La película [04/04]

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Al amanecer ya todos estaban preparados para partir, no tenían medio de transporte ni comunicación, pero sabían que debían partir ese día tras la explicación de Tulio ante lo que sucedió con Juanín, alegando de su seguridad y comodidad en el castillo de Cachirula así como también no queriendo regresar con ellos por una supuesta "envidia" de todos; a pesar de que no lo dijese, todos fueron conscientes de que Juanín rechazo a Tulio por dolor y no porque realmente lo quisiese, basándose en el tono de voz que expresaba... era más duro para él de lo que podían imaginar.

-¿Tío Tulio?- preguntaba Patana preocupada hacia su tío, viendo que estaba sentado en una roca muy decaído cerca del mar y apartados de todos -¿Estás bien?

-Hice lo que pude- comenzó hablar Tulio hacia Patana, sorprendiéndola demasiado pero no le dijo nada, prefirió escucharlo atentamente –Me esforcé, llegue hasta aquí... y no fue suficiente para traer de vuelta a Juanín- decía con tanta pena que solo recibió por parte de Patana un ligero abrazo de consuelo, no era lo que quería pero si lo que necesitaba Tulio -¿Qué se supone que deba hacer Patana?- pregunto directamente sin dejar de ver el mar, queriendo recibir una respuesta de ella, pero no obteniéndola por algo que se aproximaba a las orillas de la playa –Mira eso, son canoas- decía sorprendido a Patana, generando que los demás, que estaban ya preparados, se acercaran para confirmar lo dicho, incluso descubrir algo que ninguno se lo había esperado –Y en una de esas... viene Bodoque- decía emocionado Tulio, escuchando a su alrededor una inmensa alegría por parte de sus amigos, Bodoque estaba a salvo


Por el otro lado, despierto desde altas horas de la madrugada, Juanín se encontraba sentado sobre su cama viendo como la tarjeta que hizo con tanto esfuerzo estaba destruido, pero seguía funcionando aun quedando algunas partes de su interior: la imagen de él y Tulio tomándose de la mano; a este punto, Juanín dejaba escapar unos cuantos suspiros pesados mientras acariciaba las costuras y cortes que quedaban de la tarjeta, dejándose llevar por sus pensamientos

-¿Qué debo hacer Tulio?- preguntaba para sí mismo, jalando con cuidado la cuerda que colgaba -Yo te sigo amando...- dijo mientras acercaba momentáneamente la tarjeta a su frente, dudando el hecho de continuar esa frase, dolía bastante... no pudiendo evitar llorar, respiro profundamente para tranquilizarse, y cuando se limpió la cara, continuo jalando de nuevo la cuerda pero con mayor fuerza -Quiero dejar de hacerlo- al instante de ello, recibió un golpe en la cara por parte de la cuerda, cayendo en la cama y manteniéndose así por tal impacto... al menos hasta que los altavoces se activaron con mucho ruido

-Les habla su amiga Cachirula- sonaba contenta, haciendo que Juanín escuchara atentamente en confusión –Y tengo muchas ganas de ver mi colección, al patio en cinco minutos- después de recibir el anuncio, Juanín no tuvo mayor remedio que hacer caso y salir de su cuarto, viendo como todos los animales le seguían a una velocidad más rápida que él, sus ánimos no eran de ayuda en esos momentos... de haberlo sido, no se hubiera encontrado de nuevo con aquella puerta que Huachimingo le había dicho que estaba prohibido; tal vez por curiosidad, por rebeldía, o porque no tenía ganas de llegar a tiempo al patio con los otros animales, Juanín decidió adentrarse al interior de ese cuarto. En el momento que dio un paso en aquella habitación, el ambiente cambio drásticamente a lúgubre, y unas escaleras que iban hacia lo oscuro de un sótano era lo que se encontraba visible, una pequeña linterna sería su guía cuando llegase hacía abajo, además de ser sus ojos ante la falta de una luz mayor; en realidad, no había mucho que encontrar, unas cuantas botellas sin instrucciones, cables sueltos, piezas de metal, nada fuera de lo usual... o eso creía Juanín hasta que llego un punto en donde enfoco la linterna más arriba encontrándose no solo con algunos órganos dentro de un frasco, sino que también un letrero que especificaba para que servía ese lugar... un animal sin su cabeza; asustado, Juanín decidió retornar a la salida, más el susto de lo que había hallado fue mayor que se quedó petrificado sin dejar de verlo: la cabeza cortada de un animal colgado como trofeo

31 MINUTOS (Tulín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora