Capítulo 8.

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Fue sencillo ignorarse cuándo no había sentimientos, pero ahora era una incertidumbre que no podía disiparse.

No importaba cuánto esquivarán la mirada, sus ojos siempre lograban mezclarse cuándo creían que no podían encontrarse, y pese a que apartaban el contacto, su mente no paraba de repetir el momento durante el transcurso del día.

Los días pasaban y ninguno parecía desistir, aunque las noches fueran complicadas Alex había tomado una decisión, y Lucia había estado de acuerdo. Pero David y Daniella creían que podían cambiar eso.

-Tú invitas a Lucia y yo me encargo de Alex- Comento Daniella mientras le daba un mordisco a su manzana.

-¿Segura qué es buena idea no decirles?- Dudo -Entiendo que quieras cortar la tensión del grupo pero no sabemos si pueden enojarse más- Explicó.

-No los obligáremos a que hablen tampoco- Aclaro -Con que aprendan a soportar su presencia estaría bien.

-También podrían enojarse con nosotros- Señaló David, posicionando sus manos en la mesa de la cafetería -Podríamos intentar algo menos directo.

-¿Sabes cuántos días llevan en este plan? Porque yo dejé de contarlos- Negó -Entiendo que es un tema de ellos pero es incómodo que no puedan ni verse, no busco que seamos un grupo unido, al menos uno funcional.

-Yo puedo convencer a Lucia- Cedió -¿Pero qué piensas hacer con Alex?

-Digamos que me invitó a salir hace tiempo, quizás sea el momento para recordárselo- Comentó con una pequeña sonrisa.

David detuvo el movimiento de sus manos, pasando su vista en ella, con una expresión llena de sorpresa.

-¿Tú y Alex?- Interrogó -¿Van a reanudar las cosas o...?

-No quiero apresurarme a nada- Aclaró -Pero siento que puede pasar algo- Añadió -Últimamente lo he visto muy callado.

Nunca ha sido alguien de muchas palabras- Le recordó.

-Pero es distinto, parece triste, agobiado- Mencionó con la mirada lejana -No recuerdo haberlo visto así antes.

...

El timbre logró despertarla de sus pensamientos, vio a sus compañeros salir de manera apresurada de clases mientras ella guardaba sus cuadernos con lentitud, estaba tan cansada de pensar que creyó qué asistir más seguido a clases podría ayudarla, pero como sospechaba, no funcionó.

-Luces cansada.

Levantó la mirada, cruzándose con los ojos miel de David, y una pequeña sonrisa adornando sus labios. Si creía que antes se había comportado bien con ella, ahora parecía que cada cosa que hacía llevaba su nombre, no había parado de intentar levantar su ánimo ni de hacerla reír.

-No dormí bien anoche- Y no mintió.

Prefería desvelarse buscando entretenerse a pensar en lo que sentía.

-¿Te parece si vamos a la cafetería?- Pregunto mientras tomaba su mano, la confianza había aumentado, él ya no se tropezaba con las palabras cuando hablaban y ella había llegado a desarrollar cariño por él -Así te distraes un poco.

Lucia le dedicó una significativa mirada mientras levantaba la comisura de sus labios. Le parecía injusto no valorar los esfuerzos de David, quizás podría ser una oportunidad para olvidar el fugaz sentimiento que creyó sentir por Alex.

-¿Sabes? Tienes toda la razón- Se puso de pie -Estoy cansada de esta actitud- Dijo sin soltar su mano.

...

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