21-Especial pt1

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—¡Yuta ayúdame con esto por favor!—decía el chino cargando una pesada maleta que quería bajar del coche.

—Enseguida mi príncipe—decía el japonés pasando por detrás de él, besando su mejilla y tomando la pesada maleta para meterla dentro de la casa.

—Si tan solo mi novio fuese así de romántico—suspiraba Yuqi mientras contemplaba a la pareja y cuchicheaba con Renjun.

—Llámalo haber que hace—aconsejó Renjun a la morena.

—¡Lucas ayúdame con esto que pesa mucho!—exclamó llamando la atención de su reciente novio.

—¡Yuqi utiliza tus brazos! Estoy ocupado aprendiendo esta coreografía con Jisung y Chenle— contestó mientras memorizaba los pasos de Chewing Gum.

—Lo que te decía, no funciona Ren Ren, estoy saliendo con un tarado—dijo mirando su celular.

—Un tarado muy atractivo—contestó Ren—Por lo menos solo soportas a un tarado, yo tengo a dos—dijo mirando a sus dos novios que intentaban bajar las bicis del techo del coche fallando en el intento y haciendo que cayeran sobre ellos.

Un fin de semana en Osaka, un grupo de adolescente hormonados y una pareja enamorada.


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Después del la traumática experiencia que tuvo que vivir Sicheng, Nakamoto pensó en su seguridad y la de su actual pareja. A pesar de que fuese una difícil y triste decisión, los cuatro agentes del FBI dejaron sus respectivos puestos de trabajo.

La causa era el peligro que conllevaba una profesión de ese tipo, tanto para ellos mismo como para su entorno.

Había pasado un año de lo sucedido. Y también un año desde que los cuatro adultos juntaron sus ahorros para crear una empresa de aquello que realmente les gustaba. Boxeo, actividades deportivas y defensa personal.

Por su aniversario de un año como novios, Yuta pensó en viajar a Osaka con su pareja. Tenía miles de actividades pensadas. Estaba deseando ver la cara de su Winnie cuando pudiese ver en persona esos hermosos árboles de cerezo en plena primavera. Pero en sus planes no contaba con la inesperada aparición de Renjun y sus amigos que exigían ir. Después de muchas quejas Nakamoto aceptó. De todas formas cada uno haría sus propios planes y no tendría que cuidar de los chicos. Otro inconveniente llegó cuando sus amigos Jaehyun y johnny bromearon con añadirse a las cortas vacaciones.

En un principio el japonés creía que solo se trataba de bromas. Pero no, ahí se encontraba haciendo takoyaki con todos los acoplados. Por lo menos podría disfrutar de la compañía de su adorable novio.

Cuando se giró para ayudarle ya no estaba. El peli rosa Taeyong le estaba ayudando en otro extremo del lugar , mientras Doyoung les pasaba el resto de ingredientes.

Genial, ni siquiera podría disfrutar de su aniversario con su pareja.


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Después de toda una tarde con la cara seria, Yuta tomó a Sicheng de la mano y se lo llevó lejos del resto.

—¡Yuta no puedes irte, no conocemos Osaka!—exclamaba detrás de él el alto americano.

—¡Utilizar google maps y ya de paso buscar la palabra privacidad!—exclamó un molesto japonés.

Estaba harto de soportar las voces de todos aquellos que tendrían que estar en Seúl y no en Osaka. Yuta había estado imaginando alimentar a Sicheng, ver su sonrisa cuando el takoyaki se quedaba pegado, incluso como pasaba sus brazos alrededor de la cintura del menor y le ayudaba a cocinar. Pero no, nada había sido así y las únicas risas que escuchaba en ese lugar eran las de los amigos de Renjun cuando Lucas se había quemado y su takoyaki ni siquiera era circular.

Aun tomando la mano de su novio, Yuta sonrió e ignorando las diversas preguntas del adolescente, le llevó a una enorme y colorida noria.

El menor se negaba a subir, tanía mideo de llegar arriba y que la noria se quedase parada.

—Sicheng, mírame a los ojos—ordenó y el contrario aun con su expresión asustada obedeció.— Voy a estar ahí contigo y no voy a soltar tu mano, merece la pena ver esas hermosas vistas.

—¿Me lo prometes?—dijo Sicheng abultando sus labios.

—Por el meñique—y ambos juntaron sus dedos.

Se sentaron el uno frente al otro, entrelazando sus manos en el centro.

Winwin se levantó. Sus piernas temblaban por el mideo que le causaba el movimiento de aquella atracción de feria. Como pudo se acabó sentando al lado de Yuta. Pasó su brazo por el brazo del japonés y se abrazó al cuerpo de su pareja. Yuta como pudo sujetó su mano y entrelazó sus dedos. De vez en cuando acariciaba la mano contrario con su pulgar.

Después de unos minutos Sicheng pareció relajarse.Se apegó más a su pareja y aspiró ese delicioso aroma a bosque, ese perfume que tantas veces había olido y que parecía calmar su corazón. Se sentía protegido.

Yuta colocó su cabeza sobre la contraria.Cerró los ojos y se dejó llevar por la dulce fragancia que desprendía el cabello del contrario. Era como si el tiempo se hubiese congelado. Nakamoto quería comerse a su novio, ese aroma a nubes y algodón de azúcar era demasiado.

Lentamente levantó su cabeza y tomó el rostro de Sicheng para dejar un corto beso sobre sus labios.

—Amo besar tus labios cortados—dijo con su perfecta sonrisa.

—Espera hyung—dijo el menor rebuscando algo en su mochila.Sacó un labial rosa pastel y lo aplicó sobre sus labios—Así mejor—se acercó a los labios contrarios. Tan lento, tan romántico.

Yuta pensó que su nariz comenzaría a sangrar en cualquier momento. Sicheng era su perdición y poner sobre sus labios un cacao sabor a dulces no era la mejor idea.

Suspiros y jadeos comenzaron a invadir el interior de la cabina de aquella luminosa y alta noria de Osaka. Nakamoto pensó que toda una tarde de quejas y gritos por parte de los pesados de sus amigos había valido la pena.

Tener a Sicheng entre sus brazos, oler su cabello como si de un bebé se tratase y besar esos dulces labios era su mayor fantasía.

Habría deseado que los cristales de la noria estuviesen tintados y su novio fuese menos asustadizo, pues miles de pensamientos para nada puros rondaban su mente.

Se tuvo que conformar con sostener la mano de su pareja e intentar convencerle de mirar las vistas cuando la noria alcanzó su punto más alto. Nakamoto moriría de ternura si Winwin continuaba abultando sus labios, cerrando sus ojitos y ocultando su cabeza en su cuello.

El cabello del contrario rozando la piel de su cuello le provocaba cosquillas. Después de muchos intentos fallidos acabó consiguiendo que el menor abriera unos de sus ojos. Quedó tan sorprendido al ver la hermosa vista que acabó abriendo ambos. Gran parte de la ciudad podía ser vista desde tan alto. Tantas luces coloridas, edificios tan altos...

Quizás esa era una de la más preciosas vista que el adolescente había visto.

Pero para Yuta la mejor vista se encontraba a su lado, en su vida diaria. Quizás cambiaba cuando estaba recién despertado o cuando lloraba, dependía del estado de humor del joven chino.

Pero para el japonés era la más preciosa de las vistas. Y ahí se encontraba, totalmente embobado mirando ese fino perfil, los ojos brillantes y la adorable sonrisa de su pequeño.

Quería guardarlo en una pequeña cajita, protegerlo de todo peligro y darle todo su amor.



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¡Sorpresa!
Hasta aquí la primera parte de especial.
En unos día subiré la segunda parte.

Nos leemos💚

𝐈 𝐖𝐈𝐋𝐋 𝐏𝐑𝐎𝐓𝐄𝐂𝐓 𝐘𝐎𝐔🧸 // 𝐘𝐔𝐖𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora