Capítulo 20

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Pov Taylor

¿Qué más podía pedir?
Tenía a mi chica, poder. Terrenos de manadas vecinas.
Un fuerte cachorro en camino.
Pero aún así sentía que algo faltaba, que algo me hacía falta.

Comencé a girar en la silla con ruedas de la oficina pensando en aquello.
No creía que fuese amor, tenía de sobra. La mayoría de las mujeres de mi manada eran mis amantes, pero... Ninguna era como Megan.

«Te estás volviendo débil»

Aquel comentario por parte de mi lobo me molestó, pero no le respondí. Quizá esa mujer realmente me estaba volviendo débil.
Debía deshacerme de ella en cuanto tuviera el bebé en mis manos.

Fui con Thomas a los calabozos. Allí estaban algunos Rogers que no lograron escaparse de mis omegas.
Entre ellos, Richard.

–¿No te parece poco robarte a mi prometida?.- Musité sujetando del cuello a Richard, el cual se encontraba encadenado a la pared de piedra con cadenas de plata.

–Ella jamás fue tuya.

No pude evitar darle un puñetazo en el vientre, causando que este comenzara a toser como idiota.

–No creo que estés en la mejor posición como para hablarme así, Richard Petterson.

Quité mi mirada de aquel bueno para nada, y me dediqué a ver a una hermosa chica de cabello color miel. Toda una modelo la verdad.

–Vaya... ¿Qué tenemos aquí?...- Sujeté un poco de la barbilla a aquella que creía llamarse Esperanza, vaya nombre. No acordaba con la situación.

–Imbécil. -Escuché hablar por su parte mientras me gruñía su loba interna, lo cual sólo me hizo reír un poco. Que cómico. Aparentaba ser dura, mientras que sabía que por dentro se moría del miedo.

–Supongo que eres la hermana de Arkan, en verdad no te recuerdo muy bien. Sólo tenías 17 años mundanos en ese entonces. Si hubiera sabido que te volverías una joyita, no te habría dejado ir.

Me alejé. Riendo por la situación en que se encontraban esos dos, pero aún faltaba el más importante de todos: Arkan. Ese desgraciado sabía demasiado.
Era un peligro para mí.

Pov Megan

Estaba jugando con Ethan en la habitación, de suerte nos habían entregado algunos puzzles para armar.
Pero nos detuvimos al escuchar que golpeaban en la puerta.
Era Taylor.

–Buenos días mi Luna.

–. . .

No le respondí, al contrario. Intenté ignorarlo lo más que pude mientras seguía armando el Puzzle, Ethan estaba un poco nervioso.
Y Taylor se aprovechó de esto.

–Cariño, creo que olvidaste que quien manda aquí soy yo.- Esta vez su tono de voz me asustó, y al desviar mi mirada este rápidamente sujetó a Ethan de los pies, volteándolo de cabeza.

–¡MEEEEEG!

–¡TAYLOR SUELTALO!

–Primero bésame.

No pude negarme ante su petición, y desviando la mirada asentí con la cabeza.
Mi orgullo acaba de irse a la chingada.

Aún cuando sentía que cientos de puñales me atravesaban el pecho, asentí nuevamente por sí no me había visto.

Taylor soltó a Ethan, dejándolo afuera de la habitación para que Alexsandra se lo llevase, y luego se acercó a mí, lentamente pero no de forma insinuosa o mostrando superioridad. Lo cual me llamó bastante la atención, él parecía... ¿No querer asustarme?

Me sujetó de la cintura con una de sus manos, mientras que con la otra me sujetaba de la barbilla para que alzase mi mirada avergonzada.
A pesar de que lo odiaba, no podía evitar sonrojarme.

No importaba cuantas veces lo mirara a los ojos, siempre acababa perdiéndome en aquella oscuridad que me arrastraba a los más profundo de sus deseos.

Y finalmente, me besó.
Me besó como nunca, con pasión y a la vez con ternura. Incluso se dio el tiempo de esperar que yo estuviese un poco más cómoda con la situación.
Les mentiría si no dijera que pensé en morderle el labio, pero sólo en pensar en las represarías que podían existir en los niños o en quienes atrapó. Me aterraba.

Valeria...

Le escuché susurrar de una manera que jamás había escuchado de su parte, con tristeza y rabia a la vez. Algo tenuemente agridulce.
Pero sólo por esta vez continué el beso, mientras una lágrima cálida y silenciosa se colaba por mis mejillas, mientras besaba a aquel que aún extrañaba a otra mujer. Y que al mismo tiempo me había robado mi libertad.

***

Luego de lo ocurrido Taylor me secó la mejilla y se fue, no parecía estar en su 100%. Pero antes de irse dijo estas palabras:

–Ahora puedes salir, pero si intentas escapar yo mismo mataré a Richard.

Sus palabras eran determinantes, al menos ahora podía salir.
Y claro que lo hice.

Me dirigí donde se solía entrenar a los Delta y allí estaba, Alexsandra. Una chica de piel morena y cabello oscuro, la reina de la noche podía ser llamada en las pasarelas.
Estaba enseñándole a los niños a sujetar una espada y a transformarse. No parecía una mala chica, así que me acerqué con cuidado a ellos.
Pero ella rápidamente puso los ojos en blanco al verme.

–Hola "Lunita".- Musitó con bastante desagrado al verme.

–Alexsandra, un gusto.

–No creas que porque estás aquí otra vez dejaré de revolcarme con Taylor, porque debo decir que es una delicia.

Esta chica no tenía pelos en la lengua, incluso frente a los niños.
Aunque ellos parecían no entender nada.

–Él no me interesa.

–Oh cierto, a ti te gusta el ex Beta, ¿no? Ese Richarcito de cuarta.- Quería arrancarle esa lengua y arrojarla al fuego, porque ni los perros se merecían tal crueldad.

Antes de que fuese a responderle aquel comentario, me di cuenta que ella adquirió una posición recta, intentando demostrar respeto.

–Ja, así que ahora te callas.- Musité divertida, hasta que sentí una mano posarse en mi hombro derecho, lo cual causó que me paralizara.

–Así que mis dos chicas favoritas acaban de conocerse~ Megan, ella es Alexsandra Rissel. Proviene de un linaje de Alfas de la manada Moon Light. Así que debes comportarte bien ante ella.- Alex sonrió satisfactoriamente al escucharlo.

Ojalá quemarle esa linda carita con agua hirviendo.

–Y Alex, ella es Megan d'la Rose, hija de Eva. Debes cuidarla desde hoy en adelante, piensa en ella como algo más importante que tu propia vida ¿Entendiste?

–S-si...

¡JA! ¡EN TU CARA PERRA!

¿Debería alegrarme del malestar ajeno?
Hmm... Bueno, creo que sólo por esta vez me daré el gusto.

¡EN TU CARA PERRA!

–Bien. Vamos Megan, necesito hablar contigo.

Taylor me tomó en brazos, cargándome como una princesa, desde esa posición podía ver perfectamente como Alexsandra hacía un berrinche golpeando con un palo la pared, aunque para su mala suerte. Había un nido de arañas allí.
Así que...
Sólo imaginense a esa chica corriendo para todas partes con arañas en el cabello y los niños riendo.

Habría sido una maravillosa postal navideña.

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Tuve problemas con la luz hoy :(
Ya que en donde vivo comenzaron las lluvias. Por lo tanto, hoy además de este capítulo subiré otro más 💕

"Encadenada por mi mate" #CLDWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora