                    

"Algunas puertas se cierran para siempre y otras puertas se abren en los lugares menos esperados."

Anónimo...

Joaquín

Me desperté sin saber muy bien en donde estaba, no tarde en encontrar a Emilio con la mirada, estaba en el suelo igual que yo sólo tapado con una manta, me recosté de nuevo en el suelo observando parte de su habitación, porque siempre recurro a él, siempre será así.

Busque mi teléfono sigilosamente para no despertar a Emilio, tenía la esperanza de tener mínimo una llamada perdida. Tarde más de diez minutos buscando sin éxito.

Me recosté de nuevo no sé qué hora es ni cuánto tiempo llevó aquí, esto no hubiera pasado si no me hubieran mentido... ¿qué tanto habré olvidado?, espero que nada importante, ¿pero por qué mentirme?, solté un bufido frustrado, es hora de regresa quiera o no tengo que hacerlo. Me incorpore tome parte de mis cosas, mire a Emilio que aún dormía, sinceramente no quería despertarlo, sonreí como tonto al recordar lo de anoche, sí que está loco; mire sus facciones relajada y cabello rizado que está más alborotado de lo normal, mi corazón acelerado me confirmaba que en efecto...lo estoy pensando a querer. Me acerque sigilosamente, lo arrope mejor y acaricie con un rose su cabello... ¿por qué no me puedo alejar de ti...? lo mire tiernamente y me levante.

Salí de su habitación, baje sigilosamente las escaleras con la esperanza de no encontrar a nadie. Justo cuando acabe de dar la vuelta, me topé con una chica, tenía un tazón de serial y su cuchara justo enfrente de su boca a punto de comer, abrí los ojos de golpe parando en seco.

- ¿tú quién eres? -dejo el tazón justo aún lado mirándome curiosa.

- am...yo... -trague duro sin saber qué hacer.

-espera un momento... -susurro y me miro detenidamente, poco a poco abrió los ojos sorprendida. -o por dios...no no no...no pue... -dijo apenas en una susurro, llevo sus manos a su rostro soltando un gritito.

La mire sin entender muy bien lo que pasa.

- ¡eres tú! -me abrazo eufórica soltando unas lágrimas, me quede quieto un poco asustado para ser sincero.

-ah sí... -la abracé incómodo, ¿se supone que ella me conoce?

- ¿pero cómo?, tu...t-tu m...-

- ¡Joaquín! -grito Emilio interrumpiendo a la chica rizada, rápidamente gire sobre mis talones saliendo sin más.

Camine por las calles apresurado, mi cabeza daba vueltas sin entender nada, ¿por qué me abrazo? Me abrace fuertemente evitando poder llamar la atención, tenía la sensación que algo no andaba bien.

¡Eres tú!, ¿soy quién?, yo quien soy. Derrame lágrimas y mi angustia aumentaba todo a mí al rededor se tornaba más y más oscuro.

"Su hijo no podría ni recordarla", no...Negué con las manos en mi rostro "te quiero bonito", ¡no!, tome mis rizos en mis manos, todo parecía lógico ahora.

Llegue a la entrada de mi casa, todo parecía más oscuro y triste. Entre lo más normal que pude, a lo lejos me percate de Renata, se encontraba recostada en el sofá dormida. Subí las escaleras entrando a mi habitación, todo parecía normal, si no fuera por a aquellas cosas en mi cama, estoy seguro que eso no es mío.

Me acerque a mi cama, mi teclado y otras cosas más se encontraban en ella, ¿pero que es todo esto?, tome un de las tantas libretas, que no parecía reconocerlo.

"letras" resaltaba en esta, abrí aquella libreta donde sólo había palabras escritas sin algún sentido alguno, pase la paginas incontables veces con diferentes títulos, uno resaltaba sobre todos, "Tú", tenía partituras y obviamente la letra de una canción. Deje las libretas a un lado todas parecían tener partituras sin algún sentido, ¿pero quién dejo esto aquí?

Notas del destino (Emiliaco) #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora