II. Hechizo en sepia

Protección

–Director–dijo Emma entrando al Caldero Chorreante un día después de la reunión con John.

–Emma. Qué alegría verla de nuevo–respondió Albus abrazando a la joven–. Si no le importa, me tomé la molestia de pedirle un té.

–Qué amable, gracias.–Emma se sentó y le dio un sorbo a la taza frente a ella–¿Lavanda?

–Es un calmante natural.

–Le gusta mucho las infusiones de hierbas, ¿no?

–Sí, disfruto de una cada vez que puedo–sonrió haciendo que sus mejillas se enrojecieran.

Emma se había comunicado con Dumbledore por correo, pidiéndole una reunión para hablar.

–¿Cuál es ese asunto tan importante, querida?–Emma dejó a un lado la taza, preparada para persuadirlo.

–Usted sabe que Sirius Black escapó–Albus afirmó con la cabeza–, dejando al mundo mágico y muggle con miedo por las vidas de cada parte. El mundo muggle, si bien corre más peligro por no tener magia, no es el objetivo de Black.–Emma hizo una pausa antes de continuar– El objetivo de Black es Harry Potter.

–Lo supuse.

–Entonces sabe el riesgo que Harry está corriendo ahora mismo–Emma se apoyó hacia adelante–, incluso de Hogwarts.

–Hogwarts–la expresión de Albus se había tornado sombría–, es el lugar más seguro en La Tierra, se lo aseguro.

–No tengo dudas al respecto, director. Es por eso que el Ministerio me ha encomendado hablar con usted, como ex empleada, como profesora y como bruja. Por seguridad...

–¿Qué quieren?

–Por seguridad, para reforzar el colegio, poner a Dementores.

–¡Ni en un millón de años!–Albus se estaba levantando–Esta conversación se terminó.

–Espere–Emma agarró sutilmente a Dumbledore del brazo–. Piense en la seguridad de todos. Hay muchos chicos en el castillo y...

–Esas criaturas son para los prisioneros, no para estudiantes.

–Lo sé, lo sé, pero los arriesgan a todos dejando a Harry en el colegio. Black va tras él, y nada le impedirá encontrado. Usted y yo sabemos que es capaz de hacer cualquier cosa. Cualquier cosa.–Emma bajó el mentón poniendo la voz más profunda, enfatizando las palabras.

–Los Dementores podrían a atacar a cualquiera.

–Black podría atacar a cualquiera, los Dementores a quienes se le acercan.

–No voy a permitir Dementores en mi castillo, Emma–se estaba yendo–.

–No van a pisar el castillo, estarán en los alrededores.

–Es arriesgado.

–Es más arriesgado que dejes a tus alumnos y profesores desprotegidos, Albus–Emma nunca había llamado a Dumbledore más que por su cargo en Hogwarts–. Piénsalo. Es una decisión que cambiará el curso de este año. Sirius Black está dispuesto a matar.

–Hogwarts es el lugar más seguro de La Tierra–volvió a repetir Albus.

–Será más seguro con los Dementores.

–Los Dementores son seres...

–Horribles, aterradores, mortales, todo lo que quiera, pero los pueden proteger. Nos pueden proteger a todos. Por favor, director Dumbledore, piense en el bien de sus alumnos.

–Es lo que siempre hago.

–Hágalo una vez más. Además se pueden tomar medidas para que los estudiantes no salgan de las áreas seguras. Piénselo, por favor.

–No le veo buena cara al asunto. Le enviaré una carta cuando tome una decisión–dijo Albus saliendo del local.

Al día siguiente una lechuza entró por la ventana de Emma, con un pergamino atado en la pata.

"Señorita Emma:

He discutido en tema que hablamos ayer con el consejo escolar. Su decisión ha sido afirmativa, estando completamente de acuerdo con el Ministerio. Mas, la última palabra la tengo yo, y no he podido hacer más que acatar con las elecciones tomadas por ellos. Espero que los Dementores y el Ministerio se comporten adecuadamente.

Albus Dumbledore"