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Desde ese día en la pista de patinaje, un agobiante dolor de pecho atormentaba a Soobin

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Desde ese día en la pista de patinaje, un agobiante dolor de pecho atormentaba a Soobin.

No era sólo una cruda y pésima metáfora sobre su roto corazón por saber que a Beomgyu le gustaba alguien más, por mucho que le gustaría que lo sea. La constante e intensa punzada que oprimía su pecho era real, pues podía sentir cómo estrujaba sus pulmones y su corazón. Ni siquiera desaparecía cuando se iba a dormir, al contrario, el fantasma del lacerante dolor lo acompañaba hasta en sus sueños.

Junto al pesar sobre su pecho, Soobin había comenzado a cargar con extrañas pesadillas borrosas desde aquel día. Lamentablemente no lograba recordar mucho al momento de despertar, pero solía sentirse angustiado e incómodo todas las mañanas.

Aún pasaba tiempo con Beomgyu durante sus vacaciones, sea con su grupo de amigos o, lo que prefería, a solas. El problema era que, especialmente cuando se encontraban sólo los dos, sus esfuerzos por ocultar sus sentimientos eran casi insoportables. Aún así, debía obligarse a sí mismo a sonreír cuando el menor mencionaba los mensajes que había intercambiado con Taehyun, las formas que tenía para llamar su atención y los planes que iba organizando para sus futuras citas.

El 14 de febrero, Beomgyu le había regalado una caja de chocolates a Taehyun, tomando el primer paso con el que esperaba llamar su atención en un sentido distinto al de sólo una amistad.

El día en el que Soobin se enteró, por un simple mensaje de texto, se acabó un paquete entero de tisúes para secar sus lágrimas. Se encerró en su habitación, sin ganas de comer, de jugar, y mucho menos de darle una explicación a sus papás.

La única esperanza que le quedaba era que Taehyun no corresponda sus sentimientos, pero por como iban las cosas, estaba casi convencido de que devolvería los chocolates el mes siguiente y comenzarían a salir juntos.

Esa noche, aunque no lo entendió como tal, sus pesadillas vinculadas a su vida pasada comenzaron a tomar forma.

El sueño comenzó lindo, porque Soobin se veía a sí mismo dibujando o escribiendo sobre un papel gigante, utilizando sólo la escala de grises. Luego, la escena tomó color con la aparición de Beomgyu, como un ángel etéreo que iluminaba el espacio. Se le acercó, robándose su atención por completo y tomándolo del mentón. Parecía que estaba a punto de besarlo, pero antes de que pudiera hacerlo, una barrera de libros pesados caía entre ambos, separándolos a la fuerza.

Lo que en un inicio era agradable se tornó oscuro bastante rápido. Soobin seguía desde su propia perspectiva, o al menos eso creía, pero las imágenes frente a sus ojos mostraban a un gemelo suyo dedicándose a insultar a Beomgyu, con las palabras más feas que había escuchado en su corta vida. Lo veía triste e indefenso, pero era incapaz de moverse para ayudarlo, para detener a ese Soobin cruel que parecía odiar a quien amaba.

Despertó agitado y asustado, con un profundo desagrado por sí mismo. Creía que ese sueño revelaba lo resentido que realmente se encontraba con su amigo, y ahora más que nunca debía esforzarse para no dejar que esas emociones negativas afecten su relación.

kiss me, heal me.「soogyu」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora