Capítulo 74.

1.2K 121 19
                                    

-Oh Lucia, te vez tan hermosa- Adoro Clara apenas abrió la puerta -Alex se volverá loco cuándo te mire- Acarició con cuidado sus mejillas.

Lucia sonrió con sinceridad. Desde que conoció a Clara fue testigo del amor maternal que la mujer de ojos avellanas le dio de forma natural, el tipo de amor maternal del que había olvidado cómo se sentía. Entró en su compañía entre risas, permaneciendo de pie cuándo la vio sacar una cámara fotográfica de su estuche.

-¿Alex aún no está listo?

-Ya saldrá en un momento, no está familiarizado a usar traje- Contestó con una amplia sonrisa -¿Te molesta si te tomo un par de fotos? Es que luces tan hermosa que quiero que te recuerdes está noche.

-Por mí está bien- Acepto.

...

-Carajo- Se quejó.

-¿Ayuda?- Preguntó Richard desde el marco de la puerta -Lucia acaba de llegar, y luce espléndida- Opino.

-Todo de ella lo es- Corrigió antes de deshacer el nudo del corbatín -No sirvo para esto- Negó.

-Ciertamente, no- Sonrió de forma ladeada mientras caminaba hacía Alex, colocándose al frente de él -Pero deberías agradecer que tienes un padrastro que disfruta vestirse de etiqueta.

Correspondió su sonrisa después de verlo empezar a acomodar el moño de su esmoquin negro.

-¿Algún consejo qué pueda usar está noche?- Pregunto con interés.

-Sonríe- Estiró sus mejillas -Deja tú amargura de lado y abrázala fuerte cuándo bailen juntos- Palmeó sus hombros.

-¿Por qué de repente me llamas amargado últimamente?

-Lucia te llamó así antes y lo encontré divertido- Contestó con una sonrisa -Y ahora el último detalle- Aviso antes de sacar un pequeño pañuelo de sus bolsillos -¿Sabes por qué nosotros usamos pañuelos en el saco?

-Para limpiar las lágrimas de las damas- Respondió.

Richard lo vio fijamente, entrecerrando los ojos mientras ampliaba la sonrisa. Guardo silencio antes de empezar a adornar el pañuelo de color azul marino en su pecho.

-¿Entonces, como luzco?- Retrocedió dos pasos.

No apartó sus ojos del chico frente a él, no ahora que recién se daba cuenta de cuánto había crecido realmente, que el rastro del pequeño niño con los dientes impares y un balón que nunca soltaba en manos ahora era un hombre alto y de rasgos duros, pero había algo que no había cambiado y que esperaba nunca lo hiciera.

-Como mi hijo- Bromeó -Y eso es decir demasiado.

...

Escuchaba las risas en el salón principal, y caminó con los nervios haciendo estragos en sí mismo, deteniendo sus pasos sin querer cuándo sus ojos lograron ver a la chica de ojos verdes, ahora la veía frente a la cámara que su madre tenía en manos, posando una sensual sonrisa en los labios antes de que sus miradas cruzarán.

Su cabello castaño ahora caí en ondas, libre de trenzas está noche y dejando ver lo que había crecido en el último año, el maquillaje que adornaba sus ojos era oscuro y atractivamente llamativo, logrando resaltar aquellos orbes verdes, sus labios color caramelo llamaron los suyos, y el pequeño tono dorado que adornaba sus pómulos lograron acelerar los latidos de su corazón. Sus ojos detallaron el delicado encaje transparente que vestía con cuidado el borde de sus pechos, brazos y cintura, resaltando el corpiño negro que ocultaba sus senos y enfocando ahora sus ojos en la sedosa tela de satén negro que escondía levemente sus tacones del mismo color.

El idioma de tus ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora