Te Reto a Descifrarme

Capitulo 2: La paciencia que no tengo

Visitar cualquier MC siempre hacía que mis sentidos se despertaran y me mantuvieran alerta a cualquier pequeño detalle que sucediera a mi alrededor.

No importaba si estuviéramos en buenos términos con ellos o si eran nuestros aliados, en estos lugares las lealtades pueden dar vuelta tan rápido que la mierda te golpea antes de que te des cuenta de lo que está pasando.

La mayoría del tiempo desconfiaba hasta de mi sombra, y es por eso por lo que cuando estacione mi Ducati enfrente de la sede principal de los Demon Angels deje que mis ojos escanearan los alrededores en busca de cualquier signo de una potencial amenaza mientras acariciaba mi cuchillo de caza que siempre llevaba conmigo en una funda en mi pierna antes de relajarme ligeramente.

Por suerte no vi signo alguno de una posible trampa por parte de King o sus hombres, en cambio mientras desmontaba mi moto un par de hermanos con chalecos de su club junto con el rey de Roma salieron a recibirme.

Los repase en un santiamén identificándolos como uno de los oficiales de King y uno de sus hermanos de confianza.

Dieron unos cuantos pasos en mi dirección y me apresure para alcanzarlos a medio camino, los tres nos dimos un asentimiento de cabeza como saludo antes de que el Prez de los demonios me indicara que lo siguiera al interior del edificio.

La sede principal de los demonios era muy distinta a la nuestra, o más bien la casa club de los cuervos era diferente a la mayoría de los MC. Los demonios como era normal entre los motociclistas tienen un desastre detrás de sus puertas. La iluminación es mala, basura como botellas o latas se acumulan en el piso o en cualquier rincón del lugar, el olor a sudor, drogas y tabaco está presente y me hace poner una mueca de asco. Muchos de los demonios no se molestan en vestirse completamente, dejando prendas como pantalones o playeras como algo inútil, aunque siempre usen sus chalecos.

A parte de que podías toparte a cualquier tipo de escena porno en todas direcciones, desde hermanos teniendo sexo directamente, hasta culos dulces haciendo trabajos orales a los demonios en los sillones.

Trate de que mi cara no reflejara el asco que sentía por estar presenciando este tipo de escenas.

Las sedes principales de los MC no estaban acostumbradas a albergar ambientes familiares, es por eso por lo que cuando algún hermano reclamaba a su Vieja Dama era común que comprara su propia casa para mantener a su mujer e hijos (si es que los tenía), para tenerlos lejos de toda la mierda.

Más aún si eran un club metido en infiernos ilegales.

Lo cual no era el caso de los Demon Angels, ellos se habían retirado del comercio de armas ilícitas al mismo tiempo que los cuervos y ahora se dedicaban únicamente a sus clubs de strippers y bares.

Atravesé la estancia ignorando los gemidos de placer, los gruñidos de satisfacción, los gritos de enojo, y las miradas de inquietud al ver mi chaleco.

O tal vez debería decir al verme a mí.

No era una persona presumida, pero debía de admitir que me había hecho de cierta fama desde que había aceptado el parche de Ejecutor. En general los oficiales de los Black Ravens éramos reconocidos fácilmente por otros MC por nuestras reputaciones o historias. Yo, por ejemplo, me había hecho un nombre desde el momento en que había buscado y encontrado la venganza en contra de las primeras y únicas personas que creyeron que era sensato jugar con mi confianza.

La muerte era demasiado buena para ellos, así que me asegure de hacerlos gritar, muy muy fuerte antes de darles la misericordia que tanto deseaban y acabar con su patética existencia.

No hicieron falta las palabras entre el Presidente de los demonios y yo, una única mirada basto para que supiéramos lo que necesitábamos del otro, así que me asegure de seguirlo de cerca mientras me llevaba a la parte trasera del lugar. Así como la sede principal de los cuervos estaba construida hacia arriba en varios pisos. La sede de los demonios estaba pensada en abarcar la mayor área posible sin necesidad de subir escaleras.