"Hybrid" Kuroo, Tetsurō

s i e t e

Me quedé tan absorta en mis pensamientos que no me percaté mi cuerpo se movió de forma automática a la salida. Yo... Quiero poder ser merecedora de estar al lado de ellos...

Me siento tan frustrada repentinamente, necesito calmarme...

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—Creo que hiciste enojar al bloqueador de Karasuno —dijo Akaashi al ver irse al bloqueador de lentes—. Y Bokuto: No subestimes a Shiroio... Creo la molestaste en serio.
—Claro que no, ¿no es así, _____-Chan? —preguntó Bokuto relajado mirando a mi lado—. Ah... ¿_____? ¿Dónde está?

Fue entonces también me percaté no estaba a mi lado y me molesté conmigo mismo por no haberme dado cuenta.

—Yo que ustedes no la busco —dijo Yaku llegando al gimnasio con otros del equipo—. Pasé a su lado y tenía un aura tenebrosa... —dijo expresando la sensación de un escalofrío.

¿Verse afectada por un comentario como ese? No era propio de ella... ¿Qué le sucede? Debía haber un motivo detrás de ello, entonces recordé, ¿no que este campamento nos contaría la verdad...?

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El día siguiente trajo consigo más castigos. Estaba agotada pero me detuve cuando las mánager de otros equipos me pidieron algo de ayuda para llevar sandías a los jugadores. Eso me alegró un poco. Todos realizaron pausa para comer aquella jugosa y fresca fruta. Por mi parte, no pude terminarla, sentí por un momento estaba perdiendo mi tiempo... Tuve que dejarla, antes de llevar a cabo un plan tenía en mente desde anoche, no sin antes avisar a Shimizu.

Pude obtener la llave de uno de los gimnasio, pero entrenar sola no es fácil cuando es un juego en equipo. Al menos, lo bueno del deporte, es que te alivia el estrés... ¿Qué sucedería si eso dejase de ser suficiente...? No quería pensar en eso... Seguí intentando saques por casi toda la tarde, haciendo pausas para ir a beber agua. Aún no son lo suficientemente buenos, estoy perdiendo el ritmo. ¿Qué demonios soy? ¿Un gatito? ¿Un polluelo? No, ya fui un gato hecho y derecho, si tan solo pudiese llevar las alas que he desarrollado al límite...

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Íbamos en grupo al gimnasio para la práctica libre, luego de que nos dijeran alguien ya había solicitado la llave antes, lo cual fue algo extraño. Podíamos ver de lejos la luz encendida, el sonido de el rechinido de las suelas de zapatillas contra el suelo, el sonido de un balón chocando contra el suelo. ¿Quién había llegado antes que nosotros?

Fue nada más entrar que fue como ver a un cuervo a punto de emprender vuelo. Quedé en trance, viendo como su cuerpo casi flotaba en el aire a una alta distancia, antes de realizar un golpe al balón tan preciso que resonó por todo el gimnasio tras anotar ese punto. Seguido de ello pude ver como _____ no logró aterrizar bien en el suelo y cayó dando una extraña vuelta antes de quedar acostada en el piso tratando de recuperar el aliento.

—Eso fue... —intentó decir Bokuto, pero creo ninguno tenía palabras.

No tardé en correr para llegar a su lado tras eso.

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Una vez me incorporé levemente tras ese saque me percaté de aquel grupo que yacía en la puerta. ¿Cuánto tiempo llevan observando desde ahí...? Qué vergüenza...

—¿Te encuentras bien? —dijo Kuro algo preocupado, agachado frente a mi para ofrecerme su mano, la cual acepté algo nerviosa.

La mano de Kuro es tan suave... Mierda, ¡no pienses en eso ahora!

—Sí —dije una vez levantada—. Lamento haber usado el gimnasio, ya ordeno
—Hey, ¿cuánto tiempo es que llevas realizando saques aquí? —preguntó algo serio.
—No mucho —dije tranquila, pero no pareció creerme.
—Creo deberíamos hablar de algo —dijo seriamente antes de voltearse un poco—. ¡Hey, Bokuto, volveré en un momento!