Capitulo 13: No tan insoportable como pensaba

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La bruja se queda tiesa en mis brazos, veo un sinfín de emociones abrirse paso por esos ojos hechizantes.

Empieza por la sorpresa, pasa por la confusión y termina con enojo mezclado con indignación.

Es fascinante como un ser humano tan pequeño, (porque se siente diminuta en mis brazos, creo que los barriles de cerveza del club pesan más que ella), puede almacenar tantas cosas en su interior, el peso que lleva sobre su espalda hubiera doblegado a cualquier otro, pero no a ella.

No, la bruja vivió lo peor que el mundo pudo darle y simplemente le saco el dedo medio y dijo jódanse voy a ser feliz incluso si ustedes no quieren.

Un sentimiento que se parece terriblemente a la admiración empieza a crecer en mi pecho y me toma bastantes esfuerzos suprimirlo.

No me hará nada bien empezar a sentir algo tan profundo por la rubia.

Aunque una voz en mi cabeza me dice que ya es bastante tarde para eso.

–Bueno mi peludo amigo puedo decirte que lo que hayan encontrado es nada menos que pura y absoluta mierda, nunca he estado en ninguno de sus clubs, digo, aparte de la casa club, el departamento de Tasha y nuestro bar no he salido mucho en realidad, un par de tiendas para comestibles y ropa, pero de ahí en fuera he vivido para trabajar y trabajado para vivir– me da una mirada burlona mientras sacude su cabello de manera dramática– Algunos no nos podemos dar el lujo de irnos un fin de semana de vacaciones cuando tenemos que comer–.

–No fueron vacaciones–.

–¿Ah no?, ¿Mataste a alguien?, ¿Vendiste droga?, ¿Vigilabas a una pobre victima?, ¿Te reuniste con algún otro cuervo?–.

–No–.

–¿Hiciste algo productivo aparte de la digestión y deleitar a la población femenina con tu tableta de chocolate?–.

–No–.

–Entonces si fueron unas vacaciones–.

–Solo tú podrías soltar una de las historias más devastadoras que he escuchado y un par de minutos después cambiarme el tema lo suficiente como para ponerte a discutir semántica conmigo–.

–Si bueno, qué puedo decirte, soy única en mi clase–.

–Entonces no tienes ni la menor idea de como llegaron tus huellas a la oficina–.

–Ni la más remota, pero no te preocupes que pienso averiguarlo a la brevedad, no soy fan de que me incriminen, prefiero ser reconocida por crímenes que si hice, de otra manera ensucian mi brillante reputación–.

–No harás nada–.

–¿Ah no?–.

–No–.

–¿Y porqué mi musculoso amigo haría algo parecido a hacerte caso?–.

Observo esos ojos índigo chispeantes de desafío y relucientes de las lágrimas que derramo recientemente y se que haber compartido esta información con la rubia podría provocarme más de un dolor de cabeza en el futuro sino tengo cuidado con mis siguientes palabras.

Mi mano la toma por la nuca en un agarre controlador y acerco su rostro hasta que su nariz queda prácticamente pegada de la mía.

–Porque hace unos minutos cuando te estaba contando algo que no debería, (porque pone en riesgo la seguridad de mi club), me prometiste que no dirías nada, además de que no estas en condiciones de preocuparte por nada que no seas tu misma–.

Mi voz retumba una octava más grave de lo que esperaba y puedo ver el efecto que tiene en la pequeña rusa pues su mirada se clava en mis labios mientras un suave suspiro sale de los de ella.

Te Reto a DescifrarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora