Capítulo 19

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Todos estábamos mirando directamente hacia la puerta, pero después de aquel golpe en seco no volvimos a escuchar otro.
Esperanza habló.

-Quizá fue el viento...

Murmuró intentando calmar la situación en la que nos encontrábamos.

-No lo creo.-Esta vez habló Arkan, haciéndole una señal a Sebastian, el cual rápidamente se fue corriendo en dirección a la guardería, y luego.
Salió de esta en su forma de lobo; pelaje gris y ojos ámbar. Cargando a los pequeños en su lomo para después irse a una dirección desconocida para mí.

Otro golpe se sintió contra la puerta.

Esta vez Esperanza me sujetó del brazo, tirando de el para alejarme del lugar.
Pero yo no me quería mover, quería saber qué ocurriría.

Y otro golpe volvió a sentirse contra la puerta, esta vez causando que se derrumbara.

-¡MEG, VETE!.- Gritó Richard, apretando sus manos en un puño. Sus nudillos llegaban a ponerse blancos de la fuerza que ejercía.

-AHORA.

Esta vez le hice caso, y me fui con Esperanza. Pero antes de irme escuché aquella voz tan conocida para mí.

-»¿Dónde está MI Luna?«

Era Taylor.

Esperanza me llevó a lo que parecía un búnker entre el bosque, me explicó que Taylor no conocía aquel lugar porque fue fabricado después de que se fuera a la nueva mansión.

-Estarás a salvo aquí.

Esperanza me dejó con Sebastian y los niños, ellos estaban muy tranquilos, era de esperarse. Ellos no sabían lo que ocurría.
Sebastian cerró la entrada del búnker, era una compuerta metálica con un forrado de vegetación, lo cual causaba que se camuflara con el alrededor.

-Sebastian...

-Tranquila, Esperanza estará bien. Ella es fuerte, sólo irá por unas cosas y volverá.

***

Los minutos pasaban y ella no volvía, Sebastian estaba inquieto, pero intentaba disimularlo jugando con los niños.
Yo ya conocía por completo el búnker, la parte superior de este estaba forrado con una esponja un poco extraña. Posiblemente para que el sonido no lograse salir.

-Iré por Espi. Tú quédate aquí.- Musitó Sebastian, quitándose fel bolsillo una gargantilla de tela con un colgante hecho de cristal oscuro para luego ponérmelo.

- Musitó Sebastian, quitándose fel bolsillo una gargantilla de tela con un colgante hecho de cristal oscuro para luego ponérmelo

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-Si no vuelvo en 15 minutos, espera una hora. Pero sólo después de esos 15 minutos, y sales por la parte trasera del búnker con los niños cuando veas que todo está tranquilo.

Sebastian antes de irse me pasó un cronómetro y luego se fue.

-Suerte...- susurré.

Esperé como dijo Sebastian, pero no apareció.
Los niños comenzaron a aburrirse y tuve que abrir la comida que estaba en caso de emergencia para que comieran.

Los minutos pasaron, llegó la hora.
Pero tenía miedo de que Taylor estuviera afuera esperando.

Así que decidí esperar aún más.

***

-Meeeeeg, tenemos hambre.

Me despertó la voz de Ethan, el cual estaba haciendo un puchero junto a Francia.

-Bieeen~... Esperen aquí.

Decidí salir. Habían pasado ya más de 9 horas.
Ya estaba oscuro, era de noche.
Cerré la entrada del búnker y me dirigí a los terrenos de la mansión.

Estaba todo muy silencioso, así que con cuidado entré por la parte trasera de la mansión, por la cocina

Todo era un lío.
Habían abierto los muebles buscando algo, o bueno. A alguien.
Comencé a mirar alrededor, las habitaciones estaban vacías.
No había rastro de los demás.
Pero si unas manchas de sangre en la pared, lo cual me hizo entrar en desesperación.

-¿Richard?...- Susurré buscando con la mirada a Rich. Pero no estaba. Finalmente me di por vencida y volví a la cocina, tomé algunas cosas que estaban tiradas sobre el mueble y cuando iba a salir por la puerta trasera lo escuché.
Aquella voz que me había atormentado por días.
Aquella voz que tanto odiaba ahora,
porque me había robado mi libertad.

»Luna«

No quise voltearme, no quería verlo. Sentí como caminó detrás de mí, para luego posar su mano sobre mi hombro. Causando que un escalofrío recorriera mi cuerpo.

-Te encontré.

Hizo un poco de presión con su mano para voltearme a la fuerza,
Sus ojos demostraban furia, y a su vez tranquilidad por verme.
Sus ropas estaban sucias, manchadas de sangre que no estaba segura que fuese de él.
Deslizó su mano con suavidad desde mi hombro hasta mi mejilla, acariciando con suavidad esta.
No lo entendía, realmente no sabía qué pensar de él.

-No me toques...- Susurré, estaba asustada. Pero intentaría mantenerme firme ante él.

Mis palabras no parecieron gustarle.
Porque rápidamente quitó su mano de mi mejilla y la puso en mi cabello, como si estuviera analizándolo.
Luego, sus ojos chocaron con los míos.
Y su mirada de piedra selló mi destino,
y con aquella mirada vi como mis planes y mayores deseos se desvanecían frente a mis propios ojos.
Por él, sólo por él.

-Me perteneces Megan... Fuiste marcada por mí. Sólo por mí.

Mientras mantenía su mano ahora en mi nuca, con su mano libre comenzó a acariciar mi cuello, aunque parecía más que lo revisaba, viendo si no tenía algo más que su marca. Y se quedó viendo el collar que me dio Sebastian.

-No soy de nadie.

Esta vez pareció que sobrepasé la línea de su paciencia. Y comenzó a jalar mi cabello hacia abajo, obligándome a alzar la mirada para que no doliese tanto aquel tirón de cabello.

-Podría desgarrarte la garganta fácilmente Megan... -Sentía como su respiración chocaba con mi cuello, mientras rozaba levemente la punta de su fría nariz contra este.

-Pero tienes algo que aún no puedo descubrir. Que no puedo dejar ir.

Esta vez no hablaba del bebé, pero realmente era un iluso si creía que le perdonaría por todo lo que hizo.

-Alfa, ya ordenamos todo. También tenemos a los cachorros.

Había olvidado que los niños me esperaban.

-Bien, lleva a Meg al auto.

Taylor me soltó, y se fue del salón. Dejándome así sola con Thomas. El cual sólo suspiró más tranquilo cuando ya no estaba en la habitación.

***

Volví a mi "cuarto especial", ahora al menos con Ethan, me habían permitido tenerlo conmigo hasta que el bebé naciera. Los demás estaban con Alexsandra, la cual les estaba enseñando a pelear.
Eran sólo niños, ellos les quitarían su niñez.

-Meg...

-¿Sí? Ethan.

-¿Dónde están los demás?...

-¿Hablas de tus amigos? Ellos están bien, están con la Beta.

-No. Arkan, Espe, Richard, todos.

Me quedé mirando a Ethan, y tomándolo en brazos lo acomodé sobre mis piernas.
No sabía que decirle.

-No lo sé... Pero estoy segura de que estarán bien.

Besé su mejilla, intentando calmarlo.
Y luego lo abracé, pero esto último para calmarme a mí misma.

"Encadenada por mi mate" #CLDWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora