Te Reto a Descifrarme

Capitulo 1: El Ejecutor de los Cuervos

Cinco años antes...

-¿Quieres contarme lo que paso?-. Me pregunto el Prez mientras nuestro Doc limpiaba la herida de mi cara.

Apreté la mandíbula mientras ahogaba el siseo que quería salir de mis labios, pero no le daría el gusto a la zorra de hacerme quejarme por el dolor.

Aún así, el corte me ardía como el mismo infierno.

-Toro, no hay vergüenza en tus acciones, hiciste lo que creíste correcto. Cualquiera en tu lugar hubiera hecho lo mismo-. Me repitió Hades, pero aún no me atrevía a verlo a los ojos.

Tenía miedo de ver decepción en su semblante a pesar de sus palabras.

-Debí haberme quedado y asegurarme de que dejara de respirar-. Confesé a media voz con la garganta seca, el Doc eligió ese momento para ponerme agua oxigenada que me hizo hacer una mueca y verlo enojado.

Aunque no se comparaba con el enojo que sentía hacía mí mismo.

Nunca creí ser tan idiota, tan estúpido, tan crédulo. El pequeño error casi me costaba mi vida y la de varios hermanos. Tengo suerte si el Prez no me pide el chaleco devuelta o me convierte en nómada.

No me sorprendería si no me quisiera cerca, yo tampoco lo haría.

-¿La mataste?- Pregunto, pero permanecí en silencio- Toro, mírame- Con renuencia lo hice, sus ojos verdes estaban calmados, pero no sabía si era la calma que precede la tormenta- ¿Mataste a la chica con tus manos?-. Insistió y apreté los puños sobre la silla en la que estaba sentado.

-No lo sé- Respondí finalmente- Apenas si respiraba cuando me aleje de ese lugar, si nadie llego para ayudarla en unos minutos después, entonces está muerta, no hay forma en el infierno de que sobreviviera sin ayuda-.

A pesar de todo lo que hizo y de lo que pudo haber hecho, aun así, fui incapaz de completar la tarea y eliminar su traicionera existencia de la faz de la Tierra.

Fui débil, soy débil.

¿Por qué es una mujer?, o ¿Por qué es ella?

Sea como sea, espero que esté muerta.

Porque si la vuelvo a ver con vida...

Me aseguraré de romper su cuello con mis manos.

-Ninguno de nosotros hubiera podido matar a la mujer que amamos, nadie tiene la sangre tan fría, y definitivamente ninguno te puede culpar de eso. Es más, me alegro de que no lo hicieras-. Esa oración me sorprendió.

-Va a necesita sutura, al menos 20 puntadas, y te quedará una cicatriz de mínimo 14 centímetros-. Confiesa el Doc mientras lo veo preparar la aguja y el resto de los instrumentos que iba a usar para curarme.

El aire de la enfermería se hizo más pesado y la respiración de Hades junto con la mía era lo único que se escuchaba.

En serio esperaba que se hubiera desangrado lenta y dolorosamente, y que Dios se apiade de su alma si me la vuelvo a encontrar.

-No tengo anestesia, se me acabo mientras curaba a Bloody, ¿Crees que puedes aguantarlo o necesitas un trago?-. Me pregunto y el Prez caminó en dirección a la puerta.

-Voy por una botella de Whiskey-. Dijo mientras giraba la perilla.

-No- Gruñí para detenerlo, él me volteo a ver, nada impresionado de mi negativa, voltee a ver al Doc- Sin anestesia, sin alcohol, sin nada, quiero sentir como la aguja pasa a través de mi piel-.

-No puedes moverte, ni hacer ningún ruido, sé que eres uno de los tipos más duros de aquí, pero esto va a doler hasta los mil demonios-. Sus ojos me veían con astucia y prudencia.